Extensiones: largura consolidada
Por Neus Hilari
Nacidas como una moda que se preveía temporal, hoy en día las extensiones son uno de los servicios más importantes del salón, casi al nivel del corte o el color. Una popularidad que le ha valido a este mercado para vivir en un estado constante de profunda renovación. El resultado, salta a la vista: sistemas de colocación cada vez más fáciles e imperceptibles, usos más diversificados y una calidad de cabello más alta y estrictamente cuidada. Aspectos que, sumados a la alta rentabililidad del servicio y la gran demanda de clientes, hacen de las extensiones uno de los servicios más premium en el salón.
Seguramente, hoy en día nadie puede imaginarse un salón de peluquería en cuya cartera de servicios no figure la colocación de extensiones, cuyo mercado se ha arrelado tanto en la cultura de la peluquería occidental como el tinte o el peinado. Y es que, ya en los años sesenta y setenta, la cultura de la Europa Occidental demostró un gran interés por el uso de pelucas, que se consideraban un accesorio de moda más que permitía a la mujer cambiar de look de un modo rápido, fácil y sin necesidad de ir a la peluquería. Afortunadamente para el sector, esta tendencia fue perdiendo gas a partir de los años ochenta y los noventa y, como contrapartida, empezó a surgir la tendencia de usar extensiones de cabello como modo de alargar la melena sin necesidad de tener que esperar largos períodos de tiempo a que el cabello creciera de forma natural. Y lo que, en un primer momento parecía una moda pasajera reservada solamente a los más atrevidos, acabó consolidándose en el extenso mercado que conocemos hoy en día.
Gran parte de esta enorme aceptación de las extensiones también se debe a que es un tipo de servicio muy rentable en el salón. La maquinaria necesaria para aplicar las extensiones permite que el profesional puede amortizarla en pocos usos, algo realmente inédito en el sector. Tal y como afirma Pedro Abril, la máxima rentabilidad del profesional es una de las razones de ser de las extensiones que comercializa la marca de la que es director técnico, Abril et Nature: “Los puntos fuertes de nuestras extensiones son la alta calidad, la gran variedad de tonos y su buen precio, que las convierte en una opción muy rentable para el profesional, ya que puede ofrecer a sus clientes un producto muy competitivo y de calidad con el que conseguir varios usos y finalidades, a la vez que és obtiene un margen de beneficio muy importante”.
En este sentido, es también importante tener en cuenta el gran trabajo formativo de muchas de las marcas de extensiones que, con políticas muy completas de soporte y formación, han conseguido que el peluquero pueda sentirse cómodo y seguro trabajando a diario con extensiones. “Una de las cualidades que nos acredita y que más valoramos en Capel·lo es la formación. Por esta razón, contamos con un formador de prestigio, Toni Santos, un comunicador excepcional que aporta soporte al profesional y garantiza la confianza en su trabajo”, explica Ester Sangrà, responsable de marketing de Capel·lo. Igual de importante es la formación para Víctor Badia, responsable de Extensiones Marvi: “En Marvi disponemos de múltiples sistemas de colocación de extensiones y siempre estamos en contínua búsqueda de nuevos métodos para facilitar y hacer más cómodo el trabajo del profesional, por lo que la formación es muy importante para nosotros y ponemos a la disposición de nuestros clientes cursos para aprender los diferentes sistemas de colocación de Marvi y las diferentes técnicas para conseguir un resultado perfecto”.
Por otra parte, si miramos el campo de las extensiones desde el punto de vista del cliente son un servicio muy atractivo, ya que son una vía muy rápida para conseguir un gran cambio de look. Los usos son múltiples: desde los clásicos alargamientos de melena hasta otras muchas funciones, como la posibilidad de crear peinados sin necesidad de cortar el cabello natural, cambiar el color del cabello sin someter a la melena a procesos químicos, aplicar mechones de fantasía, cambiar la textura del cabello sin agredir a su salud, o solucionar problemas de despoblamiento capilar mediante la aplicación de volumen en zonas puntuales. En este sentido, desde la firma Monna Lisa, su gerente Raúl Vidal afirma que la gran baza de su extensiones sea que “permiten una gran variedad de posibilidades: desde conseguir efectos de relleno en zonas poco pobladas, realizar fabulosos recogidos o elaborar una preciosa melena. Todo ello en cuestión de segundos y obteniendo unos resultados inmejorables”.
Esta gran consolidación de las extensiones en el sector de la peluquería ha conllevado que, desde sus inicios, este mercado haya evolucionado enormemente, sobre todo en lo referente a la amplia variedad de sistemas de colocación que disponemos hoy en día. A diferencia de sus inicios, cuando los métodos de colocación de las extensiones eran engorrosos, poco duraderos, incómodos y visibles en poco tiempo, hoy en día conviven varios métodos muy perfeccionados para poder adapatarse así a las necesidades de cada cliente y a cada tipo de cabello concreto. Por esta razón, la mayoría de firmas de extensiones disponen de diversificados métodos de aplicación: “Dependiendo de los gustos y las necesidades de los profesionales y el cliente final, trabajamos todas las técnicas de aplicación: queratina, tejedura, mechón a mechón, microring extensions, quick extensions y not implanted hair extensions”, afirma Ester Bobi, de Rueber. Ofrecer varios sistemas de aplicación puede ampliar el abanico de salones asociados, algo que en Sangrá saben bien y, según Gelen Sangrá, responsable de la firma, “Sangrá ofrece todos los sistemas de extensiones del mercado, respondiendo a las demandas del mercado, cubriendo así las necesidades de todos nuestros clientes”.
Aún así, también hay empresas que deciden especializarse en sistemas de aplicación concretos y muy innovadores, para diferenciar su producto del de la competencia, como el caso de la austríaca Hairdreams que ha querido diferenciarse creando sistemas de aplicación muy concretos y exclusivos, como Dual Power, aplicación con selector exclusivo para Hairdreams; y Laser, un revolucionario método mediante el cual las extensiones se colocan en tiras de ocho en ocho y no es necesario que intervenga la mano del estilista en el proceso. De todos modos, parece que el futuro está en los sistemas que facilitan cada vez más el trabajo del profesional y el confort de la clienta, como los adhesivos. Kodigo4, una empresa que siempre se ha caracterizado por la frescura de sus eslogans y por ofrecer un producto revolucionario, es una de las que en su oferta va más allá de la queratina: “Nuestro lema es ofrecer sistemas de aplicación rápido, sin máquinas, sin dolor, sin dañar el cabello y con la mejor calidad precio posible. Por ello, contamos con el sistema de colocación mediante clips, el adhesivo o nuestra novedad más reciente, el adhesivo en gel”, explica Sonia Contreras, responsable de marketing de la firma.
Además de facilitar el día a día del peluquero con sistemas de aplicación más cómodos, duraderos y imperceptibles, las firmas de extensiones también han consolidado su oferta gracias a la gran calidad del cabello que usan para crear sus productos. Actualmente, la gran mayoría de firmas se decantan rotundamente por el uso de cabello natural, el más idóneo a la hora de alargar la melena o crear efectos de volumen, ya que permite ser tratado como el propio cabello del cliente, se obtienen muy buenos resultados de brillo y movimiento y no comporta los problemas de enredos o encrespamiento del cabello sintético; el cual ha quedado relegado para la creación de mechones de fantasía, rastas o trenzas.
De todas maneras, el cabello usado para crear extensiones no debe ser solamente humano, sino que debe cumplir con las máximas garantías de calidad y durabilidad, y debe ser cabello remy, es decir, que la cutícula del cabello se preserve procurando que las escamas estén en la misma dirección para evitar que no se froten entre sí, cosa que podría provocar cualquier encrespamiento o enredo. En este sentido, el mayor mercado de cabello humano para fabricar extensiones es la India, cuya estructura básica lo hace muy similar al cabello europeo. El cabello de la India es, además, de muy alta calidad, ya que las mujeres no suelen cortárselo hasta el día de su boda, cuando lo hacen en un acto que simboliza el inicio de una nueva vida. Por esta razón, se trata de un cabello virgen y muy sano, ya que nunca ha estado sometido a procesos químicos, por lo que muchas firmas utilizan exclusivamente cabello procedente de este país. Un ejemplo es Great Lengths que, como afirma Ruth Valdivieso: “utilizamos exclusivamente cabello 100% natural procedente de templos indios, donde las mujeres donan su cabello como ofrenda a los dioses. Así nos aseguramos que el cabello tiene una cutícula sana e intacta, es de calidad remy, es virgen y es similar en estructura y densidad al cabello europeo”. También en So.Cap se decantan por el uso del cabello procendente de la India: “nuestro cabello es siempre natural y, además, de origen indio o europeo. Otro plus de nuestras extensiones es que siguen el sistema remy para evitar enredos en el producto final”.
En definitiva, ante tanta revolución y oferta en el mercado, lo que está claro es que las extensiones son un servicio en constante alza que no deja de mirar al futuro. Lo que nació para ser una tendencia puntual, se ha convertido en un mercado de éxito que mira al futuro profundamente evolucionado y renovado, algo que abre ante el profesional un mundo repleto de rentabilidad, crecimiento y negocio para el salón. ¿Lo vas a dejar escapar?
Foto: Christophe Gaillet