La pandemia por el COVID-19 tendrá un impacto perfectamente superable por la cadena de valor forestal
Concluye con la Semana Santa un parón de casi dos semanas en el suministro generalizado de mercancías. Solo se mantiene el suministro a aquellos sectores que se han considerado esenciales; esto es, los sectores de la alimentación y el sanitario. Ahí está habiendo un flujo de mercancías por encima de lo habitual, y se está produciendo una ineficiencia en la cadena de suministros. Los palets no se están recuperando con la normalidad de otras épocas y, por lo tanto, ha habido más demanda de palets nuevos a los fabricantes, para compensar esta situación. Está entrando en el circuito mucho palet nuevo que más adelante, cuando la situación se normalice, se regularizará.
El mercado muestra en la actualidad tres realidades esenciales:
- Parte de la demanda está bloqueada
- Dificultad para evacuar subproductos
- Bloqueo a la exportación de elaborados a Estados Unidos.
La primera transformación está produciendo aquello que demanda la segunda transformación. Por ende, la explotación forestal se acomoda a la parte de la primera transformación que está abierta. Esta realidad varía según las regiones del país. En el País Vasco, la primera transformación está funcionando prácticamente al cien por cien; los aserraderos están trabajando y la explotación forestal está manteniendo el ritmo que tenía antes de estallar la pandemia. Sin embargo, en zonas como Burgos y Soria se registra un paro significativo en la actividad de primera transformación, y la explotación forestal asociada a ese consumo, se ha frenado. Parece que la primera transformación también está funcionando en Cataluña, en general.
Un factor que ha bloqueado en parte la actividad en la cadena forestal es la caída de producción, principalmente en la industria del tablero, y algo también en la industria del papel. Del territorio nacional y de nuestro entorno, en particular el sur de Francia. La primera ha frenado muchísimo, y este frenazo ha hecho que parte de los subproductos que estaban absorbiendo, ahora no se puedan absorber. Hay empresas que, ante la imposibilidad de evacuarlos o estocarlos de manera razonable, han tenido que parar. De nuevo aparecen Burgos y Soria como zonas sensibles en este sentido.
Independientemente de que llevemos más de una semana de parón en el sector, todos los productos que utilizan la madera para ser exportados, principalmente al mercado americano y también en gran medida al mercado europeo, están también bloqueados.
Con carácter general, a partir de ahora las exportaciones serán complicadas, porque hay asimetría en el impacto que está teniendo la pandemia en diferentes países. Varía por días cómo está cada país en cada momento.
La semana que viene
Todas aquellas obras de construcción que están abiertas van a reanudarse el día 13 de abril. Todo lo que ha estado parado, volverá a arrancar. Salvo que el gobierno de España decida paralizar ese sector durante más tiempo.
Sin embargo, una parte de aquellas obras nuevas que venían de cara a los próximos meses, no van a arrancar. O se van a demorar. No sabemos cuáles arrancarán y cuáles no. Y, en el caso de las que se inicien, cuánto se retrasará su puesta en marcha.
Feim da por seguro un retraso generalizado de las nuevas obras, y cuenta también con que muchas obras planificadas no se terminen haciendo. La crisis originada por la pandemia sí va a provocar un impacto en el sector de la construcción.
Otro sector que se encuentra parado en la actualidad es el de las grandes superficies de bricolaje. Las cuales, evidentemente, generan un movimiento importante de madera y derivados. Ahora están cerradas, y no están vendiendo. Está por ver el ritmo de actividad que muestren cuando se recobre la normalidad.
Consecuencias de la pandemia
En el sector del embalaje, habrá pérdida de mercado y pérdida de volumen de negocio este año; afectando sobre todo a los productos que se exportan a Estados Unidos y, en menor medida, a Europa. El impacto global no será muy grande.
En el sector de la madera para la construcción, el impacto dependerá del grado de demora o cancelación de obras nuevas (insistimos: las obras que están iniciadas, se van a terminar).
Y en el sector de la carpintería industrial, el impacto mayor va a ser también para la exportación al mercado americano, y también para el producto para rehabilitación del sector terciario (turismo) y del sector doméstico. Esto es, de aquellos hoteles que incluían en sus proyectos de renovación productos de madera o derivados de la madera. La demanda en este segmento va a frenar, porque el impacto de la pandemia en este sector ha sido brutal. También otra parte de lo que se iba a renovar en vivienda (renovación de puertas, ventanas, suelos, escaleras...). Con todo, el contract o decoración generalizada del sector terciario será una de las actividades más afectadas por la crisis que viene. Hasta que no se vea el horizonte claramente despejado, y Europa no garantice que los países del sur van a tener ayudas para poder continuar.
En la cadena de valor forestal el impacto que va a tener la pandemia del COVID-19 va a ser perfectamente superable. Habrá un impacto, en unos sitios mayor, en otros, menor, pero no generará una adversidad insuperable. Esto es, el temible rosario de empresas que empiezan a cerrar. Dure lo que dure la crisis, una parte importante de la cadena va a mantener la actividad.