El gas radón, a debate en las universidades públicas canarias
Profesor Juan Carlos Santamarta. Dr. Ingeniero de Montes. Ingeniero Civil, de Recursos Energéticos e Ingeniero Técnico de Minas
11/01/2019Los territorios volcánicos son considerados por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) como ‘áreas identificadas’, ya que requieren de especial atención pues pueden generar y favorecer la emisión de radiación ionizante producida por el radón.
Son varios los factores que influyen en la mayor o menor concentración de gas radón en el interior de los edificios e infraestructuras. Por un lado, la naturaleza del terreno subyacente bajo el edificio; las rocas volcánicas tienen altos contenidos en uranio y ahí radica el peligro de este gas en los territorios volcánicos. También la permeabilidad del terreno juega un papel importante y es bien sabido que los terrenos canarios, dada su naturaleza, son altamente porosos y permeables, por lo que facilitan el ascenso del gas radón hacia la superficie. Por otro lado, la calidad de las construcciones también contribuye notablemente a la presencia de radón en el interior de los recintos, ya que la inexistencia o deficiencia en el aislamiento permite el paso de este gas; los edificios antiguos son los más vulnerables frente al radón, ya que suelen tener carencias importantes en cuanto a aislamiento se refiere.
Con estos antecedentes se organizaron estas jornadas que fueron dirigidas por los profesores Juan Carlos Santamarta Cerezal (ULL) y Jesús García Rubiano (ULPGC), que reunieron a sus dos grupo de investigación para la actividad científica. Entre los ponentes se encontraron diversos expertos a nivel internacional y profesores de universidades españolas, incluido Luis Quindós Poncela, catedrático de la Universidad de Cantabria desde 1976, director del Grupo Radón y autor de más de 100 publicaciones en revistas de impacto relacionadas con la radiación natural que impartió la ponencia ‘Radón, treinta años de investigación y perspectivas de futuro’. Estuvieron también presentes el investigador del grupo INGENIA de la ULL, Luis E. Hernández Gutiérrez, con su ponencia ‘Geología y radón’ y el profesor de la ULPGC, Héctor Alonso Hernández, que disertó sobre el radón en los suelos, rocas y materiales de construcción, donde describió los resultados de las propiedades de exhalación de radón de los materiales de construcción más comunes en estas islas, así como los resultados de las medidas y análisis de la distribución espacial del radón en suelos de Canarias y su relación con la geología de la zona y con la concentración de radón en dichos suelos. Finalmente, presentó los resultados del contenido de radón en muestras de aguas del acuífero norte de la isla de Gran Canaria.
Los objetivos de las jornadas fueron, entre otros, informar a los profesionales, estudiantes y público en general, sobre la problemática del radón, su importancia para la salud de las personas y las tecnologías y formas actuales para mitigar sus efectos. Proporcionar una visión global sobre el problema del radón en las Islas Canarias y analizar el efecto del gas radón en aquellos centros o lugares de trabajo más expuestos, sobre todo los que se desarrollan en sitios cerrados o subterráneos o aquellos que almacenen aguas procedentes del subsuelo.
Las dos jornadas sobre el gas radón generaron una gran expectación.
Durante las jornadas, también se dieron a conocer diferentes proyectos de investigación desarrollados por las universidades canarias, entre ellos los desarrollados por la Universidad de La Laguna, financiados por por la Consejería de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias, ‘Desarrollo de procedimientos de protección de la salud de los trabajadores contra los riesgos derivados de la exposición al gas radón en lugares de trabajo de la isla de El Hierro: una experiencia piloto para Canarias’, proyecto que ha convertido a la isla del Meridiano en la primera a nivel mundial que ha medido el radón en todos sus edificios e infraestructuras públicas; y, por la Dirección General de Industria y Energía del Gobierno de Canarias, denominado ‘Medición de radón y análisis y difusión de resultados en galerías de explotación de aguas subterráneas en Tenerife’. En este último proyecto se han alcanzado valores muy elevados como era de esperar, superiores a los 20.000 Bq/m³.
Las radiaciones ionizantes forman parte de nuestro entorno natural, aunque normalmente este hecho no es conocido por la población en general. La tierra desde su formación contiene elementos radiactivos que se distribuyen de forma ubicua y en cantidades variables en las rocas, suelos, gases y masas de agua. Además, estamos sometidos a un intenso campo de radiación procedente del espacio. El conocimiento y cuantificación de la distribución de elementos radiactivos en el medio ambiente, es de gran utilidad en diversos campos de las ciencias ambientales ya que los radioisótopos naturales pueden servir, entre otras cosas, como trazadores de procesos en campos tan variados como la geología, dinámica de fluidos o física de la atmósfera. Incluso las ciencias históricas utilizan en su investigación técnicas nucleares basadas en la radiactividad natural. Además, un conocimiento adecuado de la radiactividad natural de un territorio es necesario para poder evaluar al impacto de posibles contaminaciones externas y mitigar la exposición al gas radón.
En España, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) junto con algunas Universidades, llevan realizando desde hace casi 30 años mediciones de radiaciones naturales de los terrenos y mediciones de radón en el interior de viviendas, delimitando las zonas geográficas más expuestas al radón. En Canarias, las dos universidades públicas llevan trabajando años en esta línea de investigación.
El Hierro, primera isla a nivel mundial que mide el gas radón en sus edificios e infraestructuras públicas
El radón es un gas radiactivo de origen natural que puede concentrarse en el interior de las viviendas e infraestructuras cuando se dan ciertas condiciones. Este gas procede de la cadena de desintegración del uranio-238 y constituye la mayor fuente de exposición natural a radiación de las personas (50% del total).
El radón no suele presentar niveles altos al aire libre y la exposición a altas concentraciones de radón ocurre, principalmente, por inhalación en recintos deficientemente ventilados en los que puede producirse su acumulación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera al radón la segunda causa de cáncer de pulmón, sólo por detrás del tabaco. Por ello la OMS advierte de la importancia de determinar si nuestro lugar de trabajo se encuentra expuesto a concentraciones de radón que superen los límites recomendados por los organismos públicos de salud. En España, estos límites se están actualizando a los 300 Bq/m³ (bequerelios/metro cúbico), según se ha publicado recientemente en el Plan Estatal de Vivienda (Ministerio de Fomento, 2018) y se espera que se haga próximamente en el Reglamento sobre protección sanitaria contra radiaciones ionizantes (RPSRI), en aplicación de la Directiva Europea EURATOM 59/2013 donde se indica este valor y cuya implementación en España es obligatoria. Esta Directiva ha generado toda una serie de medidas encaminadas a cumplir los requisitos de la misma. Nuevas disposiciones legislativas están en marcha ya, entre ellas la inclusión de ayudas para reformas de mitigación de radón, un nuevo apartado en el CTE y otras medidas que emanaran del Plan Nacional de Radón.
El pasado mes de julio la Consejería de Empleo, Vivienda y Políticas Sociales del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Trabajo, concedió a la Fundación General de la Universidad de La Laguna (FGULL) una subvención al proyecto de investigación sobre prevención de riesgos laborales en Canarias denominado ‘Desarrollo de procedimientos de protección de la salud de los trabajadores contra los riesgos derivados de la exposición al gas radón en lugares de trabajo de la isla de el hierro: una experiencia piloto para Canarias’.
El proyecto fue llevado a cabo por el grupo de investigación INGENIA (Ingeniería Geológica, Innovación y Aguas) de la Universidad de La Laguna, bajo la coordinación de los doctores, Juan Carlos Santamarta Cerezal y Luis Enrique Hernández Gutiérrez.
En el desarrollo del proyecto se realizaron 90 medidas de la concentración de radón en lugares de trabajo interiores empleando detectores pasivos de trazas nucleares, por un periodo de exposición de 3 meses. Las medidas correspondieron a un total de 40 lugares de trabajo, que incluyeron: edificios públicos infraestructuras hidráulicas, de transporte y cuevas y recintos turísticos, en los que se colocaron entre 1 y 10 detectores. Los lugares de trabajo estuvieron repartidos en los tres municipios de la Isla de El Hierro: Valverde, El Pinar y La Frontera. Las instalaciones estudiadas pertenecen a centros públicos de las administraciones locales: Cabildo de El Hierro, Ayuntamiento de Valverde, Ayuntamiento de El Pinar y Ayuntamiento de La Frontera.
La evaluación general de los resultados obtenidos permite establecer que en un alto porcentaje (más del 70%) los lugares de trabajo se encontrarían por debajo de los niveles de referencia que recomienda la OMS no superar y muy por debajo de lo que dicta la Directiva europea 2013/59/EURATOM, por lo que la valoración es positiva.
Se viene a confirmar que la geología es uno de los principales factores condicionantes de la presencia de radón en el interior de los lugares de trabajo, ya que la naturaleza fundamentalmente basáltica de la isla de El Hierro, indicaba a priori una exhalación de gas radón de baja a moderada y por tanto, registros bajos de concentración de radón en el interior de los edificios.
En los edificios de varias plantas se evidencia que en general hay una tendencia a valores de concentración de radón mayores en las plantas inferiores, en contacto con el terreno. Así mismo, dentro del mismo edificio, los recintos con poca o ninguna ventilación muestran valores altos de concentración de radón, que incluso llegan a superar con creces los umbrales máximos de referencia en algunos casos.
En el proyecto se propuso un semáforo de evaluación de los resultados obtenidos de las medidas de concentración de radón, en base a cuatro colores que indican cuatro umbrales o niveles de referencia basados en las recomendaciones de la OMS, las normas del CSN y la Directiva europea 2013/59/EURATOM.
Para los lugares de trabajo que registraron concentraciones de radón con valores rojos y naranjas de acuerdo con el semáforo de evaluación, se recomienda el cambio de hábitos de los usuarios de esos recintos, procurando periodos de ventilación de 20 a 30 minutos al inicio y a mitad de la jornada de trabajo. Durante la aplicación de estos nuevos hábitos se recomienda realizar nuevas mediciones con detectores pasivos de trazas nucleares y, de persistir los valores altos de concentración de radón, es recomendable realizar un estudio exhaustivo con detectores activos de medida en continuo para localizar la fuente de entrada y las posibles fluctuaciones de la concentración de radón a lo largo del día, a la vez que se controlen simultáneamente otros parámetros ambientales como la temperatura y la presión atmosférica.
El equipo de investigación de la ULL recomendó formar e informar a los trabajadores y a los responsables públicos de los riesgos para la salud que supone la exposición al gas radón, mediante actividades formativas coordinadas por los titulares de los lugares de trabajo o las administraciones públicas.
El proyecto también propuso un procedimiento de evaluación de lugares de trabajo de las Islas Canarias contra los riesgos derivados de la exposición al gas radón, que recoge las recomendaciones de las guías y normas del CSN y de la IRMA (International Radon Measurement Association). También recoge el contenido del estudio sobre la exposición al radón de lugares de trabajo, que ha de notificarse a la Comunidad Autónoma de Canarias, a la Consejería de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento, responsable de disponer y mantener un ‘Registro de actividades laborales con exposición a la radiación natural’, conforme a lo dispuesto en el Real Decreto 1439/2010, de 5 de noviembre, por el que se modifica el Reglamento sobre protección sanitaria contra radiaciones ionizantes, aprobado por Real Decreto 783/2001, de 6 de julio (BOE núm. 279, de 18.11.2010).
Como conclusión, a la vista de los resultados de los procedimientos desarrollados, se considera válida la metodología empleada en el presente estudio para su aplicación a otros lugares de trabajo de Canarias, y así convertir a la región en ejemplo para otros territorios insulares de naturaleza volcánica a nivel mundial con respecto a la problemática del radón.