Clausura de la mina: protegiendo un legado de valor
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Es considerada una de las últimas etapas del ciclo minero cuando la actividad de las operaciones mineras llega a su fin. El cierre o clausura de la actividad minera puede durar varios años según se gestione su planificación y ejecución.
En el anterior número de diciembre de esta cabecera hablábamos de “medioambiente minero” y hacíamos referencia a los planes de gestión de la biodiversidad en la mina, concretamente en el caso de Cobre Las Cruces. Como muestra de su “gran compromiso con la comunidad”, el responsable jefe de medioambiente de CLC, Lucas Alcón, ya destacó el valor fundamental que supone para la actividad en la mina el factor de las personas y el respeto al entorno a la hora de operar.
Tras ello, Marcos Gallego, socio senior en ERM, consultora global de sostenibilidad, ha explicado durante una jornada organizada por Aminer en qué consiste la clausura de actividades mineras y la oportunidad para proteger el legado de valor.
Cuando la actividad minera llega a su fin, se debe planificar con anticipación, desde que comienzan las actividades mineras para evitar que queden sitios contaminados o los llamados “pasivos ambientales”. Durante la operación minera, también se realizan cierres parciales o progresivos cada vez que un área de trabajo deja de ser utilizada. Cuando se cierra una mina la empresa minera debe realizar las acciones necesarias para que quede un ambiente saludable, seguro y apropiado para la vida de las comunidades. Un proceso que es delicado y muy importante, la rehabilitación. Según ha explicado Gallego, las empresas mineras a menudo son criticadas o cuestionadas, no solo por la manera de operar y las consecuencias que éstas acciones puedan acarrear sino también por los efectos ambientales que sus actividades pueden dejar. Estos problemas se pueden ver agravados por desafíos más inmediatos que incluyen la gestión de costos, los desequilibrios entre la oferta y la demanda, el creciente escrutinio de los inversores etc. Gallego ha destacado así el valor social y económico que conduce a la mina “que queremos ver” y en esta línea ha señalado el trabajado llevado a cabo por ERM con compañías mineras mayores y menores de todo el mundo para ayudarlas a abordar desafíos estratégicos, tácticos y operativos.
Impactos de una clausura
El resultado final es que todos estos proyectos tienen un impacto material, sea mayor o menor, en las empresas propietarias de esos proyectos y, en este sentido Marcos Gallego ha asegurado que se trata de “reducir y minimizar esos impactos” ya que durante una clausura de mina existe “una tremenda incertidumbre”. Es por ello por lo que, en gran medida, dice, los éxitos son escasos. Así lo afirmaba Gallego que ha asegurado que un buen anticipo sería el de pensar las acciones previstas en el caso de que algo salga mal, sobre todo en proyectos largos.
El cierre de una mina es un “riesgo importante” para las empresas mineras, aseguraba Marcos Gallego. Por ello, “si no se piensa en el cierre correctamente identificando un próximo uso puede terminar con pasivos finales duraderos y no deseados”. Sin embargo, este pensamiento va cogiendo cada vez más peso según el socio senior de ERM, y se está llegando a entender mejor el coste total potencial que supone el cierre y sus diversas alternativas. En este sentido, Gallego ha destacado tres puntos:
- A menudo, el costo total del cierre es poco realista y optimista, basado en estimaciones y cronogramas demasiado optimistas, decisiones de diseño y operación y amplificado por compromisos ambiciosos para la rehabilitación del terreno basados en busca de permisos.
- Los costos de ejecución comúnmente llegan a niveles que pueden tener un impacto material en el resultado final.
- Los gobiernos tienen pocos incentivos para resolver los avales y/o certificar la finalización del cierre. Esto se traduciría en costes de mantenimiento y cuidados a largo plazo.
La madurez de una clausura
En esta línea, el cierre de una mina va más allá de las meras actividades de demolición y rehabilitación. Los objetivos finales para el terreno deben ser realistas, estar basados en el riesgo y ser económicamente alcanzables. Según ha explicado Gallego, “como industria debemos hacer una transición colectiva de nuestra forma de pensar sobre el cierre de la gestión de un pasivo a una de desarrollo de una oportunidad de crear un legado positivo duradero mientras se administran y reducen los pasivos”. Por tanto, el cierre debe considerar “cuidadosamente” el próximo uso y contemplar si parte del sitio y sus activos se puede reutilizar conjuntamente para agregar valor y limitar gastos. Como apuntaba Marcos Gallego, las consideraciones del post-cierre incluyen una amplia gama de opciones y es necesario hacerlo de una manera organizada de gestión de dicha transición.
“Como industria debemos hacer una transición colectiva de nuestra forma de pensar sobre el cierre de la gestión de un pasivo a una de desarrollo de una oportunidad de crear un legado positivo”
Otro punto relevante ha sido la evolución en el pensamiento a la hora de llevar a cabo este proceso de clausura. Según Gallego, la mentalidad del sector minero hoy en día tiende todavía a pensar en la rehabilitación y el abandono del sitio y, otros elementos como la participación comunitaria y la integración regional, se consideran “tácticas”: “Es necesario hacer más para cerrar esta brecha y garantizar que se tomen las decisiones estratégicas correctas y las compensaciones a nivel operativo”.
Asimismo, Marcos ha añadido que “los inversores tienen un enfoque de continuidad que tiene que ver con su licencia social para operar”. Y es que, una mala clausura o una clausura “mal asociada” será una limitación para la obtención de nuevos proyectos futuros: “Los esfuerzos están motivados por un buen hacer de los actores pero no hay un incentivo legal de que se realice. Si los incentivos no están en el ámbito legal tienen que estar en otros sitios”, ha argumentado Marcos Gallego.
En lo que atañe a la legislación, según Gallego, existen pocos incentivos para un enfoque más integrado de clausura de minas salvo la protección de la Licencia para Operar. Las autoridades públicas tampoco tienen un incentivo real de devolver los avales, se ven sometidas a una sensibilidad creciente en lo que respecta a lo medioambiental. Puede estar sometidas a cualquier tipo de interés, ya sea a corto o a largo plazo.
Por tanto, los objetivos finales del uso del terreno deben ser realistas y deben estar basados en el riesgo y ser económicamente alcanzables. Esto es un aspecto importante y difícil en el diseño. “Si queremos darle un enfoque adecuado tenemos que abandonar la idea de que estamos gestionando un pasivo si no que debemos generar un activo y que es diferente dentro del proyecto minero, y está concebido mientras este está activo”, explicaba Gallego que al mismo tiempo señalaba que el diseño de la clausura no solo compete al dueño, al operador, sino que “todas esas partes interesadas deben confluir”.
Fundamentos del problema
El cierre de una mina es, según explicaba Gallego, un ejemplo clásico de un “problema perverso”:
Un problema social o cultural que es difícil de resolver debido al conocimiento incompleto o contradictorio, la cantidad de personas y opiniones involucradas, la gran carga económica y la naturaleza interconectada de estos problemas con otros problemas
Además, los problemas perversos no se pueden solucionar pero se pueden lograr grandes resultados mediante la combinación correcta de experiencia, un enfoque de pensamiento sin restricciones y el reconocimiento de que las partes interesadas externasen última instancia juzgarán el éxito de cualquier solución y deben desempeñar un papel íntimo en el establecimiento de una solución compartida.
Esta razón, comentaba Gallego, quizás haya sido la principal por la que pocos cierres logran un resultado “brillante” y ha añadido que “se trata de reconocer los fundamentos del problema”.
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Enfoque de gestión de riesgos
Los Planes deben considerar los requisitos y consideraciones necesarios para que el cierre tenga éxito: requisitos legales, ambientales, sociales, financieros, de seguridad, reputacionales…Y es que el cierre de la mina debe ir más allá de las meras actividades de demolición y rehabilitación.
Muchos de los planes dice Gallego suelen fallar y es en este punto cuando se improvisa. ¿Qué factores condicionan el resultado?
- Un falso sentido del tiempo. Esto quiere decir que un plan de cierre es una consideración futura
- Estándares, políticas y sistemas de gestión que se centran en el proceso y no en los resultados estratégicos
- Compromisos elevados establecidos en el momento de la aprobación del proyecto y perpetuados a lo largo de la vida de la mina
- Asunción de que el cierre es simplemente un medio para lograr un fin mediante la cesión de terrenos en el menor tiempo posible
- Consideraciones de cierre mal integradas en la planificación y las operaciones. El cierre se considera una función de “medio ambiente” que atiende los requisitos reglamentarios
- Falta de reconocimiento del impacto en cascada que este cambio puede tener en el cierre final
- El cierre progresivo y la investigación a menudo se aplazan como una prioridad operativa más baja
- El conocimiento adquirido a través de operaciones y estudios técnicos que no se incorporan a la planificación del cierre
- Falta de una visión de cierre clara y ejecutable y criterios de cierre basados en el desempleo (criterios Smart)
- El compromiso de la comunidad y la integración regional son considerados “tácticos”
- Enfoque insuficiente en la respuesta estratégica al riesgo y la incertidumbre
- Centrarse en la reducción de responsabilidades en lugar de un soluciones creativas y generación de oportunidades
Nuevo paradigma
La actividad minera, al influir de manera directa sobre el entorno en el que se desarrolla (tanto a nivel medioambiental como social), ha de estar ligada a unos procesos estrictos que aseguren la calidad de las actuaciones. Asimismo, la operación minera es una actividad temporal, es decir, tiene un tiempo concreto de duración. Tiene un uso del terreno en un contexto socioeconómico regional amplio. Los límites que se establecen del cierre se extienden más allá de los límites para incluir la región en la que se encuentra el complejo.
Los objetivos finales para el terreno deben ser realistas, estar basados en el riesgo y ser económicamente alcanzables
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Según Gallego, “los objetivos de sostenibilidad deben establecerse en equilibrio con otros”. Entre los principios subyacentes, Gallego ha enumerado los principios que aplican a sitios heredados y sitios cercanos al cierre y que ayudan a lograr el “cierre por diseño”. Entre ellos se encuentran:
- El terreno y la infraestructura pueden proporcionar valor futuro para las empresas y compañías u otros usuarios/inversionistas
- Necesidad de considerar las inversiones gubernamentales y/o privadas como facilitadores del valor compartido futuro
- Enfoque de gestión de pasivos residuales del sitio
- La recuperación del espacio del terreno no es un requisito previo
- Existen mecanismos regulatorios externos para realizar cambios en los planes de cierre existentes
- Es necesario que la comunidad perciba un enfoque de valor compartido para definir el cierre
Transición social
La transición social debe estar pensado en las fases más tempranas de la apertura de la mina. Así lo ha explicado Filipa Vicente, socia en ERM con más de 20 años de experiencia en temas de seguridad y salud relacionados con la minería, industria y energía. “Construir el diseño desde el punto de vista del entorno y otras partes interesadas que están presentes alrededor de la mina es de vital importancia”, ha afirmado Filipa.
Las comunidades se han vuelto dependientes de estas actividades mineras por lo que van a ser partes interesadas en las consecuencias del cierre de la mina. Por tanto, lo que se prepone es la anticipación de los riesgos sociales en el entorno de la mina.
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Según ha explicado Filipa, la propuesta es el dialogo permanente, transparente y permanente con las partes interesadas, además de la planificación e implementación que sustentan ese cierre de las partes interesadas del entorno para esta transición social. Un ejemplo, ha dicho Filipa es el caso que explicaba Lucas Alcón sobre la Mina de Cobre Las Cruces: “Al final el entorno y sus actores terminan siendo corresponsables y parte de ese proceso de cierre”. Además, ha añadido, “las inversiones en cierre social deben ser más efectivas y deben tener esa visión integrada en el cierre”.
Visión de cierre
La visión de cierre es una visión que va moldeándose con el tiempo y debe hacerse al principio. En esta línea, Filipa ha contado la construcción con las partes interesadas en relación con la visión de cierre de la mina. Por un lado, el concepto y diseño del plan ha de realizarse en la fase de exploración. Seguidamente, la factibilidad se realizará en la fase de diseño y planeamiento de la mina. A continuación, la construcción va a tener lugar en la fase de desarrollo del proyecto en cuestión. La producción se corresponde con la fase de operaciones y, por último, la reparación y recuperación tendrá lugar en la fase de cierre y post-cierre de la mina.
La visión integrada del cierre corresponde así a la interacción permanente y coordinada con las partes interesadas manteniendo diálogo sobre la visión de cierre (contexto técnico y económico).
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Cierre social: tendencias y buenas prácticas
Es necesario mantener una visión de cierre a lo largo de todo el ciclo de vida de la mina, aunque esta pueda cambiar a lo largo del tiempo. Asimismo, asegurarse de que los grupos y representados son identificados e incluidos en los diálogos con las partes interesadas, a través de diferentes consultas con la visión integral de un conjunto de un contexto social existente. Sentirse parte de la solución es muy importante, según han indicado los dos socios durante la jornada.
En relación a un tema que es cada vez más tenido en cuenta por las empresas y compañías del sector es la licencia social. Hacer ver y entender a la sociedad el trabajo que se lleva a cabo en una mina es todavía una tarea pendiente. Sin embargo, en este caso, reforzar la licencia social en el caso de un cierre progresivo se traduce en un punto de vital importancia para que llegue a ser un éxito: Los cierres de operaciones vecinas influyen de manera inevitable en la aceptación de mi cierre”, ha afirmado Filipa que continuaba explicando que “la adopción de metodologías internacionales aumentan confianza a través del aumento de transparencia”.
Dejar el activo del terreno con un futuro sostenible, con capital social y natural positivo y proteger la reputación a través de estructuras legales y corporativas
Redefinición del éxito
Los casos de éxito son muy pocos en comparación con la cantidad de clausuras que hay. Desde el punto de vista de la ejecución del cierre, el plan de cierre es el plan conjunto del futuro uso del espacio que se está utilizando. Esto, según Marcos Gallego, tiene que ver con dónde están esos criterios de éxitos.
Dejar el activo del terreno con un futuro sostenible, con capital social y natural positivo y proteger la reputación a través de estructuras legales y corporativas. Estas son las claves para la regeneración. Además, Gallego ha dado una serie de condiciones para la regeneración que pasarían por:
- Visión post-mina: desarrollada desde el principio de forma iterativa, tras un examen exhaustivo de todas las opciones
- Comprensión del contexto local: basado en una comprensión profunda de las condiciones ambientales, sociales y económicas del sitio local en el que se va a dar, que esté respaldada por las partes interesadas e involucradas.
- Protección ante contingencias: incluyendo un mecanismo para una salida rentable sin pasivos residuales
- Liderazgo innovador y emprendedor: un líder creíble y colaborador con todas las partes interesadas
- Financiación efectiva: Plan de financiación implementada para ejecutar la visión, identificando la gama completa de fuentes del sector público y privado
- Establecer un sistema de resultados medibles para gestionar el desempeño frente a los objetivos
Oportunidades y riesgos
Tener una visión de reutilización clara y bien definida brinda oportunidades para influir de manera positiva en los requisitos de cierre, asegurándose de que las actividades relacionadas estén enfocadas y tengan un propósito que busque un resultado útil para esa visión final.
Para Marcos Gallego, los principios de cierre se protegen mediante la evaluación de los elementos individuales de la instalación a través de un marco de riesgo y gobierno que se centra en ofrecer un resultado de reutilización al tener una visión clara.
Por último, Gallego ha afirmado que muchos de los riesgos y oportunidades de capital son cada vez más visibles: “Las empresas necesitan una forma de comprender y gestionar estas oportunidades y riesgos”. Entre los ejemplos pueden encontrarse los operacionales, legales, financieros, reputacionales y sociales.
En definitiva, el objetivo de esta última fase es devolver a los terrenos el uso previo a su explotación (rehabilitación minera) o bien, trabajar en la adaptación de los mismos para un uso sostenible y beneficioso para su entorno natural y social (reutilización minera) de la manera más efectiva y exitosa posible.