Suelos vinílicos: aún más versátiles y funcionales

Altro ha lanzado una versión mejorada de su modelo Altro Suprema: mejor limpieza con la misma elegancia y nuevos colores. 

“En los últimos años, ha habido avances tecnológicos significativos en la fabricación de pavimentos vinílicos, que han permitido crear productos con una apariencia más realista, que imitan con mayor fidelidad la textura y el aspecto de la madera y que, gracias a su composición de materiales sintéticos, son más resistentes al desgaste, las manchas y la humedad, en comparación con otros tipos de suelos. Además, muchos vienen en formato de lamas o baldosas, lo que facilita su instalación sin necesidad de utilizar adhesivos y suelen ser una opción más económica”. Desde Gabarró nos resumen así el momento actual de un mercado que no ha dejado de crecer en los últimos tiempos.

“Los suelos vinílicos en España siempre se han asociado a determinados sectores por su facilidad de limpieza, seguridad ante caídas, acústica y estanqueidad. Sectores como la sanidad, ‘horeca’, la educación, la industria farmacéutica o el deporte han sido y son el motor del sector”, puntualizan por su parte desde Altro para continuar con que “la aparición de nuevos competidores y la correspondiente atomización del mercado enriquece la competitividad de todos nosotros y nos hace buscar nuevos nichos de mercado. Empresas como Altro con un fuerte compromiso con el desarrollo de nuevos materiales para nuevos mercados, generan el crecimiento de la empresa, pero también del sector”.

“Nuestras soluciones de pavimentos están, entre otras cosas, preparadas para soportar un tránsito elevado, grandes cargas y resisten con garantías frente a rasguños o arañazos. Dinámicamente, se comportan de forma excelente y son un tipo de pavimento especialmente apto, por todo ello, para los sectores retail, contract, deportivo, sanitario y también para el hogar”, añaden a su vez desde Gerflor. “Además, para cada uno de estos segmentos, existen diferentes tipos de líneas de pavimentos vinílicos con una amplia oferta en cuanto acabados y colores. El diseño y las prestaciones técnicas y de resistencia, sumado al sencillo proceso de instalación y mantenimiento, hacen que los pavimentos vinílicos se demanden cada vez más”, concluyen desde esta firma especialista.

Y desde Distiplas Maia-Otto añaden otra interesante cuestión: “En reformas, tener un producto de 3, 4 o 5 mm frente a los 7, 8 o 12 mm del laminado es un punto a favor que permite una resistencia mayor con un grosor inferior”. Sin olvidar que “los productos vinílicos para uso residenciales han empezado a tener éxito debito a su instalación en las zonas húmedas de nuestras casas. La grandísima diferencia entre los suelos laminados y esta categoría de productos se debe a tres características principales: resistencia al agua, grosor e infinidad de decoraciones: imitaciones textiles, de cerámica, de hormigón, de madera, etc.”.

Suelo vinílico diseño Aurora, de Brikte.

Uno de los rasgos más destacables de los pavimentos vinílicos son sus muchas tipologías, que pueden clasificarse en función de diferentes factores.

Así, por ejemplo, según el formato, el pavimento vinílico se puede presentar en rollos o en formato modular de lamas, losetas o baldosas (o LVT, ‘luxury vynil tiles’).

En cuanto al tipo de instalación, se puede diferenciar entre la más tradicional a base adhesivos o los autoportantes, que se instalan mediante sistemas tipo clic.

Por último, si atendemos a su composición, hay una gran diversidad de suelos que incorporan características específicas – suelos antideslizantes, conductivos, acústicos, deportivos, etc.–. Cabe destacar, en este sentido, las referencias conocidas como SPC (‘stone polymer composite’), un segmento de suelos vinílicos en lamas o losetas que se diferencia, principalmente, por su núcleo que mezcla partículas de PVC con polvos de origen pétreo, pero que mantienen la practicidad de poderlo cortar con un simple ‘cutter’.

“Es un producto generalmente más estable que el laminado, que permite instalar más metros sin ‘cortar el suelo’, reduciendo la necesidad de instalar perfiles entre los pasos de puertas”, aseguran desde Distiplas Maia-Otto, desde donde achacan “la moda de instalar productos vinilicos que estamos viviendo hoy en día a la generación de la familia de LVT que se define como SPC, dado que los instaladores están acostumbrados a instalar productos rígidos como laminado o parquet”.

“Existen muchos tipos de suelos vinílicos y en Altro nos jactamos de que tenemos un modelo para cada tipo de aplicación. si se requieren modelos acústicos para zonas de mucho ruido; modelos de alta resistencia idóneos para reducir el riesgo de las caídas y resbalones; modelos que promueven el confort en la pisada para mejorar las condiciones laborales de los usuarios; modelos biofílicos para mejorar el bienestar de las personas; modelos específicos para zonas con presencia de equipamiento electrónico capaces de disipar la energía de manera eficaz… el negocio del PVC se está viendo reforzado gracias a que su polivalencia y eficiencia están claramente orientadas a la renovación y reforma de espacios”, aseguran desde esta firma.

Y desde Gerflor puntualizan que “no existe un tipo de pavimento vinílico mejor que otro. lo ideal, siempre, será dar con el adecuado para según qué proyecto – con sus requerimientos particulares– se vaya a realizar. no debe ponerse el mismo pavimento vinílico en un hospital que en un polideportivo, en un hotel que en un hogar”.

Al hecho de que los sectores en los que tradicionalmente se instalaban suelos vinílicos están en “constante renovación”, como nos explican desde Altro, se añade ahora el hecho de que, como apuntan también desde esta firma “el uso de este tipo de pavimento está creciendo en lugares donde hasta hace unos años era impensable, como son los hoteles, los apartamentos turísticos, las residencias geriátricas y de estudiantes, las oficinas…”

Cuestiones como la modularidad, la capacidad de diseño, la resistencia al desgaste, la amortización de la inversión, la seguridad frente a caídas, la fácil instalación y renovación, la ausencia de mantenimiento y la facilidad de limpieza son argumentos de peso que respaldan las buenas perspectivas de estos productos a corto y medio plazo.

Pese a ello, también enfrentan ciertas barreras en las que los diferentes fabricantes y distribuidores ya están trabajando. Desde Gabarró nos listan algunas de ellas: “percepción de calidad inferior, limitaciones de reparación, sensibilidad al calor, requisitos de preparación del sustrato o impacto ambiental”.

Suelo en diseño Roble Índico de Nature Floors.

Precisamente en este último aspecto es donde hacen hincapié desde Distiplas Maia-Otto: “Estamos viviendo un momento en el que el tema de la sostenibilidad es más relevante a la hora de elegir qué producto comprar para nuestro uso particular. Siendo un producto de origen plástico, se puede asumir –de forma errónea–, que no sea respetuoso con el medio ambiente. En el grupo Distiplas Maia-Otto estamos siempre atentos a estos temas y está en la mano de los distribuidores y fabricantes buscar soluciones adaptadas a las exigencias del mercado. Queremos romper el mito de que los productos constituidos de policloruro de vinilo (PVC) no se pueden reciclar. El PVC sí se puede reciclar, aunque un limitado número de veces, por lo que es importante tener en cuenta si se trata de PVC 100% virgen (completamente reciclable) o menos”.

Coinciden desde Gerflor al matizar que “la sostenibilidad ha sido uno de los puntos débiles que se solía achacar a los pavimentos vinílicos antiguamente, pero, a día de hoy, esto ha cambiado absolutamente. Los suelos vinílicos se realizan en la actualidad con elevados porcentajes de materiales reciclados, tienen una tasa de reciclabilidad muy alta también y los procesos de fabricación siguen parámetros totalmente alineados con las premisas de sostenibilidad y respeto medioambiental más actuales. Además, gracias a los nuevos sistemas de instalación, tampoco se requieren ya de colas, pegamentos o adhesivos tóxicos o químicos. En definitiva, la sostenibilidad de los pavimentos vinílicos ha dejado de ser una ventaja competitiva para convertirse en una cualidad intrínseca más de este tipo de soluciones”.

Y desde Altro concluyen, a modo de resumen, que “las barreras a las que nos enfrentamos son más culturales que técnicas o normativas. Un claro ejemplo es la promoción de viviendas, un sector que empieza a utilizar pavimentos de PVC, pero que, por el momento, es bastante reacio por desconocimiento. En países del norte de Europa es muy habitual utilizar nuestros materiales para las viviendas”. Y finalizan asegurando que “ciertas normativas, en ocasiones, tampoco acompañan debido a que su redacción responde más a otro tipo de materiales y, lejos de descalificarnos, lo que hacen es no contemplar las características y ventajas del PVC, por lo que no permiten valorar en su justa medida los materiales”.