Catalina Poza: "Las principales técnicas son las de toda la vida"
Hacer que El recogido sea su marca personal, es algo que solo podemos esperar de una estilista con el talento y la dedicación de Catalina Poza, en ella nos encontramos una amante de la técnica y de la formación, con una inquietud enorme de aprender cada día más, para compartirlo con sus compañeros de profesión.
Tuvimos una entrevista agradable gracias a la simpatía y autenticidad, con la que Catalina Poza nos reveló sus mejores momentos personales y profesionales, momentos que le han marcado a lo largo de estos 20 años de trabajo, el tiempo que lleva con su salón.
Belleza Pro: ¿Cómo logras hacer del recogido tu marca personal?
Catalina Poza: Desde que comencé con la peluquería, me ha encantado El Recogido, es mi punto fuerte. Siempre venían a buscarme las novias y las invitadas a la hora de arreglarse para sus eventos, gracias al boca a boca. Entonces, lo ves y piensas: “Si vienen es por algo”. Ahí me fui dando cuenta y apostando cada vez más por esta técnica. Creo también que El Recogido tiene que hacerlo un profesional con técnica y esto te lo da la preparación. La técnica es fundamental a la hora de hacer un recogido, porque, si no, además de que tardas muchísimo tiempo, no sabes por dónde cogerlo. Si te formas y tienes técnica, hacer un recogido será siempre muy fácil.
BP: ¿Qué técnicas usas para hacer tus recogidos?
CP: Las principales técnicas son las de toda la vida, las técnicas de siempre que aprendimos en la academia hace veintitantos años. Esas que, cuando nos las están enseñando, dices “¡qué rollo!”: una coca, un moño italiano, una coleta, etc. Para mí, lo principal es tener una buena base. Luego, cuando sabes la técnica, puedes ponerle tu toque según la personalidad de la clienta a la que estás arreglando, de cómo va vestida, y te adaptas un poco a lo que necesita. También es importante aprender distintos tipos de trenzados y de coletas.
BP: ¿Qué te ha inspirado a la hora de crear tus colecciones?
CP: Me gusta mucho todo lo tradicional, lo que es la vida, lo que es en sí el día a día. La colección que hice anteriormente fue inspirada en Julio Romero de Torres, el pintor andaluz, y era un homenaje a la mujer de antes y a la de ahora. Representaba que hay cosas que nunca cambian. Para mí, el recogido es atemporal, no tiene fecha. La primera colección que hice se llamó así, Atemporal, y me inspiré un poco eso, en la vida.
BP: ¿Cuáles han sido algunos de tus momentos profesionales más emocionantes?
CP: Soy muy familiar y un día muy especial fue cuando peiné a mi hija para casarse. También, el día en que presenté mi colección en pasarela y cuando me publicaron una colección en una revista. Luego, en el salón, es muy emocionante ver a las niñas que he arreglado para su primera comunión y que, después, las arreglo para el día de su graduación o, incluso, para su boda. A mí eso me llena muchísimo. Es muy importante ver que mis clientas siguen viniendo en el día a día, desde hace 20 años. Este año hace ya 20 años de que abrí la peluquería.
En cuanto a las formaciones, cuando me mandan un mensaje: “Catalina, esto que me enseñaste, ¿cómo era?”. A mí no me importa coger el teléfono, mandar un vídeo y ayudarles. Porque creo que ante todo somos compañeros y estamos para eso, para ayudarnos en lo que necesitemos.
BP: ¿Cómo logras que cada recogido sea único?
CP: Es mucho más fácil de lo que pensamos. Se consigue hablando con la clienta, intentando ver cómo es esa persona, cómo va vestida, para qué evento va. Escuchando a la clienta y observando su tipo de cabello, porque no todos son iguales. Entonces, junto todo eso y le doy un toque personal.
BP:¿Qué les dirías a tus compañeros de profesión sobre El Recogido?
CP: En primer lugar, que no crean que El Recogido es una técnica pasada de moda. Al contrario, pienso que es el futuro. Somos nosotros los que tenemos que ponerlo sobre la mesa. Una persona me dijo una vez que el recogido estaba pasado de moda, que ya no se hacía y que no se podía vivir de él. Evidentemente, en un mes de enero donde no hay eventos, no vas a vivir del recogido, pero a partir del mes de marzo, que empiezan los eventos hasta el mes de octubre o noviembre, te ayuda mucho a sacar adelante la peluquería.
Si un peluquero está preparado y es capaz de ofrecer a la clienta un recogido, nunca va a estar pasado de moda, porque hay infinidad de formas de hacerlo. Si una clienta que confía en ti tiene un evento y es importante para ella, lo primero que te va a decir cuando se siente en el sillón es: “¿Qué me hago? ¿Qué me aconsejas?”. ¡No le vas a pasar la plancha, porque eso se lo puede hacer ella en su casa! Tienes que proponerle algo distinto, que le haga verse diferente en el evento y debes saber aconsejarla.
Tenemos que diferenciarnos de lo que la clienta se puede hacer en casa. Si tú le dices, “hazte un recogido, que te vas a ver diferente del día a día”, seguro que le gustará. ¡Claro! Pero debes estar formando, debes conocer la técnica.
BP: ¿Cuéntanos un poco cómo es tu día a día?
CP: ¡Una odisea! Algunas veces digo: “¿cuántas horas tiene el día, 24?”, pues tiene que tener más, porque no sé de dónde saco el tiempo. Desde que me levanto, lo primero es organizar mi casa, mis cosas, ya que soy madre, esposa y abuela. A las 10 am abro la peluquería, pero si una clienta me necesita antes, no me importa abrir para ella. Después del descanso para comer, vuelvo al salón hasta las 8.30-9 h de la noche.
BP: ¿A qué hora creas las colecciones?
CP: Ya por la tarde, cuando termino. En lugar de sentarme tranquilamente en el sofá a ver una película, revoluciono mi salón y me pongo a hacer bocetos y a coser, que me encanta. En “Sí, quiero” y las otras colecciones, hice yo tanto la ropa como el estilismo.
Mis sábados, no sé si contártelos porque acabas cansada (ríe). No soy capaz de que venga a buscarme una clienta para un día especial, una novia o una madrina, y decirle: “no te arreglo”. Solo por el hecho de que entren por mi puerta, confiando en mí para un día tan especial, soy incapaz de dejarlas sin arreglar. Por eso, aunque no las tenga en agenda, les digo: “¿A ti te importa madrugar? Si a ti no te importa, a mí tampoco”.
He llegado a empezar a las 4:30 de la mañana, arreglar a dos novias en la misma mañana e ir después a su casa a poner el velo o la mantilla. Hay días de locos, en los que no paro ni para comer. Puedo tener una novia por la mañana y otra por la tarde y no me importa, porque la verdad es que lo hago con mucha ilusión, desde el corazón. Me siento recompensada y comprometida con las clientas que vienen en busca de mi ayuda, de mis manos y mi trabajo. ¡Soy incapaz de dejarlas sin arreglar, la verdad que sí!