Fallece Sieglinde Vollmer, alma de la empresa Vollmer Werke
Sieglinde Vollmer, la que fuera una “afectuosa empresaria y antigua socia de Vollmer Werke” en palabras de la empresa, falleció a finales de enero a la edad de 100 años. Hija del fundador de la empresa, Heinrich Vollmer, dirigió los destinos de la empresa durante décadas y desempeñó un papel clave en su configuración, primero como directora general y más tarde como miembro del Consejo de Supervisión y patrona de la Fundación Sieglinde Vollmer. En una industria dominada por los hombres, tuvo un poderoso impacto y se convirtió en una personalidad inspiradora de la ingeniería mecánica. “Con su muerte, Vollmer ha perdido a una auténtica pionera, Biberach a una ciudadana de honor y la región a una destacada empresaria y benefactora. Su legado se dejará sentir mucho más allá de los límites de la empresa”, declaran sus responsables actuales.
Una mirada a la vida de Sieglinde Vollmer —conocida cariñosamente en Biberach como ‘Fräulein Vollmer’— es también una mirada a la historia de Vollmer Werke. La empresa de ingeniería mecánica fue fundada en 1909 por su padre, Heinrich Vollmer. Sieglinde Vollmer nació 15 años después, el 30 de noviembre de 1924, en Stuttgart. Durante mucho tiempo no se planteó hacer carrera en la empresa: ni su plan de vida ni la intención de su padre eran que ella determinara algún día el destino de la empresa familiar. Heinrich Vollmer la envió primero a una escuela secundaria para chicas y la preparó para llevar una casa más grande como esposa y madre. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial interrumpió su carrera escolar. Sieglinde fue enviada a Eslovenia para el servicio militar en 1942. Tras la guerra, al principio ayudó a su madre con las tareas domésticas y más tarde descubrió su pasión por los deportes ecuestres. Consiguió varios éxitos en salto de obstáculos, pero tuvo que abandonar su amado deporte debido a una lesión en 1954. A los 30 años completó sus estudios de interpretación en Múnich. Aprendió a hablar inglés y español con fluidez, además de francés, italiano y ruso, y descubrió su amor por los viajes.
Llevó con orgullo el título de ‘Fräulein’ (‘señorita’) toda su vida y, en lugar de convertirse en esposa y madre, las cosas le salieron de forma distinta a la planeada en un principio. La empresa se convertiría en su segunda familia, y hoy emplea a unos 800 ‘descendientes’. En 1962, un año después de la muerte de su padre, Sieglinde Vollmer empezó a desempeñar funciones en la empresa. Gracias a sus excelentes conocimientos de lenguas extranjeras, encontró su lugar en Vollmer en el departamento de exportación. Ya en 1964 asumió, junto con su hermano Udo Vollmer, el cargo de directora general y, desde 1987, desempeñó un papel crucial en el éxito de esta mediana empresa de ingeniería mecánica. Como mujer fuerte en la industria de la ingeniería, Sieglinde Vollmer convirtió la empresa tradicional en una firma pionera en máquinas rectificadoras y erosionadoras.
“Con gran tristeza decimos adiós a Sieglinde Vollmer, cuyo coraje y visión hicieron de Vollmer un líder tecnológico”, escribe Martin Kapp, presidente del Consejo de Supervisión del Grupo Vollmer. “Nuestra querida Fräulein era una empresaria de pies a cabeza, una auténtica virtuosa, cuya excelencia no tenía parangón. Continuaremos la obra de su vida”, concluye.