Hunosa, Incar y Endesa optarán a una planta europea de CO2
El Instituto del Carbón (Incar), Hunosa y Endesa han acordado un calendario para su proyecto sobre captura de dióxido de carbono (CO2) en Asturias que marca, a partir de 2015, el desarrollo de una planta de tamaño comercial, con 1.000 megavatios de potencia, capaz de convertirse en uno de los equipamientos de referencia continental que la Unión Europea (UE) va a ir autorizando en los próximos años. Según apuntó el director general de Minería y Energía, Isaac Pola Alonso, el Gobierno regional está dispuesto a presentar la candidatura asturiana en Bruselas en el caso de que las investigaciones que se lleven a cabo ofrezcan los resultados positivos que ya se están obteniendo en todas las pruebas que se ejecutan en los laboratorios que el Incar tiene en su sede del barrio ovetense de La Corredoria, según informa el diario La Nueva España.
El anuncio de los plazos que se prevén para el proyecto asturiano de secuestro de CO2 fue expuesto por su máximo responsable científico, Juan Carlos Abanades García, investigador del Incar, en el transcurso de una jornada técnica, organizada por la Fundación Asturiana de la Energía y la Fundación Barredo, dentro del programa de la Feria de la Industria y de la Minería. Abanades partió de la base de que el actual prototipo de laboratorio es de sólo 30 kilovatios y que no tiene, ni de lejos, capacidad como para optar a uno de los equipamientos europeos de referencia como el confirmado para la comarca leonesa del Bierzo. Y es que las verdaderas posibilidades de futuro del sistema asturiano irán comprobándose por fases a lo largo de los próximos seis o siete años.
Así, según indicó Abanades, el Incar, Hunosa y Endesa esperan que en 2011 ya se haya comprobado la eficacia de la instalación de un megavatio que, de acuerdo a las previsiones, comenzará a instalarse este año en La Pereda. El siguiente paso se dará entre 2013 y 2014, cuando, de acuerdo a los planes expuestos ayer por el científico del Instituto del Carbón, el prototipo se pruebe ya en un equipamiento de entre 20 y 30 megavatios de potencia, en unas condiciones que Juan Carlos Abanades califica de «muy realistas». A partir de aquí, y en el caso de que los resultados sigan siendo positivos, llegaría el momento, a partir de 2015, de plantearse la construcción del equipamiento de escala comercial de mil megavatios y optar a las ayudas de la UE. En el caso leonés, el proyecto ya subvencionado por la Unión Europea plantea una instalación de carbón limpio de 500 megavatios.