Brillo: resplandeciente luz
Cuando se habla de cabello, la salud y la belleza son dos valores inseparables, por lo que un cabello bonito y brillante se traduce en un cabello sano, fuerte y sedoso. La causa de esta íntima relación es el aspecto y el estado de la cutícula. En un cabello sano, la capa más externa de la cutícula está correctamente sellada, su superficie es más lisa y por tanto, la luz se refleja de manera más uniforme, aportando un brillo y un resplandor inigualables. Por el contrario, cuando el cabello está dañado o desnutrido, las escamas de la cutícula no están correctamente alineadas y no forman una superficie lisa ni plana, con lo cual exponemos más a la melena a las agresiones externas ya que no cuenta con una barrera física contra los radicales libres, por lo que se muestra más opaco y encrespado.
Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de un cabello con brillo?. Llamamos brillo a la propiedad física que describe la manera en que la luz se refleja o interactúa sobre una superficie. Cuán más lisa es la superficie en cuestión, más uniforme y mayor es el reflejo de la luz sobre la misma. En el caso del cabello, esta regla se cumple a rajatabla: normalmente los cabellos lisos y sanos reflejan más luz ya que las cutículas de las fibras capilares estarán correctamente cerradas. En cambio, el brillo en cabellos rizados es más difícil de conseguir ya que, a causa de la propia forma del cabello, la luz rebotará de una manera más aleatoria que en un cabello liso. Por tanto, los cabellos rizados necesitarán un cuidado y tratamiento más específico para conseguir cerrar la cutícula y mantenerla lisa.
Aún así, los cabellos lisos tampoco se libran de la necesidad de cuidarse para sublimar su brillo. Para conseguirlo, la base de todo tratamiento deben ser la hidratación y la nutrición de la cutícula. Todas las grandes marcas cuentan con líneas específicas para poder conseguir el resplandor de un cabello sano. Es preferible tratar la cutícula desde el interior, con champús, mascarillas o tratamientos específicos con ingredientes emolientes e hidratantes que la alisan y suavizan.
También existen productos de acabado en textura crema, spray o sérum, que aportan al cabello una película brillante que lo dota del codiciado brillo. Productos que, sin embargo, es conveniente no abusar en clientes con cabello graso, que pueden acentuar un aspecto de suciedad y grasa en el cabello. Conocer las necesidades del tipo de cabello del cliente nos permitirá aconsejarle un tratamiento que realmente haga su cabello resplandecer.
Foto: Indola