Entrevista a Carlos Torres, socio fundador de NCI Consultores Inmobiliarios
4 de febrero de 2011
Para empezar, ¿estamos como era de esperar o podría ser peor?
Siempre se puede estar peor de como estás. Sin embargo, la previsión se ha cumplido en su mayor parte. Creo que se ha ‘tocado fondo’. El país está mal, muy mal, pero algo me dice que a partir de ahora todo lo que suceda tendrá algo de positivo, por poco que sea, y por despacio que acontezca.
En los últimos años se han hecho muchas previsiones. ¿Se ha cumplido alguna?
¿Previsiones? Yo creo que lo que ha pasado ni el más listo lo podía prever. Cuando las cosas se hacen mal la gente no se da cuenta de lo que se está haciendo, o de sus repercusiones; unos por inconsciencia, otros por falta de experiencia, otros por no quererlo saber, otros por intereses propios, etc. Esto es como cuando decimos ‘el amor es ciego’. Las cosas suceden y como todo va ‘bien’ nadie quiere preguntarse si será bueno o malo en el futuro. La gente vive el presente y ‘que le quiten lo bailao’. Si fuéramos un país más previsor no hubiéramos vivido una crisis como la que vivimos y sufrimos en la actualidad.
Nadie quiere perder oportunidad de negocio y sólo algunos eran conscientes de lo que podía pasar; éstos hoy se han enriquecido y no les importa en absoluto las consecuencias.
Al inicio de la crisis muchos apuntaban que serviría para ‘limpiar’ el sector. Pero también ha afectado a consultores con experiencia...
Sí, absolutamente. Es algo que he denunciado en muchas ocasiones: el intrusismo y la falta de especialización y formación. Pareceré un anticuado, llevo ya más de 28 años siempre en lo mismo y hay que reciclarse, estar al día, pero con los principios básicos de nuestra profesión siempre presentes. Un asesor inmobiliario no lo puede ser el que regenta el bar-restaurante de un polígono. Tampoco lo puede ser un recién llegado, que con algo de dinero se ‘monta’ por su cuenta y pretende ponerse al nivel de otros que llevan toda la vida.
Las casas se empiezan, siempre, por la base, por sus cimientos. No sólo es el intrusismo instaurado en estos años pasados; también ha pasado con personas adineradas que, aprovechando el buen momento, han constituido agencias inmobiliarias, bien con su dinero, bien con el de otros, y han querido participar de un sector del cual desconocían prácticamente todo.
La crisis, además de acabar con muchos de los que acabo de comentar, también ha provocado que asesores inmobiliarios con experiencia y sus profesionales hayan sido obligados a presentar concurso de acreedores o cerrar su actividad. Me refiero también a grandes compañías internacionales, que incluso dando buenos resultados, la coyuntura en Europa, o resto del mundo, les han obligado a tomar una decisión.
En un futuro, ¿qué medidas se deberían tomar para evitar algo así de nuevo?
¿Futuro? Espero que lo sucedido sirva de escarmiento para todos. Todos han sufrido la crisis, la oferta y la demanda. Y si bien antes uno u otro se aprovechaban en una crisis, parece ser que ahora ésta es más difícil. Ha sido una crisis más visceral, más agresiva, y apoyada también por una crisis en el sector financiero, que ‘encegado’ y sólo pensando en sus beneficios, ha sido uno de los principales culpables de la situación actual.
Ahora los bancos y cajas no quieren más activos y están tomando decisiones para aumentar sus liquidez y reducir sus gastos. Es penoso que los agentes inmobiliarios, que hemos hecho las cosas con cabeza, y siempre trabajado con la máxima profesionalidad, tengamos que sumarnos dentro de los catalogados o tildados como especuladores, ‘piratas’, y tengamos que sufrir las críticas que sólo se merecen los intrusos y los irresponsables.
Ya se están tomando medidas. Por ello creo que estamos en el punto de inflexión. Peor podemos estar, sí; pero el país iría directamente a la quiebra. España endeudada, Cataluña endeudada, los ayuntamientos también, las empresas más de lo mismo y los particulares no pueden aguantar esta situación mucho tiempo más. ¿Dónde está la economía del bienestar?
Si el mercado europeo se recupera, como parece, antes, ¿qué incidencia puede tener en el mercado inmobiliario español? ¿La entrada de inversores extranjeros es positiva o negativa?
Parece ser que en Europa se está recuperando, sí; Alemania, Francia... Se están recuperando. Y si además los países del Este, los Iberoamericanos, también están en líneas ascendentes, creo que aunque sólo sea por inercia, España también debe empezar a recuperarse. Unos ayudan a otros.
Sin embargo la entrada de inversores extranjeros será lenta, muy lenta. En mi modesta opinión, medio mundo debe ayudar al otro medio, por lo tanto apoyo la entrada de inversores extranjero. Hoy parece ser que sólo están en buena situación nuestras empresas exportadoras. La entrada de inversores extranjeros ayuda a la economía del país. La construcción debe activarse, el paro disminuir y si bien lo ideal es hacerlos con recursos propios, no podemos negar que otros nos ayuden.
En este momento, sigue habiendo sobreoferta. ¿Qué evolución cree que hará?
En la actualidad hay sobreoferta, pero en los últimos meses, parece que se ha tomado conciencia y los propietarios han empezado a dar el paso y a aceptar la realidad. Por otra parte, la demanda creo que ya está empezando a asumir que la expresión ‘esperemos que aún bajará mas’ ya no tiene razón de ser.
Los precios han bajado considerablemente; se están negociando condiciones contractuales muy favorables para la demanda. Poco a poco está decreciendo la sobreoferta. Además se ha depurado el sector y muchos intermediarios o bien ya no existen o se han rendido.
Los que quedamos somos más fuertes y, por nuestro ‘modus operandi’, que es bueno, estamos más animados y con más ilusión para trabajar.
Al final, en ‘las plantillas’, es bueno que tengamos algún ‘crack’ pero supongo que, al ser del país, conocen más su cultura, la coyuntura y dan el todo para ‘sobrevivir’ o ganar más dinero. Podemos asimilarlo a los clubes deportivos, que apuestan por gente del país y formadas en casa. Ahora están dando grandes resultados.
Con esto tampoco quiero decir que las agencias inmobiliarias extranjeras no operen aquí. Pero tengo muy claro que las empresas son las personas, y éstas son al final las que deben solucionar las necesidades de los que las necesitan.
¿Qué zonas cree que se ‘desharán’ antes de este exceso?
Usted cree que ya no podemos esperar a que bajen más los precios. Pero ¿es cuestión de precio o también de confianza?
Los precios ya no deben bajar mucho más; sólo bajarán aquellos inmuebles que estén amenazados por el tiempo: ‘tengo que vender o me lo quitan’. Desafortunadamente todavía nos encontramos con algunos propietarios que se resisten a bajarlos. En su mayor parte tienen sus inmuebles desalojados y las posibilidades que tienen de ser ocupados son ínfimas.
Pero sí, la confianza es una de las condiciones primordiales para el inversor; la seguridad, y eso sólo se consigue con un buen precio, con una buena ubicación y con un buen asesor inmobiliario.