El nuevo paradigma: la inteligencia industrial
Como si llevara un cartel luminoso en el que se lee “que vengo”, cualquier revolución llega siempre avisando. Antes de que la máquina de vapor tejiera una Inglaterra industrial o de que el Ford T se convirtiera en un miembro más del prototipo de familia americana, hubo ideas, pequeños avances, personas que se abrían camino entre la conformidad contemporánea para iniciar la etapa industrial que estaba por llegar. Ahora vivimos el preludio de una nueva era, asoman los pequeños cambios y se entre lee su titular: la Revolución Industrial 4.0, y no se trata de la revolución del futuro, sino de la del presente.
Hoy día vivimos rodeados de Smart cosas: Smart phone, Smart televisión, Smart coche, y hasta Smart nevera, pero, ¿todo esto se fabrica en Smart fábricas? El futuro está en digitalizar todas y cada una de las fases de producción de la industria, del sector que sea. Cada año nos enfrentamos a numerosas tecnologías, como la robótica colaborativa, la inteligencia artificial o el IoT, que pueden ayudarnos a fortalecer nuestra industria, a mejorar nuestra productividad y nuestra competitividad como región industrial
Sin embargo, no estamos solos, y la velocidad de los cambios que la actual revolución tecnológica está imprimiendo, nos obliga a empresas y administraciones a trabajar de manera coordinada para seguir escalando posiciones, para seguir mejorando nuestra atractividad como sede para nuevas inversiones y crear el ecosistema para incrementar la competitividad para seguir siendo un territorio apto para el desarrollo industrial. Un desarrollo que todos sabemos aporta unos puestos de trabajo más estables y mejor remunerados, mayor inversión en I+D+i y, en definitiva, mejores prestaciones sociales a largo plazo.
Y es que, a pesar de que las factorías avanzadas ya son una realidad en numerosos sectores, la innovación continúa siendo la pieza clave para la diferenciación y la competitividad industrial. En este sentido, no podemos olvidar el papel que juegan las universidades, instituciones de investigación y centros tecnológicos, desde el desarrollo de nueva tecnología hasta su implementación en las industrias.
Para ello, necesitamos allanar el terreno y crear un nuevo ecosistema. Un ecosistema más competitivo, con ganas de ofrecer un producto y servicio mejores. La industria es el denominador común de la mayoría de sectores que conforman la economía actual. Algunos ya tienen implementada la mentalidad 4.0, otros están en ello. Igual ocurre con los países: en Alemania ya viven en esta nueva era industrial, mientras aquí llamamos pioneros a quiénes incorporan algunas mejoras tecnológicas. Es por ello que los profesionales de hoy y los del mañana, que aún están tras los pupitres de las universidades, deben normalizar la imagen de una fábrica completamente digitalizada.
Estas nuevas fábricas son capaces de ofrecer productos más personalizables y con una mayor capacidad de fabricación bajo demanda, una menor acumulación de stock, mejor gestión de recursos y menos coses asociados.
En esta frenética carrera digital en que cada día que pasa parece una década, hemos creado una tecnología que ha superado los límites de lo imaginable. Dejemos que ahora se incorpore en nuestras fábricas.