La tecnología “Bag-in-Bottle” mejora la eficiencia de fabricación en un 60%
Según el jurado, las razones principales de su selección fueron la utilización responsable de los recursos y el empleo de energía optimizada durante su producción. Roland Kneer, propietario y director general de Gaplast, junto con Stephan Kneer, director técnico, recogieron el premio en nombre de la compañía durante la ceremonia celebrada en la sede central de DuPont en Wilmington (Delaware, EE.UU.) el pasado 17 de abril.
Normalmente, las botellas empleadas, por ejemplo, en la limpieza de superficies de trabajo en los laboratorios están compuestas por cuatro partes fabricadas por separado, lo cual resulta caro. En el caso de la bolsa interna hecha de film necesaria para el sistema “airless” - la bolsa colapsa sobre sí misma, evitando la entrada de aire - se inserta normalmente a mano en la botella moldeada por soplado, y después se adhiere a la botella y a otros elementos de sellado moldeados por inyección.
En cambio, el sistema “Bag-in-Bottle” desarrollado por Gaplast se fabrica empleando un moldeado por coextrusion soplado, mediante el cual se crea la botella, bolsa y cierres herméticos en un único proceso. Además, la tecnología permite un llenado automatizado y una fijación por enroscado de la bomba “airless”. En conjunto, el ahorro energético conseguido es de hasta un 50 por ciento, y la eficiencia ha mejorado hasta un 60 por ciento. Otro factor añadido al éxito del sistema ha sido el empleo de DuPont Surlyn para la bolsa interior, cuyas paredes son sólo de un grosor de entre 100 y 200 µm. Este polímero de embalaje suave y resistente a agentes químicos y puede ser procesado junto con el recubrimiento exterior hecho de polipropileno, del cual se desprende fácilmente durante el uso.
Otro beneficio sostenible de la botella de 1.000 ml de Gaplast es su consumo reducido de material. Por un lado, la combinación de diseño óptimo y la selección de material permite un grosor de las paredes menor en la botella y en la bolsa, mientras que por otro lado, el llenado completamente automatizado y preciso de la bomba reduce el tamaño de la botella, porque no se necesitan fluctuaciones de contrapeso. Como resultado, hay menos costes de material y transporte, así como un impacto medioambiental reducido durante la eliminación del producto. Es más, el hecho de que el polipropileno y Surlyn procedan de la misma familia de polímeros facilita el reciclado.
“Estamos muy orgullosos de recibir este premio“ dijo Roland Kneer, quien fundó la compañía familiar en 1989, ”porque reconoce no sólo los muchos años de trabajo invertidos en el desarrollo de nuestro popular concepto de “Bag-in-Bottle”, sino también nuestra dedicación a la creación de soluciones sostenibles de acuerdo a la producción y al ciclo de vida de nuestros productos”.