Entrevista a Albert Vilardaga, director del departamento de Desarrollo Económico Territorial de Pimec
La unidad de polígonos de Pimec, que depende del departamento de Desarrollo Económico Territorial, surgió por la demanda de los empresarios de la propia patronal. El primer embrión se remonta a los años 90 y, desde entonces, ha evolucionado en función de las necesidades de las propias pyme, porque “los polígonos industriales recogen un % muy importante del PIB”, nos apunta Albert Vilardaga, director del departamento de Desarrollo Económico Territorial de Pimec. “Y si tenemos en cuenta que una de las misiones de Pimec es mejorar la competitividad de las empresas, los espacios donde éstas se ubique son importantes para nosotros”.
Con esta filosofía bajo el brazo, y conociendo bien el tejido empresarial para el que trabajan porque “pisan el territorio”, Albert Vilardaga detalla en qué consiste su trabajo para impulsar los polígonos industriales de Cataluña.
¿Puede contarnos en qué consiste el trabajo de Pimec Polígons?
Trabajamos con dos vectores, que corresponden en definitiva con los dos vectores con los que trabaja toda Pimec: el de servicio a las empresas, lo que supone desarrollar una cartera de servicios pensando en los empresarios de los polígonos industriales y en las asociaciones de empresarios de los polígonos; y, en segundo lugar, uno de carácter más institucional dado que somos la patronal más representativa de Cataluña, la patronal de la pequeña y mediana empresa, y nuestra misión es dar voz a estas empresas precisamente. Por ello llevamos sus necesidades y demandas a las diferentes mesas en las que participamos tanto en el ámbito local como regional e incluso estatal, proponiendo contenidos o cambios legislativos. Un ejemplo lo encontramos con nuestro trabajo en Cepe, la Coordinadora Española de Polígonos Empresariales; somos el único agente de Cataluña integrado en la directiva de esta organización; que está desarrollando un proyecto clave como es la Ley de Polígonos. En este sentido, hace unos tres meses aproximadamente presentamos ante el director general de la Pequeña y Mediana Empresa y de Industria nuestra propuesta de ley para los polígonos, fruto del trabajo realizado junto a todas las federaciones de polígonos del Estado español y la Cepe.
Así, el departamento de Pimec Polígons trabaja en una doble vertiente: por una parte gestiona asociaciones de empresarios de polígonos, dinamizando su trabajo y dando respuesta a las necesidades que se plantean, y por otra parte recogemos sus inquietudes para defenderlas ante los agentes clave que pueden resolver esta demandas.
Sin embargo, es curioso que precisamente una de las carencias que más se detectan en los polígonos sea la falta de asociacionismo o de un gestor.
Sí, y efectivamente es uno de los retos que se trabajan más en la unidad. Tenemos mucha experiencia, lo que nos ha permitido desarrollar una metodología de trabajo en la que se hacen partícipes tanto a las empresas como a todos aquellos agentes del entorno que pueden condicionar la situación del polígono.
Es cierto que existen aún carencias importantes en cuanto a la gestión y dinamización de los polígonos, lo que nos obliga, no obstante, a ser aún más incisivos y a divulgar casos de éxito y de buenas prácticas, que los tenemos y no son pocos en Cataluña. Y no estamos hablando solamente de cómo gestionar mejor los servicios sino también cómo comunicarse con el entorno de modo unitario.
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¿Y existe receptividad por parte de las empresas para impulsar esta agrupación?
Lo cierto es que cada caso es particular pero sí hemos notado un incremento de la demanda sobre cómo proceder a la creación y dinamización de una asociación. Y en este sentido nos encontramos con dos tipos de motivadores. Por una parte, el ayuntamiento puede ser quien quiera un sólo interlocutor con quién hablar sobre los servicios al polígono, ya sea limpieza, alumbrado, etc. Por otra, son los propios empresarios, que en base a una problemática muy particular que les afecta de forma conjunta deciden asociarse para tratar de solucionarla.
Asimismo, en los últimos meses también hemos detectado un aumento de la demanda de asesoramiento a Pimec Polígons sobre cómo asociarse, los costes que conlleva, cómo organizarse, servicios principales a desarrollar… Supongo que, con la crisis, los ayuntamientos, que eran los que tradicionalmente daban la mayoría de servicios a los polígonos, han dejado de hacerlo, de modo que las empresas instaladas ven ahora la necesidad de movilizarse.
Tanto en un caso como en otro estamos evolucionando la figura tradicional de desarrollar una asociación por polígono para incorporar varios polígonos del mismo municipio y hasta de municipios distintos, con problemas similares, en una misma asociación. Esto permite a ésta contar con una mayor masa crítica, tener más fuerza y ser más ágil a la hora de desarrollar acciones.
¿Creen que la crisis les ha llevado a buscar cómo dinamizar mejor el polígono y no sólo mantenerlo?
De la misma forma que ha sucedido en la mayoría de empresas, la crisis ha obligado a revisar, mejorar y perseguir la máxima eficiencia en la gestión. Al hecho que la gestión en muchos casos no ha sido al 100% eficiente, debemos añadir los graves problemas de financiación que padecen muchos de los municipios. Esto no ha hecho más que acentuar la necesidad de colaborar entre empresas y entre el sector público y privado para optimizar la relación y coordinar las actuaciones. Y para ello, Pimec viene reclamando desde hace años una Ley que dote los polígonos de fondos para mejorar infraestructuras, servicios y su dinamización. La Ley de Polígonos debe resolver entre otros, la financiación de estas actividades, porque al fin y al cabo estamos hablando un problema fundamentalmente de financiación.
Si se soluciona la financiación de las actuaciones vitales y también la coordinación entre administración pública y empresarios de los polígonos, entraríamos en otro terreno de juego del que, hoy por hoy, quedamos muy lejos. Y en este escenario la es la coparticipación y la cogestión. De este modo, los empresarios, mediante la asociación, pueden tener voz y voto en las decisiones que tomen en su entorno más inmediato.
¿Quizá debería pensarse en una gestión de polígonos como una comunidad de propietarios?
Es un símil que se ha utilizado muchas veces y, si bien es cierto que puede guardar algunos parecidos, debemos tener en cuenta que se trata de la gestión de un ente con unas magnitudes muy superiores en todos los sentidos. El problema durante mucho tiempo ha sido que se pensaba a corto plazo, en la venta de metro cuadrado, pero no se planteaba cómo se gestionaba y mucho menos cómo se gestionaría tras la venta de este metro cuadrado, que era el objetivo inmediato. No se pensó en posibles revisiones de financiación, servicios disponibles, cómo dinamizar a las empresas ubicadas… Porque no debemos olvidar que en los polígonos se encuentra una parte importante de nuestro PIB así que no sólo hay que atraer empresas sino también evitar la deslocalización.
Seguramente ahora la crisis ha cambiado el punto de vista de la política de gestión de polígonos. Hablando en términos futbolísticos, hace meses jugábamos al ‘ataque’, buscábamos inversiones para el municipio, algo que seguimos haciendo, pero la política municipal se debería enfocar ahora también en una táctica de defensa, de evitar la marcha de empresas, y ello se logra ofreciendo mejores servicios a los empresarios y si es posible mancomunarlos.
Se plantea así otro gran cambio que conlleva la crisis y es alcanzar un modelo de gestión donde se tenga una suficiente masa crítica para contar con recursos suficientes. No tiene sentido que si un municipio tiene 5 polígonos existan cinco asociaciones diferentes. Por ello se está trabajando en la mancomunación de intereses para que se puedan mancomunar servicios que permitan ser más competitivos y reducir el coste de los mismos.
En una fase posterior, esta gestión mancomunada a nivel municipal evolucionará para gestionar los servicios de forma conjunta en un ámbito supramunicipal. Porque al negociar servicios de limpieza, alumbrado de dinamización empresarial, etc., a más masa crítica, mayor capacidad de negociación.
Sin embargo, existen carencias que ya son urgentes: telecomunicaciones, infraestructuras viarias adecuadas, etc.
Cierto. Cuando nos requieren desde un polígono para que nos ocupemos de su gestión, inicialmente hacemos una serie de encuestas y entrevistas para conocer su situación de partida y, desde esta posición, priorizamos las necesidades básicas a trabajar y los proyectos de futuro prioritarios, diseñando así una hoja de ruta a medio plazo para este polígono. Más allá de las problemáticas de comercialización de suelo o de infraestructuras, la falta de telecomunicaciones ha sido, con diferencia, la más destaca de sus demandas, seguida por problemas de seguridad.
En telecomunicaciones, cabe decir que desde la Generalitat de Catalunya se está haciendo un esfuerzo para hacer llegar la fibra óptica a un buen número de polígonos. Pero debemos ser conscientes que, sin dejar de presionar para que esta iniciativa continúe, la fibra óptica no llegará mañana y que, en muchos casos, requiere de una inversión que a menudo no es factible para nuestras empresas. Por ello, desde Pimec Polígons, hemos realizamos lo que se denomina un ‘benchmarking’, un análisis detallado de las diferentes posibilidades de mejora teniendo en cuenta tecnologías alternativas a la fibra. Así, asesoramos a las empresas de los polígonos y alcanzamos acuerdos de ‘parnertship’ con diferentes operadores que soluciones las carencias que tienen algunas empresas en este aspecto a precios muy ventajosos para nuestros socios y asociaciones.
¿De qué alternativas se trata?
Por ejemplo, tecnología Wimax, y dentro de ésta, existen diferentes sistemas y proveedores. Hay que analizar cada caso y buscar la mejor solución para que las empresas puedan utilizar Internet, hacer videoconferencias, etc. Sistemas de comunicación básicos para las empresas.
Me comentaba que a los problemas de TIC le seguían los de seguridad…
En los últimos meses, y muy acentuado por los cierres de muchas empresas, se han incrementado de manera muy significativa los robos y desmantelamiento de naves. Desde Pimec Polígons se está trabajando con los cuerpos policiales locales y autonómicos para revertir esta situación, pero también estamos en contacto con ‘partners’ de seguridad privada para, de manera mancomunada, garantizar mayor seguridad al polígono.
Cinco servicios bajo un mismo paraguas
Inicialmente Pimec Polígons presta servicio de asesoramiento sobre cómo crear una asociación. A partir de aquí, abarcan temas relacionados con la información y promoción del PAE (análisis y estratégico y certificado, imagen corporativa y web, censo georeferenciado en colaboración con Cepe de empresas, naves y propiedades. Otro segmento se enfoca a las infraestructuras y telecomunicaciones como son las mejoras de señalización, de infraestructuras, el análisis de proyectos de telecomunicaciones, etc. Una tercera ‘pata’ de su catálogo de servicios se enfoca a las necesidades comunes: limpieza, alumbrado, mancomunado de recogida de residuos, seguridad, telecomunicaciones, etc.
Para favorecer la competitividad, realizan sesiones de networking y otras temáticas sobre cuestiones más concretas como ‘formación’, ‘finanzas’, etc.
Finalmente, cumplen con su misión más institucional como patronal que es. Así, actúan de interlocutor ante las Administraciones públicas, de representación ante agentes clave como empresas eléctricas, asociaciones, etc. junto a la elaboración de informes sobre el sector.
¿Tienen relación con otras asociaciones o entidades públicas relacionadas con el mundo industrial?
Por supuesto. Colaboramos estrechamente con Cepe, con la que estamos impulsando proyectos de gran calado, así como con otros agentes públicos en el ámbito catalán.
Y quiero hacer una mención especial a la Diputación de Barcelona, colaborador también de Cepe, que apuesta de manera muy importante en la dinamización de los polígonos. Disponen de un programa de ayudas a las actividades y servicios que contribuyen activamente a la mejora de los polígonos en la provincia de Barcelona.
Por otro lado, también mantenemos una estrecha relación con muchos municipios con los que vehiculamos acciones a través de convenios de colaboración y con asociaciones de empresarios a nivel municipal y comarcal. Por último, con Centros Tecnológicos, como el CTM de Manresa, con los que estamos trabajando con temas de energía y medio ambiente.
¿Y trabajan con consultoras inmobiliarias?
Si bien en este momento, el papel de promotor, —puesto que no se necesita más suelo sino dar salida a la oferta existente—, debe quedar en un segundo plano, sí es cierto que hay que impulsar más la comercialización, la atracción de empresas a nuestro suelo industrial. En este sentido, nos queda un camino por recorrer que esperamos conocer en los próximos meses para identificar nuevas sinergias.
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Con la sobredemanda se desarrolló suelo a 50-70 km de la capital, pero la subida del precio del combustible y la bajada de precios por la sobreoferta de suelo, a muchas empresas les sale más a cuenta volver a las zonas ‘prime’. Pero ahora la tendencia es convertir los polígonos en espacios más ‘amables’ y sostenibles. ¿En qué situación se encuentra el suelo industrial catalán?
(Suspiro). Trabajamos en un ambicioso proyecto, a través de Cepe, que es la Marca de Calidad del polígono, centrándonos en la valoración de las infraestructuras, mediante una metodología de trabajo precisa y concreta. Este análisis evalúa la calidad de los servicios y las infraestructuras así como su entorno inmediato, de la gestión de la entidad y también de su sostenibilidad. El objetivo es lograr establecer una clasificación de los polígonos según su posición competitiva de forma que tanto las empresas que busquen ubicación como aquellas que ya se encuentran en el polígono puedan tener una información ‘certificada’. Este sistema de indicadores seguro que además impulsaría el trabajo de los municipios y empresas involucrados para mejorar sus espacios y entornos.
Existe la demanda por parte de consultoras para contar con una clasificación que facilitara la comercialización en base a criterios ‘estándar’. ¿Es esta la línea a seguir?
Hay que tener en cuenta que, al final, el precio está condicionado a la calidad del metro cuadrado donde esté ubicado. Así que es necesario ser muy estricto valorando si las comunicaciones, las infraestructuras o los servicios de alumbrado, etc. son los adecuados, y potenciar que la gestión, público-privada, sea la correcta. A partir de aquí, el precio será transparente. Pero para eso, es necesario que todos estos factores estén parametrizados correctamente, de modo que el municipio que quiera captar una inversión pueda argumentar que cuenta con un polígono de un rating alto o no.
¿Y qué papel juega el concepto medioambiental?
Es un factor clave. Un polígono con buenas prácticas de sostenibilidad medioambiental tiene para nosotros más puntos que el que no las tiene. Cuando afrontamos proyectos de esta índole, a menudo no son muy populares pero lo cierto es que existen ejemplos de buenas prácticas que pueden ayudarnos a reducir el consumo de energía o de los residuos generados. En Pimec Polígons, por ejemplo, estamos trabajando en un proyecto europeo en temas de eficiencia energética mancomunando servicios de asesoría para reducir la factura energética, algo que tiene un impacto directo en la cuenta de resultados de las empresas. Un servicio que, de modo individual muchas empresas no podrían asumir pero que juntos sí.
¿La valorización de residuos, como sucede en algunos polígonos de Europa, va en esta línea?
Sí, aunque aún no tenemos ningún ejemplo finalizado. Pero sí estamos trabajando en este sentido, analizando los residuos de diferentes polígonos y cómo se pueden aprovechar. Para ello estamos en contacto con gestores de residuos para plantear cómo valorizar estos residuos y tratar de optimizar su gestión, no sólo reduciendo su coste sino convirtiéndolo en una posible fuente de ingresos. Porque hoy en día no se puede plantear la sostenibilidad como un gasto añadido. Las empresas ‘compran’ sostenibilidad por dos motivos: por imperativo legal y porque reducen los costes.
¿Es factible que en el futuro las empresas acaben reclamando un polígono con un determinado valor medioambiental para instalarse?
En algunos casos ya es así, aunque en pocos. Debemos fomentar la información para que estas decisiones se puedan tomar de forma habitual cada vez más. Inicialmente creo que será una exigencia legal pero entiendo que acabará siendo un factor de valor añadido en la ‘Marca de Calidad’ del polígono.
¿En qué punto se encuentra el desarrollo de esta ‘Marca de Calidad’?
Ya se ha diseñado toda la metodología y ahora estamos trabajando para que, por ley, una certificadora nacional la implante de modo oficial. Sin embargo, de modo oficioso estamos ya implantando una metodología similar adaptada a las necesidades de cada polígono.
¿Puede comentarme algún proyecto en el que estén trabajando actualmente?
En cuanto a proyectos relacionados con el fomento del asociacionismo, damos soporte a iniciativa, impulsadas tanto desde la administración local como desde el tejido empresarial. Como ejemplo del primer caso, actualmente estamos trabajando junto al ayuntamiento de Sant Fruitós de Bages (Barcelona) para diseñar y estructurar la entidad gestora que aglutinará los 9 polígonos del municipio. Desde la vertiende empresarial,hemos participado en la constitución de la Asociación Empresarial Les Tàpies (en L'Hospitalet de l'Infant, Tarragona).
Y si hablamos de proyectos específicos sobre asociaciones dinamizadas por nosotros, podríamos destacar la coordinación del despliegue de fibra óptica en polígonos del Bages (Barcelona), proyectos de mejora paisajística, de accesibilidad a los polígonos, de movilidad, de mancomunación de servicios, etc.
¿Qué opina sobre las voces que abogan por una especialización de los polígonos según el sector al que se dediquen sus empresas instaladas?
En definitiva lo que cuenta en este caso es la política industrial o de promoción económica que pueda tener un territorio determinado. En mi opinión, a excepción de algunas ocasiones que existen, la apuesta no puede ser para un único sector y el polígono al final será una fiel fotografía de esta apuesta industrial.
En momentos como los actuales, que un sector en pleno puede entrar en crisis, cuando más diversificado seguramente mejor. Así que encontraríamos argumentos a favor y en contra y habría que analizar cada caso.
En mi opinión, y lo trabajamos de forma específica en otra unidad del departamento, uno de los retos de los agentes de promoción económica territorial, no es la especialización sino entender las prioridades de su territorio y trabajar en consecuencia para optimizar el éxito de sus políticas. Ello requiere conocer muy bien la industria que tienen instalada y qué ventajas competitivas tiene este territorio frente a otros. En definitiva, creo que hay que pensar que ‘todos los sectores son buenos para un territorio’, y lo que es importante es diseñar una buena estrategia de apoyo a esos sectores y no hace falta decir, que para nosotros el soporte a la competitividad de los polígonos es uno de los factores clave de éxito de esta estrategia.