John Paul DeJoria, CEO y cofundador de Paul Mitchell
DeJoria es un filántropo. Hombre generoso y encantador, gana en las distancias cortas. La cercanía que desprende no hace suponer a su interlocutor que está frente a una de las grandes fortunas del planeta. Y su trato, de tú a tú, mucho menos. Quizá sea porque DeJoria, CEO y cofundador de Paul Mitchell, pasó apuros económicos e incluso cuentan que dormía en el coche. Recientemente, se celebró por primera vez en Madrid el Global Gathering anual de la empresa y, aprovechando este importante evento internacional, lo entrevistamos.
Corría 1980 y con 700 dólares dos amigos apellidados DeJoria y Mitchell decidieron lanzaron cuatro productos para el cuidado del cabello: Shampoo One®, Shampoo Two®, The ConditionerTMy Hair Sculpting LotionTM. Ahí empezó todo. Así comenzó Paul Mitchell Systems. Hoy la compañía ronda el centenar de productos y exporta a otros tantos países. Aunque lo más apreciado de ella, además de sus productos de calidad, quizá sea que sigue siendo fiel a los peluqueros. Y nada más que a ellos.
-Ha recordado en Madrid que si encontramos productos de Paul Mitchell en los supermercados o en tiendas, con total seguridad serán falsificaciones. ¿Por qué es tan importante dejar claro que Paul Mitchell es sólo para profesionales y así continuará?
-Es un compromiso que he adquirido y he dejado firmado por muchos años. Paul Mitchell nació como una empresa profesional para profesionales y así ha de continuar. Nosotros no somos como otras firmas que anuncian que son sólo para profesionales y luego no lo cumplen. Mantenemos un compromiso firme adquirido con esta profesión.
-Casi siempre el encuentro anual internacional de Paul Mitchell se ha celebrado en Estados Unidos. Esta vez ha venido a Europa y, por primera vez, se ha celebrado en Madrid.
Cuando el show se acercaba y el equipo empezó a buscar el lugar adecuado para realizarlo, nos dimos cuenta de que cada país tenía su encanto y podía ser adecuado para acogerlo fuera de Estados Unidos. Sólo te puedo decir que aquí los peluqueros tienen muchísimo talento,sólo hayque darse una vuelta para comprobarlo.
-¿Qué le aporta la peluquería y, en concreto, el trato con los peluqueros?
-Los peluqueros son personas muy divertidas y aman profundamente su profesión. Son además personas con mucho talento y estoy encantado de estar rodeado de ellos.
-¿Qué le impulsa a realizar esa faceta filantrópica que tiene de ayudar a quienes más lo necesitan?
-Es una forma de entender la vida. Sencillamente hago lo que me gusta. Me siento bien haciendo lo que hago, nada más.
-Paul Mitchell y usted tienen otro compromiso adquirido con el mundo animal al no testar en ellos. Una acción así no se concibe sin un amante de los animales. ¿Tiene alguno?
-Es cierto, no testamos en animales y nunca lo haremos. No probamos en animales nuestros productos de cuidado personal ni de consumo. No lo hemos hecho nunca desde nuestra fundación en 1980, siempre hemos sido Cruelty-Free y así deseamos seguir. Y sí, es verdad que tengo animales, en concreto cuatro perros, cuatro mastines preciosos.
-¿Tienen línea para animales?
-Pues sí que tengo: John Paul Pet y debo decir que goza de un gran éxito.
-Paul Mitchell exporta a más de 90 países. ¿Cómo se consigue eso?
-Con buenos productos. La verdad es que decidimos exportar cuando comenzaron a interesarse por nosotros desde otros países. Empezaron a decirnos que nuestros productos eran increíbles y que si podían tenerlos también en otros lugares. Así que decidimos plantearnos la exportación y hoy además de en América estamos en otros muchos países.
-¿Qué nos puede decir de Marula Oil, la nueva línea que ya está en América y llegará aquí el próximo año?
-Son productos muy ricos en antioxidantes y proporcionan al cabello una gran hidratación procedente del fruto del árbol de Marula, que es recolectado en África. Cuando lo usas la sensación que sientes es de un increíble frescor.
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-¿Cómo es un día normal en su vida?
-Lo primero que hago es llamar a Europa y a otros lugares, en concreto llamadas internacionales, y resolver asuntos pendientes. Es un día normal, resolviendo muchas cuestiones, pero es verdad que siempre procuro apartarme un rato, tener un momento de reflexión, un momento para pensar y dar gracias por todo.
-Y para su familia, ¿tiene tiempo?
Sí, por supuesto. Mira acabo de volver de ascender el monte Kilimanjaro con mi hijo pequeño durante unos días. Sinceramente, no sabía que cada año moría tanta gente intentando subir esa montaña. Ha sido una experiencia única y extraordinaria.
-Usted ha tenido momentos en su vida buenos y otros de necesidad. ¿Echa de menos algo de aquella vida más escasa pero más anónima?
-Me levanto por la mañana todos los días y no tengo que pensar en pagos y letras pendientes. Tener resuelta la economía es algo muy tranquilizador y me permite dormir relajado y mejor y, por supuesto, le puedo decir por ello que no, no lo echo de menos.
Texto: Celia Lozano
Fotos: Ángel Lalana
