Entrevista a Alberto Llopis, director de Marketing de Mipesa

Mipesa es una industria auxiliar cuyo objetivo es convertirse en una extensión del área de producción de sus clientes, por lo que ofrece soluciones de fabricación e integra en la oferta mecanizado, trabajos de calderería, soldadura y montajes y premontajes de maquinaria. “Asumimos la complejidad que supone el hecho de fabricar, ocupándonos de convertir los gastos variables de nuestros clientes, en costes fijos. Para ello nos ocupamos de la planificación de las compras y de la producción, de la optimización de recursos y de las inversiones en maquinaria, tecnología e I+D con el fin de ser lo más rentables posible”, explica a Interempresas Alberto Llopis, director de Marketing de Mipesa.

Tratamos de cubrir todas las necesidades de fabricación relacionadas con el metal, para lo que contamos con un amplio parque de maquinaria que nos permite atender el mecanizado de precisión tanto en centros como en tornos, corte por láser, punzonado, plegado, soldadura manual y robotizada y el montaje de componentes y máquinas. Además, nuestro compromiso para ir creciendo en medios de forma que podamos ofrecer una solución cuanto más global, mejor.

Sí, y nosotros les servimos sus máquinas. Así no se tienen que preocupar de subcontratar chapa por un lado, mecanizado por otra, montaje en otro sitio, etc…, con los correspondientes contratiempos que suele conllevar esta práctica.

Trabajamos con casi cualquier sector. Sin embargo, nos hemos ido especializando en la producción de maquinaria para sectores como el auxiliar de automoción, alimentaria, hortofrutícola, packaging y últimamente estamos creciendo en el sector médico, fabricando equipos para electro-medicina y diagnosis.

Tratamos de ser una parte más del cliente y en esta línea, la fabricación de maquinaria es el servicio estrella, incluyendo dentro de él trabajos de mecanizado, de calderería, de soldadura y de montaje. De esta manera, somos capaces de ofrecer más valor añadido, obteniendo a un tiempo un margen económico capaz de permitirnos buscar constantemente la excelencia en nuestro trabajo, dotando así a nuestros clientes de una mayor capacidad de crecimiento.

Disponemos de un gran parque de máquinas. Concretamente tenemos 13 tornos y 15 centros de mecanizado, todos ellos de control numérico. También tenemos dos máquinas de corte por láser, una combinada láser-punzonadora, dos plegadoras de 85 y 350 toneladas con capacidad de plegado hasta 4 metros. Por otro lado, disponemos de dos robots de soldadura ABB transferizados de doble mesa, además de diversa maquinaria auxiliar. Quisiera destacar dentro de este parque, un centro de mecanizado vertical, uno horizontal hasta 2.500 milímetros y un par de centros de cinco ejes. Merecen mención especial dos tornos Integrex de doble plato y cabezal móvil con herramientas motorizadas y otro vertical transferizado.

En su última jornada de puertas abiertas Mipesa mostró a los asistentes un robot de soldadura en movimiento y un láser de corte en pleno funcionamiento. Una experiencia que Llopis resume en dos palabras: “Para repetir”. De hecho, continúa “hay un antes y un después. Se ha producido un efecto de integración de todos con todos y tanto las relaciones entre el personal como la motivación han resultado las auténticas ganadoras”. En la jornada, a la que acudieron más de 140 personas, entre trabajadores y familiares, se visitaron las instalaciones y se mostraron las tareas que se desempeñan diariamente en la compañía. Además, algunos trabajadores se ofrecieron voluntarios para, desde sus puestos de trabajo, explicar el funcionamiento de las máquinas y los tipos de piezas que se producen en cada una de ellas. Posteriormente y tras un cóctel de bienvenida en las instalaciones de la empresa, se trasladaron a un restaurante cercano donde, tras la pertinente recepción, se proyectó un vídeo en el que aparecía todo el personal en su quehacer diario. “Seguidamente como un ejemplo de la importancia de los valores, se hizo una exhibición de Karate que no dejó indiferente a nadie. Luego, tras la comida, Fernando Sarabia, director general, dirigió a los asistentes unas palabras, para posteriormente y junto a Filiberto Miquel, socio empresarial, hacer entrega de un obsequio a aquellos trabajadores que vienen desempeñando su actividad en Mipesa por más de 20 años”, explica el director de Marketing de la compañía.

Fachada este de las instalaciones de Mipesa, en L'Alcúdia (València).

Desde luego, cada sector tiene su idiosincrasia. Partimos de la premisa que existen unos requisitos mínimos de calidad a respetar en cualquier trabajo. Por ejemplo, una pieza para mobiliario requiere de un acabado espectacular, pero una variación de décimas en algunas de sus medidas, no influyen para nada en la calidad del producto. Por el contrario, en el caso de maquinaria o partes de las mismas, una variación de micras, pueden ocasionar problemas graves que hagan inviable su uso.

Yo personalmente destacaría el quirúrgico. Una prótesis conlleva un control tan exhaustivo de su geometría, que tras el mecanizado, hay que analizar las piezas una a una en una mesa de coordenadas y evaluar la rugosidad mediante un equipo especial. Luego las piezas hay que marcarlas una a una, desechando aquellas que están fuera de límites con respecto a los parámetros exigidos por el cliente.

No se trata ya de hablar de ventajas. Más bien es algo imprescindible cuando hablamos de piezas con formas complejas. De hecho, nadie puede aventurarse a programar a pie de máquina una cabeza de fémur o un componente para aeronáutica. En estos casos, partiendo del modelo 3D facilitado por el cliente, el software CAM genera una simulación del mecanizado y produce el programa ISO que entiende la máquina que realizará la fabricación propiamente dicha. No obstante, sí que destacaría una ventaja que no es otra que la seguridad de que las piezas obtenidas se ajustan totalmente al modelo enviado por el cliente.

Dichas articulaciones se fabricaron partiendo de un tocho de una aleación de aluminio. Estos componentes, además de tener una geometría muy compleja, debían de cumplir unos requisitos de precisión altísimos. Las piezas formaban parte de un robot con dos brazos de 7 ejes y manos biónicas, capaces de interactuar con humanos en el ámbito sanitario.

Esta situación ha hecho que el cliente sea más exigente. Obviamente, hay más oferta que demanda y es labor de los departamentos de compras e ingeniería seleccionar a las empresas más preparadas. En definitiva, se busca precio y plazo, ya que la calidad se da por asumida. Además, las series a fabricar son ahora más cortas, por lo que hay que ponerse las pilas en ser lo más rentable posible.

El sector del mecanizado es extremadamente amplio y abarca numerosos subsectores. Por ello me ceñiré al sector afín a Mipesa.

Hay diferentes tipologías de clientes. Están aquéllos que exigen precio, precio y precio. Éstos recurren a empresas que “revientan” precios y su mirada es cortoplacista. Por otro lado y totalmente opuesto, encontramos clientes que buscan calidad a precios razonables. Los primeros se dedican a aprovechar la coyuntura. Hay mucha industria necesitada de pedidos y poco preparada, por lo que su misión es captar fabricación a cualquier precio.

Fruto de esa política, muchas acaban por desaparecer, víctimas de su propia trampa. Entonces el cliente pasa a buscar nuevos proveedores y, como consecuencia, desatiende plazos de entrega a clientes, genera fallos de calidad, etc. Los segundos tienen una visión a largo plazo y buscan, más que un proveedor, un colaborador a quien confiar su producción. En este caso, el cliente es el primer interesado en velar por la rentabilidad de ambas partes. Persigue una relación a largo plazo que le permita crecer en cuota de mercado y marcar una diferencia con respecto al resto, ofreciendo a un tiempo calidad, fiabilidad e innovación. En Mipesa buscamos este último tipo de clientes, obligándonos a mejorar continuamente, a asumir nuevos retos, los cuales nos facilitan la entrada en nuevos mercados, cada vez más exigentes y por consiguiente con menor competencia y mejores márgenes.

Afortunadamente, en estos tres últimos años, nuestra tendencia es de claro crecimiento y todo apunta a que esta situación de crecimiento se acelerará en los tres próximos. La mayoría de nuestros clientes exportan sus productos en más de un 80% y la tendencia es a incrementar esas exportaciones por la aparición de nuevos países emergentes y demandantes de bienes de consumo y de equipo.

Por otro lado, estamos desembarcando en sectores nuevos para nosotros, como el ferrocarril y el quirúrgico, además con muy buenas perspectivas y con proyectos importantes que deberían de dar sus frutos dentro de estos tres años próximos.

Sí, esperamos concluir 2016 con un incremento de facturación en ningún caso inferior al 60% de lo facturado el pasado 2012.