El sector persigue embalajes llamativos que no incrementen los costes
Embalajes para dulces y productos panificados, ricos por dentro y por fuera
Estos bombones no pueden faltar en el estante de los dulces, sin necesidad de grandes reclamos. Los bombones Halloren son un éxito de ventas absoluto desde hace más de 60 años y proporcionan unos excelentes beneficios, permanentemente, a Halloren Schokoladenfabrik, una firma con sede en Alemania del Este. En 2013, la empresa quiere superar los 100 millones de euros de ventas, por primera vez, después de alcanzar los 90 millones de euros, aproximadamente, en 2012. “Desde la privatización en 1992 hemos logrado consolidarnos en el mercado sin perder nuestras raíces y nuestro punto fuerte principal”, afirma el presidente del consejo de dirección, Klaus Lellé.
Pero el máximo responsable de Halloren no quiere confiar solo en la popularidad y la tradición. Para seguir teniendo éxito, Lellé hizo que los bombones en forma de bolitas se sometieran el pasado año a un “lifting completo” como se llama en Halloren. Las cajitas de cartón contienen 16 variedades de sabores diferentes, siguiendo actualmente un concepto con elementos de diseño corporativo unitarios. Además, la marca de snacks propia de la empresa, Choc'n Snack, se presenta en bolsas stand up, que se tienen en pie, lo que hace que destaquen más en los comercios y, entre otras ventajas, pueden volver a cerrarse.
Para sobrevivir en el mercado de dulces y snacks frente a grupos como Nestlé o Kraft Foods, es necesario presentar adecuadamente las mercancías en el punto de venta. La oferta de productos para picar es actualmente gigantesca: pralinés con mantequilla salada, mantecadas con azafrán o nubes con sabor a azahar y cobertura de chocolate son solo algunos de los nuevos productos con los que los fabricantes penetran en las estanterías. “Dentro de la dura competencia, las empresas quieren ganar cuotas de mercado lanzando continuamente nuevos productos”, comenta Torben Erbrath, portavoz de la Asociación Alemana de la Industria de Dulces (Bundesverband der Deutschen Süßwarenindustrie). El embalaje es la clave en el carro de la compra. No solo debe proteger el contenido sensible del producto, sino también ser un reclamo que atraiga la atención. Esto exige la máxima creatividad a los diseñadores de embalajes, ya que se requieren tanto colores y formas llamativos como un lenguaje eficaz.
El criticado espacio vacío
Sin embargo, algunos fabricantes de dulces y productos panificados van algo más allá. Las empresas son criticadas reiteradamente por engañar a los clientes con embalajes demasiado grandes que inducen a error. Un estudio de la Organización de Consumidores de Renania del Norte Westfalia (Verbraucherzentrale Nordrhein-Westfalen (NRW)) puso de manifiesto que los envases de galletas y snacks están vacíos en un 40% de media, aproximadamente. Este espacio vacío no solo está prohibido por ley, sino que también es inútil. Muchos consumidores se sintieron engañados en su compra, afirma Klaus Müller, miembro de la dirección de la Verbraucherzentrale NRW. Además, existen también argumentos ecológicos contra los embalajes XXL. Quien malgasta recursos atenta contra el medio ambiente y el clima, algo que también saben los consumidores.
Los embalajes ostentosos también han sido revisados por motivos ecológicos. Los fabricantes de dulces y productos panificados se encuentran sometidos a grandes presiones de costes, ya que cada vez se encarecen más, por una parte, la energía y el material de embalaje y, por otra parte, las materias primas como la leche, el cacao y el azúcar. El precio contado (spot price) de la mantequilla de cacao utilizada para la fabricación de tabletas de chocolate subió en 2013 un 80% a 8.000 dólares por tonelada, lo que presiona el margen de beneficio.
Para no ahuyentar a los consumidores sensibles al medio ambiente y compensar los incrementos de costes, las empresas solo tienen una opción: deben hacer más discretos sus embalajes y fabricar sus productos más eficientemente. Halloren avanza dando buen ejemplo. Los nuevos embalajes de la fábrica de chocolate hacen su efecto también sin necesidad de un elaborado diseño y elementos accesorios innecesarios. Poco a poco también parece que va cambiando la mentalidad de otros fabricantes. Los primeros apuestan por la reducción de material (material downsizing) utilizando también preferentemente materiales de embalaje fácilmente reciclables y que ahorran materias primas, reduciendo el grosor de los materiales. “En el mercado de embalajes pueden detectarse algunas tendencias generales. La sostenibilidad es una de estas megatendencias”, comenta Ralf Weidenhammer, máximo responsable de la empresa de embalajes del mismo nombre. Entre otras cosas, Weidenhammer fabrica botes combi de cartón, fácilmente reciclables, para dulces y snacks salados. Con sus botes de cartón, la empresa ha ayudado a que marcas como Knack & Back o Pringles lograsen una gran popularidad, ya que con ellos mantienen un equilibrio entre la extravagancia y la eficiencia. Así, el bote de Pringles ofrece frescor y disfrute y, al mismo tiempo, se presenta como un envase ligero que ahorra recursos.
Entretanto, los científicos buscan materiales alternativos que sean todavía más ecológicos y económicos. Recientemente fue desarrollada una alternativa sostenible a las láminas multicapa transparentes, como se utilizan también en los botes combi de Weidenhammer, por el Instituto Fraunhofer de Técnica de Procedimientos y Embalajes (Fraunhofer-Institut für Verfahrenstechnik und Verpackung) de Freising: el revestimiento de la lámina con suero de leche. En el proyecto Wheylayer, patrocinado por la Unión Europea, los investigadores utilizan proteína de suero de leche en lugar de plásticos con base de petróleo. Esto es muy práctico, ya que los componentes naturales del suero de leche prolongan la conservación de los alimentos. Todavía más importante, al contrario que el petróleo, el suero de leche está disponible ilimitadamente y es biodegradable.
En interpack 2014, que se celebrará del 8 al 14 de mayo en Düsseldorf, podrán verse muchas otras innovaciones en el campo de los embalajes para dulces y productos panificados. Más de 1.000, del total de unos 2.700 expositores esperados, han indicado como el grupo objetivo para sus productos y servicios el sector de los dulces y la oferta de interpack será también consecuentemente variada. También los constructores de máquinas esperan múltiples novedades en Düsseldorf. “Su enfoque se centra en el incremento de la eficiencia, ya que en la fabricación de dulces cuenta cada céntimo”, explica Beatrix Fraese de la Asociación Técnica de Máquinas para Alimentación y Embalajes de la Asociación de Construcción de Máquinas VDMA (Fachverband Nahrungsmittel- und Verpackungsmaschinen im Maschinenbauverband VDMA).
Producir más eficientemente
El potencial de eficiencia en la producción de dulces no se ha agotado todavía, explica Fraese. “Una parte del parque de maquinaria está obsoleto”. Esta conclusión se basa en un estudio actual de la empresa suiza de instalaciones Bühler. Según el mismo, la industria del chocolate gasta anualmente, en todo el mundo, 200 millones de euros en limpieza, tostado, desbacterización, triturado y molturación de los granos de cacao. Bühler promete reducir los costes de energía de procesamiento del cacao hasta un 65% con la auditoría de energía (Energy Audit) y su nueva técnica de incineración de las cáscaras. Con la auditoría de energía gratuita, los ingenieros de Bühler detectan las fugas de energía en el proceso de fabricación del transformador del cacao. El nuevo sistema de incineración utiliza la energía obtenida del tostado y la desbacterización, en lugar de tratar las cáscaras como residuos, lo que evita tener que adquirir costosa energía calorífica. “La combinación de la auditoría y la nueva tecnología anunciará un nuevo enfoque energético que cambiará enormemente el futuro”, afirma Thomas Bischof, responsable de producto en Bühler.
Por su parte, la empresa danesa Aasted, competidora de Bühler, ha desarrollado a su vez con SupaNova Quick Shift una nueva instalación de temperación para el chocolate. Para lograr una fusión delicada, cada chocolate debe calentarse varias veces, con cuidado, para que los cristales se disuelvan en la masa de chocolate. Un sistema especial de agua caliente cuida en el nuevo Quick Shift de que la cristalización pueda controlarse con mayor precisión, reduciéndose el tiempo de producción. Además, el mecanismo agitador de la instalación de Aasted puede extraerse. De este modo, la máquina puede repararse más fácilmente y esto aumenta su disponibilidad.
Reducir los costes de personal, aumentar los tiempos de servicio de las máquinas: estos son también los objetivos del fabricante de sistemas de hornos Walterwerk de Kiel. Esta empresa presentará en interpack Jupiter IC, el primer miembro de una nueva generación de sistemas para gofres dulces y snacks, que fabrica gofres mucho más rápidamente que los sistemas que había hasta ahora, comenta Markus Bartels, director de marketing técnico. Jupiter IC produce más de cinco gofres por segundo, sus predecesoras cuatro. Además, la empresa ha diseñado el nuevo sistema de modo que requiere menos mantenimiento. Así también pueden ahorrarse costes.
La próxima generación de máquinas ya se está desarrollando en Walterwerk. “Trabajamos para hacer nuestros sistemas todavía más flexibles y cómodos para el usuario”, explica Bartels. Esto sería necesario porque con la variedad rápidamente creciente de productos aumentan también los requisitos para los sistemas. “Debido al cambio frecuente de producto y los ciclos de oferta más cortos, hoy necesitan ser mucho más flexibles y poderse cambiar más fácilmente”, afirma Bartels.
Los fabricantes de embalajes y constructores de máquinas se han preparado con múltiples innovaciones para los nuevos requisitos del sector de dulces y productos panificados. Los fabricantes que desean invertir pueden elegir entre una amplia gama de nuevas soluciones de embalajes y de máquinas más eficientes. En la próxima edición de interpack podrán obtener una impresión de todo ello.