Javier Gomar: ¡la peluquería está en todos los sitios!
¿Por qué decides seguir estudiando en el Gremi de Valencia al obtener el grado medio en el Instituto (2012)?
Todo surgió a partir de un curso con mi amigo Daniel Gallego él me dijo que debía seguir aprendiendo para mejorar en técnica y con profesionales diferentes. Después de estar allí, entiendes la necesidad de los gremios en esta profesión y sobre todo por la compenetración y ayuda entre iguales.
¿Qué te atraía de los premios OMC?
¡No entender como se hacía! Lo que más me fascina a día de hoy en la peluquería es cuando no sabes cómo lo han hecho, es como un truco de magia que se hace delante de ti. La OMC Hairworld es eso. Además a día de hoy las pruebas principales se hacen en muñecos concretos y todos trabajan sobre el mismo modelo valorándose el resultado, sin otras influencias.
Pasan los años, te formas, participas en los concursos pero no consigues trabajo y te lanzas a la aventura de abrir tu propio salón. Explícanos cómo fue.
En una charla con Daniel Gallego me dijo que me veía con suficiente conocimiento como para emprender mi negocio, y más aún si por la crisis no encontraba trabajo.
¿Qué valoración haces ahora de esta aventura empresarial?
Genial. He ido cambiando el concepto y adaptando los servicios. Hoy lo veo más como un sitio para relajarse y cargar las pilas. Mi salón es un lugar atípico como el hall de un hotel, cada esquina es diferente a la otra y el cliente puede relajarse.
Cuando viajas por el extranjero, ¿qué te gusta hacer?
Informarme. Busco antes si hay algún salón variopinto o profesionales destacados para poder visitarlos. Me gusta entrar y valorar los servicios cómo los dan, la atención al cliente, la decoración, en fin todo. Cada país tiene sus detalles hacia su público.
¿Qué valoras más de estos viajes, de los premios y de conocer otros profesionales?
Abrir la mente y ver todo lo que falta por aprender. Los premios son ideales para llegar a gente que sigues o admiras y poder estar junto a ellos, conversar y crear pequeños vínculos con ellos; además ves que son profesionales como tú. Fui a Nueva York por una charla de 30 minutos. En París estuve en dos salones donde aprendí mucho en poco tiempo. Allí conocí a Jorge de X-presión. En el primer curso con X-Presion conocí a Laura Betato a quien también sigo. No sabes hacia donde te puede llevar un evento si vas con ganas de aprender.
Háblanos de esta colección, ¿qué supone en tu trayectoria profesional y personal?
Mucho. Ha sido como quitarte una espinilla. Admiro mucho las colecciones editoriales que crean una imagen comercial y todo lo que transmiten. Ver finalizada esta colección reflejando esa energía como en otros profesionales que sigues; no tiene precio.
¿Por qué dices que es como un puzle?
Uprising es un puzle. Se programó el color antes del corte, el cual se hizo a diferentes profundidades para realzar donde fuera necesario. Para ajuntar esas piezas se requiere del styling, cuando decides a donde va cada parte y sacas a relucir la unión de las 3 piezas. Básicamente he mezclado pulido, un volumen geométrico y movimiento sin forzar el cabello.
¿Cuál es el papel del color?
Total. Gracias a él muestro la profundidad donde requiero, y también puedes dirigir la vista a una zona concreta si es necesario resaltar o endulzar del resto de la imagen.
Tras ser finalista en los premios Figaro y en los AIPP, ¿cuál es tu impresión?
En estos años me he dado cuenta que esto se debe coger como un juego. Hacer lo que quieras para demostrártelo a ti mismo, y a partir de ahí para que el público pueda disfrutarlo e inspirarse. Si a posteriori gusta y te dan la enhorabuena, genial. El mundo es muy grande y nunca sabes a quién puedes impresionar con tu arte, no sé ¡¡la peluquería está en todos los sitios!!
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