“El uso de las Tecnologías sin Zanja vivirá un incremento exponencial en la próxima década”
Afrontamos el inicio de 2023 con la responsabilidad de encarar de manera urgente los grandes retos del sector, que son la Digitalización y la Economía Circular. La crisis de las materias primas en la que estamos inmersos y que se traduce en el aumento de precios y la quiebra de la cadena de suministro, ha hecho aún más urgente, si cabe, el empleo de enfoques menos dependientes de aquellas. Y es ahí donde nosotros podemos ayudar al sector a acelerar el cumplimiento de sus retos. Estamos convencidos de que el uso de las Tecnologías sin Zanja vivirá un incremento exponencial en la próxima década.
Nuestro sector tiene la urgente necesidad de transformarse hacia un modelo productivo de Economía Circular, para lo que necesitamos dar un salto cualitativo a la hora de enfocar los proyectos. Este no debe ser otro que el de la visualización, desde el primer momento, de toda la vida de la infraestructura, monitorizando continuamente los beneficios y desventajas que aporta a la sociedad.
Esta sociedad nos exige hoy en día que nuestra actividad esté alineada con los principios de la sostenibilidad y respeto al medio ambiente, pero también una democratización de las inversiones y eficacia en la inversión. La construcción de una infraestructura ya no es solo vista como una imperiosa necesidad para la creación de riqueza y mejora en nivel de vida, a pesar de las consecuencias o impactos que pueda provocar su despliegue y/o explotación. Por todo ello debemos movernos rápido para seguir siendo percibidos por la sociedad como un sector absolutamente necesario para su desarrollo, y es con soluciones como las Tecnologías sin Zanja, nacidas desde dentro del sector, como podemos hacerlo.
En la Asociación Ibérica de Tecnología Sin Zanja, IBSTT reunimos aproximadamente al 70% del sector. Somos una asociación muy transversal, donde se reúnen aplicadores, fabricantes de equipos, fabricantes de materiales, constructoras, ingenierías, empresas de servicios, operadores públicos y privados y centros tecnológicos. Garantizamos pues que todos los puntos de vista están presentes, lo que permite formular estrategias de una manera holística, duradera y sostenible.
Desde IBSTT abarcamos todos los sectores donde existen canalizaciones: agua, telecomunicaciones y energía. Si bien el agua en España es donde más peso tenemos, frente a otros países donde la energía y las telecomunicaciones tienen mayor importancia.
Promovemos el conocimiento, el uso y la investigación para el desarrollo de nuevos productos y nuevas técnicas, siendo los ejes principales que utilizamos para la consecución de estos objetivos la difusión y la comunicación, la normalización y estandarización, y, sobre todo, la formación.
Para ello tenemos dos herramientas:
- Una red de conocimiento y colaboración entre los asociados, en la que también participan universidades, centros tecnológicos, etc.
- Una estructura orgánica basada en tres comisiones permanentes: Comunicación, Normalización y Formación.
Gracias a todo ello nos hemos convertido en estos años en un agente fundamental para el desarrollo del mercado de las canalizaciones e infraestructuras lineales en España y Portugal, siendo un instrumento útil tanto para nuestros asociados como para el resto de actores de nuestro mercado. Son las que dan dinamismo a nuestras acciones e impulsan y transmiten las ideas-fuerza y los beneficios sociales que genera la utilización de las Tecnologías Sin Zanja, claves en la Economía Circular y aliadas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La transformación digital, que exige la implantación de Tecnologías 4.0, y la reactivación económica basada en una reconstrucción de la actividad económica en 'clave verde', dan a las Tecnologías Sin Zanja un papel clave y fundamental en la consecución de la Agenda 2030, al tratarse de tecnologías limpias y respetuosas con el medio ambiente, que preservan los recursos naturales.
¿Y por qué aseguramos esto? Las Tecnologías sin Zanja (TSZ) reducen drásticamente los residuos de construcción y, por tanto, su tratamiento y depósito posterior. Reducen la necesidad de áridos y conglomerantes hidráulicos, reduciendo el uso de canteras, y disminuyen además la energía en el transporte por carretera de esos áridos.
Respetamos los activos existentes, como calzadas, aceras, parques y jardines, mobiliario urbano, y resto de servicios enterrados, lo que se traduce en una reducción de los costos, emisiones de CO2 y huella hídrica necesarios para la reposición o reparación de esos activos.
Las TSZ aprovechan al máximo los materiales, rehabilitando los activos existentes, emplea materiales mayoritariamente procedentes del reciclado y que son reciclables a su vez… En definitiva, minimizamos el impacto en los recursos y favorecemos la Economía Circular.
Las obras con zanjas provocan atascos, aumento de la duración de la obra, reorganización del tráfico y, por consiguiente, un aumento de CO2 emitido a la atmosfera.
Sorprende entonces que las Tecnologías sin Zanja no se utilicen más ampliamente en España. Y uno de los impedimentos más importantes, es que existe una falta significativa de educación y difusión sobre lo que puede lograr la TSZ. Hace falta formación al respecto y seguir trabajando en una normalización.
Uno de los factores de cambio que permitirán el mayor uso de las TSZ es la formación. Y enfatizo: la formación tanto de clientes como de técnicos involucrados en estos servicios. Es necesario dotarles de herramientas para autodiagnóstico y evaluación para que se entienda dónde emplear la tecnología.
Necesitamos un pensamiento disruptivo, necesitamos desaprender para volver a aprender, y necesitamos apostar por la tubería sin zanja como primera opción.