A la espera de un 2013 más dinámico
Con las sucesivas rebajas en el rating de España y el aumento de la tasa de paro, no hace falta recordar que el entorno económico, además de complejo, es factor determinante en el descenso del consumo, en general, y de la producción industrial en particular. Por ello, la escasez de demanda de naves e inmuebles industriales se ha acentuado en los últimos meses, tanto en régimen de alquiler como de compra.
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Poco pueden hacer los ofertantes de inmuebles, salvo una mayor rebaja en los precios de salida, que se acerca al 10% para los alquileres y casi el 8% para las operaciones de venta, en términos generales, en lo que va de año. En cuanto a la inversión, las naves AAA con inquilinos de solvencia mantienen una tasa de rentabilidad del entorno del 8%.
El ajuste ha sido, efectivamente, muy severo pero ha dejado lugar a la aparición de oportunidades que, en muchas ocasiones, no se llegan a materializar por la difícil obtención de la financiación. Además, en la actualidad el riesgo percibido por los datos macroeconómicos que amenazan la desocupación de inmuebles y el cese de la actividad empresarial, son la principal barrera para la mejora de la actividad.
La escasa perspectiva de mejora desencadena en una casi nulidad de las nuevas operaciones, por lo que no prevemos una activación de la actual situación del mercado inmobiliario industrial en los próximos meses. El único atisbo de dinamicidad lo encontramos en las empresas que buscan optimizar sus recursos, bien reduciendo superficies, renegociando rentas, o bien cambiando a mejores ubicaciones en los mismos rangos de rentas.