El Foro Andaluz de la Minería Metálica defiende la importancia de impulsar el diálogo social
Sevilla ha acogido la segunda sesión del Foro Andaluz de la Minería Metálica, un espacio de encuentro y reflexión sobre la actividad minera metálica en Andalucía que en esta ocasión se ha centrado en 'Las bases de la nueva minería'.
La industria minera basa su modernización en un alto nivel tecnológico y, además de reconocer la necesidad de respetar el medio ambiente (en especial la biodiversidad y los recursos hídricos), cada vez tiene más presente su impacto socio-económico y su función como motor de desarrollo de los lugares en los que se lleva a cabo. Para ello resulta esencial el diálogo social, por lo que la nueva minería apuesta por políticas de transparencia y de participación de todas las partes interesadas, según se ha puesto de manifiesto en este debate, organizado por la consultora At Clave en el marco del proyecto Metallico, financiado por el programa Horizonte Europa.
En esta segunda sesión han participado Marta Alonso, investigadora de ICAMCYL y representante del Clúster de la Minería Ibérica; Patricia Pelegrín, técnica de Aminer; Virginia López, gerente de Recursos Humanos de Minera Los Frailes; Blas Urioste, director de KSL Mining (Alemania); Manuel Vázquez, consejero técnico de la Dirección General de Minas de la Consejería de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía; María Jesús Beltrán, profesora titular del Departamento de Economía de la Universidad Pablo de Olavide; Helena Robert, investigadora de La Palma Research Center; Cecilia Vía, representante de Women in Mining España; y Luis Montoto, periodista de ABC especializado en Economía. Ha sido moderada por Juan Requejo, de At Clave, y presentada por Ana Lara, ingeniera en Idener, que coordina el proyecto Metallico.
La necesidad de mejorar la participación social en los proyectos mineros ha centrado buena parte del debate. Frente a países en los que la sociedad civil participa activamente en lo público, “la cultura del diálogo en España es distinta, está polarizada, y habría que empezar por aprender a conversar”, ha señalado Blas Urioste, de KSL Mining. “La cuestión es si tenemos tiempo, porque Europa está actuando con urgencia. Hemos externalizado ciertos riesgos, con minería en otros lugares como Sudamérica o África, pero hay que avanzar” para alcanzar los estándares europeos de sostenibilidad, seguridad e innovación. Entre las experiencias de diálogo en otros países se ha citado Francia, donde un organismo independiente de mediación interviene desde el inicio de los proyectos de extracción, exploración o reciclaje para que las partes interesadas puedan proponer mejoras con tiempo, según ha explicado Virginia López, de Minera Los Frailes.
En relación a este tema, “desde la administración andaluza se está trabajando en iniciativas para que las autoridades locales de zonas mineras formen parte activa de la configuración de los proyectos”, y para mejorar la información a la sociedad y la transparencia, ha añadido el consejero técnico de la Junta Manuel Vázquez.
La representante de Women in Mining, Cecilia Vía, ha detallado que en Sudamérica se han frenado actuaciones porque las comunidades argumentaban que eran contaminantes, a pesar de no ser cierto, lo que demuestra que “la licencia social tiene una importancia fundamental” y que un modelo de “valor compartido” habría de ser al que se aspirase en la relación entre el proyecto minero y su entorno.
Para mejorar el debate en España, el periodista Luis Montoto ha defendido que los proyectos “deben tener un enorme rigor científico para poder comunicarlos y combatir el estigma. Debe haber rigor por parte de todos los intervinientes, para que a la sociedad le lleguen conclusiones creíbles y claras, y conciencia social sobre la importancia de la minería, no sólo para crear riqueza, sino para el bienestar de la sociedad tal y como la concebimos. Porque todo lo que nos rodea empieza en la minería”. Al respecto, Urioste ha señalado que “la minería pone sobre la mesa nuestras contradicciones como sociedades”, ya que “la necesitamos, la queremos, pero no resolvemos juntos los problemas que plantea”. “Ni aplicamos las mismas ideas a otras industrias, porque el turismo también afecta a nivel ecológico y no se hace el mismo planteamiento”.
En este sentido, la profesora de la Universidad Pablo de Olavide María José Beltrán ha considerado que el debate es ahora más cercano porque, tras deslocalizar la minería en otros países, su presencia en Europa está aumentando y nos ha de hacer cuestionar “el coste real de nuestro estilo de vida, lo que nos puede hacer pensar más en temas como la obsolescencia programada, el reciclaje, etcétera”. En todo caso, ha abogado por “mejorar las inspecciones y en general los mecanismos para hacer cumplir la ley”, evitar los impactos ambientales de esta actividad y que no se produzcan infracciones, dado que en Europa existe una legislación ambiental “fuerte”.
Para Patricia Pelegrín, de Aminer, el chip de la minería “cambió hace muchos años y los ejemplos son palmarios, ya que se dedican muchos esfuerzos al cuidado ambiental”, como demuestran las iniciativas de protección de los acuíferos de Cobre Las Cruces o la política de vertido cero de Atalaya Riotinto. También la Estrategia de Minería Sostenible de la Junta de Andalucía. En esa línea, varios asistentes han coincidido en que las minas tratan de comunicar las buenas prácticas del sector para zanjar su estigma histórico y, de hecho, en los pueblos mineros el respaldo es mayoritario.
“Una forma de mejorar sería involucrar los avances en la fase de diseño. Hay buenas prácticas en proyectos europeos que no se limitan a cumplir la normativa vigente, sino que van más allá”, con actuaciones como el seguimiento y la protección de especies de aves que viven en la zona de las minas, ha señalado la representante de ICAMCYL Marta Alonso. En este sentido, Helena Robert, de La Palma Research Center, ha defendido la importancia de mantener en el tiempo este análisis de la actividad minera conjunto con la población, con transparencia y con ejercicios de retroalimentación y mejora continua, para que a medida que avanzan se sigan evaluando los impactos y escuchando las opiniones de los diferentes agentes implicados.
Beneficios y retos de la nueva minería
El Foro también ha analizado los beneficios de una minería moderna, que trata de hacer de Andalucía una cantera tecnológica, gracias a la innovación que se realiza para aplicar en las operaciones y que pueden exportarse fuera de la comunidad. Proyectos como la recuperación de pasivos heredados de la antigua minería, que favorecen el reciclaje de metales valiosos en el marco del Pacto Verde y reparan antiguos impactos de la actividad; o innovadoras técnicas de hidrometalurgia que se investigan para aplicarse en Andalucía pueden ser motores de desarrollo de los territorios.
Por el contrario, como puntos críticos se han señalado la dificultad de traslada y concretar las orientaciones de la nueva Ley Europea de Materias Primas Fundamentales a las regiones, por la propia idiosincrasia de la administración y por la dificultad de revertir dinámicas que llevan implantadas muchos años, así como la necesidad de importantes inversiones para desarrollar los nuevos métodos y procesos para la recuperación de materias primas secundarias, economía circular y reciclaje. Procesos, en todo caso, imprescindibles para la transición hacia una economía verde y sostenible, como es el caso de los que se están ensayando en el marco del proyecto Metallico que ha acogido este evento.