Rizos: soltura y definición
En temas capilares, es un clásico desear lo que no tenemos y no resulta nada difícil encontrar clientas con pelo rizado que lo llevan siempre planchado y otras con un liso tabla que se mueren por un poco de volumen o unas ondas. Sin embargo, sí que suele haber consenso en que el cabello rizado natural es más complicado de atender que el liso, por sus peculiaridades morfológicas, que hacen que necesite un trato diferente y una mayor atención en su nutrición para que no aparezca seco ni encrespado.
La particular forma helicoidal que adquiere la fibra capilar en el cabello rizado desde su nacimiento, hace que las escamas de la cutícula se abran mucho más que en el cabello liso, porque cada curva de cada rizo es una torsión de la fibra que predispone a su debilidad y su rotura. Cuando las escamas de la cutícula no aparecen dispuestas ordenadamente, el cabello aparece menos brillante, porque su superficie es menos lisa y no refleja la luz del mismo modo. Además, las escamas levantadas permiten que se evapore la hidratación interna, con lo que la fibra capilar acaba resecándose. Este es el germen del temido encrespamiento capilar, tan frecuente en los cabellos rizados.
Por eso la primera y más importante clave de su cuidado es una hidratación intensa que no aporte peso, para que el rizo se defina sin estirarse, y pueda aparecer suave, perfectamente formado y sin rastro de frizz. Esta hidratación que nutre la cutícula y suaviza el cabello se consigue con las líneas específicas de cuidado del rizo, complementadas con las mascarillas intensivas y los tratamientos nutritivos en el salón. En los cabellos rizados más problemáticos es muy necesario utilizar diariamente un producto de styling en cualquiera de sus variantes (espumas, geles o cremas), que permita mantener el peinado sea cual sea la inclemencia atmosférica y revitalice el rizo sin apelmazarlo.
Ante esto, como sabemos, todas las firmas cosméticas profesionales ofrecen una amplia gama de respuestas para los cabellos rizados, cada una centrada en una necesidad. Por eso es imprescindible que el peluquero sepa reconocer los problemas de cada rizo y aconsejar el producto que mantendrá el efecto deseado, además de proporcionarle el corte perfecto para su caída y su volumen.
Foto: Petra Mechurová