La calidad, nueva unidad de medida
Probablemente, si partimos del hecho que las noticias y las novedades vuelan en el tecnológico e interconectado mundo en que vivimos, las ferias no sean necesarias en ningún sector. Todos los negocios pueden, a golpe de clic y de ratón o de deslizamiento de dedo en tablet, conocer lo último, buscar el producto perfecto y además, recabar opiniones de colegas sobre el tema, debatir sus pros y contras y por si esto fuera poco, compartir con los cientos o miles de contactos que tengamos nuestra opinión al respecto. Ante esta facilidad de comunicación y difusión, ¿qué puede hacer una convocatoria física, limitada en el tiempo y en el espacio? Podría parecer que nada, pero en realidad puede, y mucho, porque el intercambio de opiniones y el pulso al sector no se toman de ningún modo mejor que cara a cara.
De este modo, creemos que las ferias deben evolucionar en sus principios y adaptarse a las nuevas necesidades de esta nueva manera de vivir y trabajar. Ya no tiene sentido llenar pabellones y pabellones de exposición con miles y miles de personas a la búsqueda de la muestra gratis o el regalo promocional. Ya no tiene sentido la peluquera acompañada del marido impaciente, del carrito del niño estresado, de las amigas curiosas, que acuden a pasar el domingo y no a una cita profesional. Ya no tienen sentido los pasillos infinitos de venta de productos dispares, desde bolsos y zapatos hasta bayetas que todo lo limpian. Y el éxito de una feria no puede medirse con esos parámetros anticuados. Lo que tiene sentido hoy en día es una cita profesional de calidad, que realmente aporte algo al que se desplaza al recinto y recorre sus pasillos. Lo que cuenta es la calidad de la convocatoria, la seriedad de la profesión, el interés real en la oferta expositiva de los profesionales que acuden y el rendimiento obtenido por las firmas que apuestan por exponer en ella. Es decir, que realmente el peluquero que va a la feria sea para algo y no sólo para ver qué hay y darse un baño de multitudes. En este sentido, es inevitable fijarnos en certámenes como Salon International en Londres, que no sólo no pierde punto sino que se posiciona como un perfil de feria envidiable: una exposición no demasiado grande, pero suficiente, de un nivel profesional muy alto, combinada con una amplísima oferta formativa y artística, que atrae profesionales de todo el mundo. La calidad y el respeto por la profesión como punta de lanza.
Este fin de semana nos hemos encontrado con dos citas simultaneándose en dos extremos opuestos de Barcelona, dos ofertas diferentes y dos certámenes en distintas etapas vitales: STS Beauty Barcelona naciendo con grandes esperanzas y Cosmobelleza, tras muchos años de liderazgo indiscutible, entrando en un declive anunciado del que posiblemente le sea difícil salir. Pero más allá de esto, de la difícil coyuntura, de las pretendidas comparaciones y competiciones, las valoraciones con diferentes raseros, los donde-dije-digo-digo-diego y otros comentarios que no vienen al caso, desde Ediciones Planet Look estamos convencidos que el futuro pasa por la profesionalidad, que ya no vale todo y que el cambio de modelo está a la vuelta de la esquina. La feria, tal como la conocíamos, es un campo yermo. Llega el momento de la calidad.