Jordi Trilles, Director General de L’Oréal Professionnel
Texto y foto: Celia Lozano
Jordi Trilles tenía un sueño. En su cabeza pululaba desde hacía tiempo una idea: otorgarle a los peluqueros un reconocimiento académico digno de las mejores profesiones. Y, cuando el Director General de L ´Oréal Professionnel tiene algo entre ceja y ceja, es muy difícil que no lo consiga. Meses después los alumnos de Executive Management Programme acuden a la prestigiosa ESCP Europe, donde se imparten las enseñanzas presenciales para obtener el diploma Excelencia en Business de Salones de Peluquería. El sueño es una realidad.
¿Por qué eligió ESCP Europe?
Primero, porque es una de las escuelas de negocio más importantes del mundo y nosotros queríamos ligar toda esta idea a una escuela de negocios que fuera sólida y prestigiosa. Y, además, necesitábamos que fuera flexible. Y la tercera razón, es la única escuela de negocios presente en los 5 países más importantes de Europa. Eso permite pensar en grande. Es un proyecto que sale de España, pero se va a convertir en un proyecto europeo.
¿Este máster será impartido en otros lugares próximamente?
De momento estamos en España y estamos viendo cómo adaptarlo a otros países. La primera promoción ha salido muy bien, la segunda ha empezado en marzo y hay lista de espera. El éxito de convocatoria es innegable. Ahora tendremos que valorar la evolución para poderlo trasladar fuera.
¿Por qué cree que este diploma conduce al peluquero hacia el éxito?
Porque es el único título otorgado por una escuela de negocios. No existía. Ese es primer elemento distintivo importante. Este es el único programa pensado para dar una visión de cómo trabajar un negocio de peluquería de una manera moderna, asumiendo todos los retos de la peluquería del siglo XXI. Nos acercamos a las nuevas necesidades de los consumidores desde diferentes ámbitos, desde la perspectiva del marketing, management, finanzas, digital y redes sociales. Éste es el único que tiene todo esto y, además, está acreditado y sellado por una escuela de negocios.
¿Cómo mejora en la práctica la gestión del salón tras la obtención del título?
Eso habrá que verlo, pero es una buena pregunta. La propia escuela de negocios está muy interesada en el seguimiento posterior, en que los participantes tengan éxito después.
Hay 8 días de formación presencial, ¿es suficiente?
Se ha estimado que sí. Esto es como un “intensivo”, en dos días se concentra una gran cantidad de aprendizaje. Se ha querido hacer así y no sólo on-line porque era una manera de motivar al propio peluquero para ir a la Universidad. La gente que ha ido se ha sentido universitaria, el curso se da en el aula principal del ESCP. Y no hay sólo un esfuerzo individual, existe una especie de foro donde se ayudan los peluqueros, hay un esfuerzo colectivo y requiere que la persona esté muy motivada, porque tampoco es una cosa sencilla.
¿Cuántos meses son de formación?
Tenemos asignados con la escuela de negocios dos módulos al año, impartido por su propio profesorado y cada módulo tiene una capacidad para 30 personas. Son como máximo 60 personas las que se forman al año. De noviembre a marzo y de marzo a julio. Mi idea es hacer cuatro convocatorias al año, cada una de ellas con el mismo número de alumnos que ahora.
¿Cuál es el perfil de los asistentes?
Han venido desde peluqueros con un solo salón independiente hasta directores de cadenas de peluquerías muy importantes. El perfil es el del peluquero inquieto, emprendedor, ambicioso, que no se asusta ante los retos y que sabe que es en una formación de este tipo donde verdaderamente puede dar un paso adelante para que su negocio funcione mejor y sea más rentable.
¿Cómo surge la idea y de quién?
Pues mira, esa idea nace de un sueño que yo tenía. Siempre me he preguntado por qué en los últimos años los cocineros están teniendo tanta notoriedad y los peluqueros no. Había que hacer algo para darle notoriedad social a la peluquería y ponerla al mismo nivel de reconocimiento que otras grandes profesiones. Y de ahí, de esta reflexión, se me ocurrió la idea de hacer un máster académico y empezó todo el proceso.
¿Cuánto tiempo le dio vueltas a esa idea hasta llevarla a la práctica?
Bastante, bastante... De hecho eso no es una cosa que surge de una iluminación un día. Le das vueltas, comentas. Al principio, cuando lo comenté con gente de mi equipo, tengo que reconocer que pensaron “está pirao”. Definitivamente lo tuyo va a peor, debieron pensar. Y yo me decía “¡creo que se puede hacer!”. Otras veces me decían: Se puede hacer pero igual nadie nos va a hacer caso... También teníamos esa inquietud.
¿El título lo puede obtener cualquiera?
Sí, por supuesto. Nuestra idea es aportarlo al conjunto de la profesión. De hecho, nosotros no inscribimos, los interesados deben llamar a la propia escuela de negocios. Sólo lo hemos impulsado, hemos ayudado a construir el programa académico, a patrocinarlo y a becar a aquellos clientes nuestros que quieran hacerlo.
Sobre la inversión realizada...
Permíteme que lo reserve en la intimidad (risas). Digamos que primero ha habido una inversión en tiempo muy grande, porque tanto nuestros equipos financieros, digitales, de management como de marketing han estado trabajando durante casi un año conjuntamente con los profesores de ESCP, construyendo el módulo. Imagínate lo que es eso.
Entonces es una gran inversión para muy poquitos alumnos...
Sí, pero para nosotros no es la cantidad, es la calidad lo que prima. Esto es algo único, por primera vez un peluquero accede a un título académico otorgado por una escuela de negocios. Eso dignifica a toda una profesión, a toda una industria. Es una inversión importantísima, sí, pero es una inversión que vale la pena porque pone al peluquero en su lugar. Ayuda a construir la peluquería del mañana.
¿Cómo surge la idea y de quién?
Pues mira, esa idea nace de un sueño que yo tenía. Siempre me he preguntado por qué en los últimos años los cocineros están teniendo tanta notoriedad y los peluqueros no. Había que hacer algo para darle notoriedad social a la peluquería