Diez hombres 10
Por Neus Hilari y Magda Simó
Pues sí, aunque parezca que sólo lo hacemos nosotras, a la hora de la verdad resulta que los hombres también se cuidan. Os presentamos nuestra selección de los diez peinados masculinos más influyentes del mundo de las celebrities, desde el Hollywood dorado hasta nuestros días.
Clark Gable, el arquetipo del galán
Eterna sonrisa socarrona, mirada escéptica y una seguridad en sí mismo a prueba de bombas. Clark Gable fue el paradigma de lo masculino, un seductor de elegancia clásica con un estilo que aún perdura y que en los años 30 y tempranos 40 fue el look predominante entre los varones. Perfectamente peinado con raya al lado y con un bigotito fino que acentuaba su mueca irónica, creó una imagen de hombre impecable con un cierto aire de truhán que supuso un gancho irresistible en la gran pantalla, sobre todo en su papel más recordado, encarnando al mítico Rhett Butler de “Lo que el viento se llevó”.
James Dean, el rebelde atribulado
Se caracterizó por papeles de joven problemático, taciturno y melancólico, lo que encajaba perfectamente con su personalidad. James Dean fue, como en su papel más conocido, un rebelde sin causa cuya aura de tristeza le dotaba también de un atractivo especial: una imagen inolvidable siempre acompañada de un tupé despeinado, de laterales y nuca cortos y un aire desaliñado que casaba a la perfección con los vaqueros desgastados y las cazadoras que vestía. Su look, despreocupado e irreverente, fue acogido con los brazos abiertos por los jóvenes rebeldes de los años 50. El mito se vio alimentado por la temprana muerte del actor, que falleció en un accidente de tráfico a los 24 años, lo suficientemente joven para que su atribulada belleza sea el recuerdo que queda en la mente de todos.
Elvis Presley, inolvidable tupé
Aunque el Elvis de los últimos tiempos es también todo un icono de una época y un lugar determinados, nos quedamos sin duda con el Elvis Presley de sus orígenes: ese chico de Memphis, de voz inolvidable que consiguió aportar tintes afroamericanos al rock blanco convirtiéndose en el símbolo sexual y musical de toda una generación. El indudable magnetismo de Elvis procedía no sólo de su físico, sino también de su actitud ante el rock y ante la vida: su peinado, su indumentaria y sus patillas fueron ampliamente imitadas y de hecho el rockabilly sigue siendo un estilo que vuelve cada cierto tiempo a la palestra de la moda como inspiración para nuevas tendencias.
David Bowie, mil looks, mil caras
Camaleónico, andrógino y altamente inspirador, David Bowie ha sabido reinventarse a lo largo de toda su carrera, con looks siempre personales y excéntricos. Aunque sin duda, el cénit de su carrera fue su encarnación en Ziggy Stardust, un pintoresco álter ego que sorprendió y cautivó a toda una generación en los años 70, llevando el glam rock a una popularidad enorme. Su cabello, teñido en tonos brillantes, y peinado con volumen superior, laterales pegados y nuca larga o totalmente desfilado y con mechones disparados, se convirtió en una revolución y una inspiración, marcando la estética de una época protagonizada por una mayor libertad sexual y estilística.
The Beatles, míticos melenudos
Para la todavía cándida sociedad de los años 60, los Beatles eran unossmelenudos transgresores, aunque con el transcurso de las décadas su estilo nos llegue como algo bastante inocente. Los Fab Four, que inauguraron el fenómeno fan con las hordas de adolescentes persiguiéndoles en los conciertos, fueron y son un punto de inflexión en la música y en los estilos masculinos: primero como chicos de apariencia formal que se dejaban crecer el cabello estilo casco y luego con influencias más hippies y melenas y barbas cada vez más largas. Un look que iba madurando a la vez que lo hacía su música y que se adelantó a los tiempos, marcando un antes y un después. Aún hoy, el estilo beatle se ha seguido revisitando periódicamente, ya sea en las versiones del brit pop de los 90 o en los más recientes hipsters.
André Agassi, a golpe de sexy mullet
Aunque fue uno de los tenistas más triunfadores de los ochenta y los noventa, sus arriesgados looks puede que sean más recordados que sus logros deportivos. Uno de ellos, el inmenso peinado tipo mullet –corto en la parte superior de la cabeza y largo en la nuca– que lució durante la década de los ochenta, en la cúspide de su carrera. Agassi cayó rendido al peinado que había puesto de moda David Bowie justo una década antes, logrando que su aspecto pareciera más el de una estrella del rock que el de un deportista; algo que lo convirtió en uno de los hombres más deseados de las pistas de tenis.
Don Johnson, peinando chulería
Los ochenta transcurrieron marcados por la moda excesivamente hortera y opulenta, cuyo mayor exponente fue Sonny Crockett, el policía de estilo chabacano de “Corrupción en Miami” que encumbró a la fama a su intérprete, Don Johnson, convirtiéndolo en sex-symbol de la década. Sus señas de identidad: una ligera melena engominada y peinada hacia atrás, que dejaba despejada la frente, y una descuidada barba de tres días. Para completar el look, Johnson lucía traje monocolor (normalmente blanco) con camiseta deportiva debajo. Un outfit a priori ordinario e imposible pero que se alzó como el uniforme de toda una generación.
Kurt Cobain, tendencia desaliñada
El líder de Nirvana siempre será recordado por idear (sin quererlo ni buscarlo) el fenómeno grunge. Nacer y crecer en una gris e industrializada Seattle, creó en Kurt una gran revulsión hacia el sistema capitalista, al “american way of life” y a los yuppies de los ochenta. Para desvincularse de una sociedad que odiaba, creó sus propias señas de identidad: ropa ancha y descuidada, camisas de leñador, chaquetas de lana, botas Dr. Marteens y una media melena sucia y despeinada. Así nacía el grunge, un estilo que empezaron a seguir miles de jóvenes en todo el mundo y que mitificó la figura de un depresivo Kurt Cobain.
David Beckham, el camaleónico
David Beckham no puede negar que siente verdadera pasión por el cuidado de la imagen. El futbolista no tiene miedo ni al color ni a las tijeras de su peluquero y tiene claro que, para ir a la última, es imprescindible visitar la peluquería y arriesgarse en el peinado. De ahí que Beckham haya cambiado de corte de pelo decenas de veces: desde el corte a capas que lucía cuando se casó con Victoria Adams, la larga melena rubia que llevaba jugando en el Manchester United a los sucesivos cambios que vivió jugando en el Real Madrid: trenzas, la cabeza rapada, una cresta, el pelo decolorado o el célebre recogido en dos coletas.
Robert Pattinson, el nuevo rebelde
Antes de protagonizar la trilogía cinematográfica de “Crepúsculo”, Robert Pattinson era un chico delgaducho y más bien del montón. El gran éxito de la saga engrosó su cuenta corriente y lo convirtió en el nuevo ídolo de jovencitas de Hollywood, obligándolo a ponerse manos a la obra para adoptar una imagen de chico malo. En ella toma muchísima importancia su peinado, un abundante y despeinado tupé inspirado en los chicos rebeldes de los años cincuenta, como James Dean, un estilo que le ese toque de muchacho indomable que vuelve locas a las quinceañeras de medio mundo.