Es la hora de la verdadera consultoría inmobiliaria

Desde luego uno de los sectores que más está sufriendo la crisis es el inmobiliario, fruto, sin duda, del excesivo optimismo que reinó en el mercado durante demasiado tiempo. Un estado de alegría constante que generó no sólo un exceso de especulación, sino también una abundante concentración de capital y la irrupción de algunos nuevos empresarios no del todo entendidos en la materia. Un conjunto de actuaciones y actitudes que no entraremos a juzgar, al menos en este artículo, pero que como diría el refrán, ‘entre todos la mataron y ella sola se murió’.

Ante la complejidad de la situación y el alcance multisectorial de la crisis en la que nos encontramos inmersos, el mercado industrial podría situarse como uno de los más dañados dentro del inmobiliario. Muchos han sido los negocios que a lo largo de estos tres años no han sobrevivido y los que sí lo han hecho, la mayoría todavía luchan por mantenerse. La ausencia de una demanda fuerte que anime el sector se suma a la difícil situación de unos propietarios que se encuentran con un patrimonio industrial por el cual pagaron, años atrás, un precio (razonable en aquel momento), valorado en base a unas expectativas permanentes de subidas interanuales de entre el 10 y el 20%. Unos precios que sin duda habrán variado y sobre los cuales deberán tomarse decisiones de vital importancia.

Pero parece que soplan vientos favorables. Quizá los vientos no son muy fuertes, ni soplan en una dirección bien definida, pero el sector tiene las velas alzadas y desplegadas, tal vez por la esperanza de volver a una cierta normalidad (y decimos ‘normalidad’ en un sector que quizás se había pasado de lo normal). Es pues la hora de la verdadera consultoría inmobiliaria, el momento de conocer el verdadero valor de mercado de estos patrimonios inmobiliarios, evaluar las diferentes posibilidades para ajustar sus costos a la realidad de hoy y tomar las decisiones correctas para afrontar la situación.

En Forcadell somos conscientes de la necesidad de estos propietarios de analizar su patrimonio de la mano de una fuente inmobiliaria experta e independiente. Con un adecuado análisis se pueden conocer las verdaderas posibilidades para la toma de decisiones en la compra o la venta de inmuebles, en negociación de contratos, en la relación con la banca, en operaciones entre sociedades vinculadas, en procesos sucesorios y de segregación de patrimonio, en fusiones y adquisiciones, o también como parámetro para fines contables y tributarios.

El área de Consultoría & Research de Forcadell, la cual ha reforzado ampliamente sus servicios, especialmente en el ámbito de las valoraciones inmobiliarias y los estudios de mercado, asiste a estos clientes ante esta necesidad crítica, en base a una experiencia de más de 50 años en la gestión, intermediación y consultoría de inmuebles industriales.

Llegados a este punto, puede que a algunos propietarios les surjan algunas preguntas que podrían ser analizadas ampliamente. A modo de resumen, pasaremos a responder las dos más importantes:

¿Qué es exactamente una Valoración Inmobiliaria?
Una valoración inmobiliaria es un procesó objetivo y metodológico de análisis a partir del cual se otorga un valor de venta o alquiler de un bien inmueble.

Las valoraciones pueden tener varias finalidades. Las más frecuentes suelen ser: patrimoniales, contables o tributarias, de herencias o segregaciones, relaciones personales entre personas físicas y jurídicas, urbanísticas de arrendamiento, de análisis de inversiones o desinversiones, entre otras.
Hacienda obliga a justificar el valor de los alquileres y de las ventas entre personas vinculadas. Desde febrero de 2009, Hacienda obliga a que estén documentadas con una valoración de mercado todas las operaciones entre personas vinculadas, en las cuales se incluyen la compraventa o los alquileres de inmuebles.

¿Es necesario identificar la finalidad de una valoración?
Sí. La finalidad, es decir, la causa que motiva el encargo, condiciona la normativa de aplicación y determina el método de valoración a utilizar y, según este, el tipo de valor.
Forcadell aplica en cada caso el método que exige la normativa, aplicable a la finalidad y a las características propias de cada inmueble.