Felco recorta los costes de las piezas
Felco es una de las marcas más importante de podaderas de jardín del mundo, de Europa sin duda. La empresa fabrica en torno a un millón de herramientas al año en su sede central de Suiza, en la que dos máquinas de taladrado/roscado CNC Haas DT-1 totalmente automáticas han sustituido el estampado tradicional por el mecanizado de última generación.
Afincada en el pueblo de Les Geneveys-sur-Coffrane, a unos 5 km de Neuchâtel, en la región occidental y francófona de Suiza, Felco S.A. es una empresa cuya historia se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando Félix Flisch, un operario y tornero experimentado se marcó lo que por entonces era un objetivo muy ambicioso: fabricar las mejores tijeras de podar posibles y venderlas en Suiza, Europa y el resto del mundo.
Félix Flisch hizo las primeras podaderas Felco en el garaje de su casa, junto al lugar donde hoy todavía se alza la fábrica de la empresa. La fiabilidad inherente a su diseño sencillo —que casi no ha cambiado después de setenta años— llamó la atención de los vinicultores de los numerosos viñedos de la región. Así, con los ingresos obtenidos de las primeras ventas, Flisch fundó su incipiente negocio.
Los primeros productos de la empresa se diseñaron para ofrecer comodidad y ergonomía, piezas intercambiables y una vida útil larga, cualidades que desde entonces se han convertido en señas de identidad de los productos Felco. Las personas que conservan podaderas Felco fabricadas en los años cincuenta y sesenta todavía pueden comprar cuchillas de recambio y otros componentes en el caso poco probable de que se les estropeen.
Excepto los tornillos y los muelles, todos los componentes de las podaderas se fabrican en la sede suiza de la empresa. Las dos cuchillas de las tijeras son, por supuesto, las piezas más importantes. El proceso tradicional de fabricación de las hojas es la estampación, que siguen usando casi todas las empresas del sector de las herramientas de jardinería. Pero eso está cambiando. Con la ayuda de los últimos centros de roscado y taladrado Haas DT-1, integrados con un sistema robotizado de carga y transferencia, Felco ha conseguido diferenciarse produciendo las cuchillas mediante mecanizado CNC.
“Con el método anterior, necesitábamos varias estampadoras para producir las cuchillas”, dice Sébastien Nussbaum, director de producción de la empresa. “La idea era cambiar a una célula de mecanizado automática para fresar y mandrinar, en vez del proceso de estampación. Así que nos pusimos a buscar un centro de mecanizado CNC”.
La empresa instaló su primera máquina CNC Haas, un centro de mecanizado horizontal EC500, en julio de 2011. Poco después compró un centro de mecanizado vertical VM-2 y, gracias a su rendimiento y fiabilidad, las máquinas Haas siguieron subiendo puestos en la lista de posibles inversiones para el último proyecto de la empresa: una célula automática de mecanizado de cuchillas, en la que, según Nussbaum, querían máquinas que, entre otras cosas, pudieran cambiar rápidamente de herramienta. El Haas DT-1 tiene un cambiador de herramientas de montaje lateral de 20 posiciones de alta velocidad que permite cambiar de operación en tan solo 1,8 segundos. “Además, gracias a su zona de trabajo amplia, el potente husillo de acoplamiento directo y los valores elevados de avance rápido y aceleración, la máquina Haas DT-1 ofrece una relación calidad-precio excepcional”, explica. “Son la base de un sistema de fabricación que ha cambiado nuestra manera de producir”.
Las dos Haas DT-1 de Felco se combinan para formar una célula automatizada con robots Fanuc LR Mate 200iC con capacidad de visión, configurados para orientar, cargar y transferir piezas entre las máquinas. La empresa divide la producción en los dos DT-1: uno para cada cara de las hojas de acero, que los robots manipulan por la derecha o la izquierda. Entre las operaciones, con tolerancias de 0,03 mm, están el perfilado, el mandrinado y el fresado de los motivos y de la punta de la hoja. Los tiempos de ciclo medios son de unos 40 segundos y la producción anual de cuchillas asciende a 700.000.
“En la actualidad, Felco es la única empresa que fresa las cuchillas, por lo que conseguimos una calidad muy superior a la de las alternativas estampadas de la competencia”, apunta Nussbaum. “El fresado no es solo un proceso completo más rápido, sino que hace falta rectificar las cuchillas para realizar el acabado.”
La nueva célula de máquinas Haas funciona las 24 horas del día, 7 días a la semana. Felco tiene a operarios en la fábrica de las 5.00 a las 22.00 h, quienes se encargan de vigilar los trabajos, pero entre las 22.00 y las 5:00 h, la célula funciona sola, sin supervisión, en lo que Nussbaum llama ‘el turno fantasma’.
Desde sus inicios, Felco ha intentado realizar internamente todos los procesos necesarios para fabricar su gama de productos. Este enfoque ha permitido a la empresa integrar sistemáticamente avances tecnológicos en todas las fases de producción y mejorarlos con los conocimientos que han ido acumulando a lo largo de sesenta años. Hoy Felco es reconocida como la marca líder del sector y cuenta con seis filiales que distribuyen sus productos en más de ciento veinte países.
Las actividades de cortar y podar el jardín son de temporada, evidentemente. En general, no se poda en verano, así que la producción de Felco continúa solo para tener existencias, mientras que las ventas vuelven a empezar en otoño, luego bajan y vuelven a subir en primavera. En total, el 90% del millón de podaderas producidas en la fábrica de Felco cada año se exportan: Estados Unidos es su mayor mercado, con un volumen de entre el 15 y el 20%, seguido de Europa.
Desde siempre, Felco ha desarrollado sus soluciones internamente; incluso ha fabricado sus propias máquinas en el pasado. “Estudiamos bien el mercado antes de elegir las máquinas DT1”, recuerda Nussbaum. “Las compramos a una tienda de la fábrica Haas, Urma AG, mientras que los robots nos los suministró Robotec. Preferimos una solución que no estuviera acabada, queríamos montar la célula y crear nuestro propio proceso desde cero, sencillamente porque siempre lo hemos hecho así y tenemos los conocimientos necesarios”.
Ante la cuestión de cómo han cambiado las cosas desde que entró en la empresa, Nussbaum cita el desafío que supone mantener una fábrica consolidada en Europa que siga a la cabeza del sector, dada la competencia que plantean empresas afincadas en partes del mundo con menos costes.
“Cuando empecé aquí en 2005, había quince personas trabajando en la fabricación de componentes, mientras que ahora solo hay cinco”, dice. “Hemos implantado el CNC todo lo posible, para reducir costes y aumentar la calidad. Aparte de sustituir el área de estampación, que tenía quince años, la célula con los dos Haas DT-1 nos ha permitido quitar varias máquinas antiguas construidas por Felco y otras fresadoras convencionales, que ya no servían o no eran fiables para la fabricación en grandes volúmenes”.
“También fue importante mejorar la percepción de Felco, darle una imagen de fabricante adaptado al siglo XXI. Aunque no fue fácil. Sin tecnología asequible como la célula de máquinas herramienta Haas, no habría sido posible. Los sueldos de hace treinta o cuarenta años en Suiza eran bastante bajos, y, sobre todo, había poca competencia. En cambio, hoy en día se necesita el CNC y automatización si uno quiere mantener la calidad en la producción masiva y al mismo tiempo ofrecer unos productos asequibles. Es así de sencillo”.