Maco Maco, el espacio del cambio
Por Neus Hilari
Manolo y Rosana, los dos hermanos valencianos que lideran el equipo de peluquería de Maco Maco, siempre han destacado por diferenciarse del resto: desde su llamativa y personal estética hasta su particular manera de hacer peluquería. Y es que en Maco Maco los servicios no son simplemente corte, color y peinado; aquí se generan experiencias, se aprende y surgen nuevas ideas. Por tanto, es evidente que una peluquería que innova en la manera tradicional de hacer peluquería reivindique un espacio en sintonía con su filosofía. Así es el nuevo centro Maco Maco: un espacio diferente concebido para generar sensaciones y emociones diferentes.
“Para lograr el cambio, que la mente se abstraiga de lo común y pueda abrirse a nuevas formas, es necesaria una metamorfosis en nuestra actitud y en nuestra mentalidad, pero a su vez debemos variar radicalmente nuestro entorno más cercano”, explican Manolo y Rosana.
En efecto, el nuevo espacio Maco Maco se ha reciclado para emprender un camino nuevo y concebir nuevos sueños. Aquí está permitido expresar, conversar, aislarse, sentir: en definitiva, la esencia es adoptar la comunicación bidireccional entre todos los elementos del salón como nuevo modo de concebir la profesión. Así se estructura un espacio que a simple vista parece más un estudio de arquitectura o un estudio artístico. Destaca la madera tratada, que da calidez al lugar, y el omnipresente color blanco, concebido como una especie de lienzo: “revistiendo de blanco al salón queremos dar a entender que todo lo que en él habite tendrá una relevancia excepcional. En este caso son las personas, que llenan la sala de colores, formas y calor”, explican los hermanos Collado. Junto a este lienzo en blanco, es de cajón que la luz tendría un poder excepcional, una luz con orientación al norte que se cuela a través de enormes cristaleras, perfecta para desarrollar trabajos artísticos y de color sin reflejos amarillos o naranjas. Además, el salón cuenta también con un tragaluz horizontal que recoge la luz de un patio interior para repartirla entre la zona técnica y el pequeño despacho incluido en el salón. Un reducto de luz pura y natural que facilita el trabajo de gestión y el desarrollo de nuevos proyectos, influyendo positivamente en el estado de ánimo de todo el equipo.
En definitiva: pureza, luz, orden y tranquilidad. Estas son las premisas básicas que se respiran en el nuevo espacio de Maco Maco, destinado a ser la primera piedra de una manera futura de concebir la peluquería.
Créditos:
Proyecto: Peñín Arquitectos.
Foto: Álex Barrajón.