Entrevista al director gerente de Geesinknorba España y Portugal, José Antonio González
El director gerente Geesinknorba España y Portugal, José Antonio González, nos recibe una mañana de finales de septiembre en las flamantes instalaciones de GeesinkNorba en Alcalá de Henares, Madrid, a las que la empresa se trasladó a principios del segundo semestre de 2021. Durante la charla destaca los elementos diferenciales de la oferta de la compañía de origen neerlandés, que “poco a poco se ha convertido en un proveedor de servicios”.
La compañía diseña, fabrica, comercializa, mantiene y repara equipos de recogida de residuos, pero desde hace un tiempo “nuestro principal objetivo es que la disponibilidad de cada equipo sea lo más alta posible”. En esta oferta de servicios, las instalaciones que actualmente acogen las oficinas centrales de la compañía en el mercado ibérico juegan un papel determinante. Con una superficie conjunta de 7.000 metros cuadrados, incorporan un taller (con 1.750 metros cuadrados) y un almacén de recambios (de 450 metros cuadrados).
Máster en Ciencias Químicas, González desarrolló la mayor parte de su carrera profesional en el ámbito de las ventas en distintos empresas y sectores, pero siempre en el ámbito comercial. Orgulloso de sus orígenes asturianos, González acumula 27 de sus 62 años trabajando en GeesinkNorba Ibérica. En 2018 aceptó el cargo que ostenta en la actualidad, el de gerente de la compañía en el mercado ibérico.
“El 90% de los equipos de GeesinkNorba que vendemos en España se carrozan en estas instalaciones, mientras que el resto se carroza en nuestras instalaciones de Extremadura, desde donde se venden en la parte suroccidental de la península ibérica, incluyendo todo Portugal, y en las islas Canarias”, explica González.
El director gerente Geesinknorba España y Portugal señala que “en España comercializamos un 50% de compactadores de carga lateral y otro tanto de carga trasera. Hay zonas en las que predominan unos, pero en el total nacional la proporción aproximada es del 50%. En el último lustro han aumentado los compactadores de carga lateral, pero últimamente estamos notando un incremento de las ventas de la carga trasera debido a la implantación en algunos municipios de la recogida puerta a puerta”.
Desde el punto de vista de la prestación de servicios relacionados con la gestión de los residuos urbanos, conviven el modelo de las concesiones y el de las empresas municipales, ¿qué ventajas tiene cada uno de ellos?
Para los ciudadanos es indiferente, ya que reciben un servicio indistintamente de la titularidad de la empresa que se los presta, pero como proveedor las diferencias son notables. Una empresa privada es mucho más ágil en cualquier circunstancia. Aunque una empresa municipal sea una sociedad anónima tiene que regirse por la Ley de Contratos Públicos, lo que ralentiza operaciones que en la empresa privada se abordan con mayor rapidez y agilidad.
¿Hay diferencias a la hora de renovar los vehículos y equipos entre las empresas concesionarias y las de gestión municipal?
El ritmo de renovación es parecido. Las concesionarias renuevan sus equipos en función de las exigencias que se establece en el pliego de condiciones del concurso. Dependiendo de las circunstancias económicas de la administración pública así será la renovación. Al final, las condiciones económicas, que determinan la renovación de los equipos, son las que se marcan en el pliego. Eso y, por supuesto, la relevancia que tenga para cada administración la limpieza del municipio y la recogida de los residuos que en él se generan.
Lo que es evidente es que en España el coste de la correcta gestión de los residuos para los ciudadanos no recoge el coste real de las operaciones que conlleva esa adecuada gestión. Y eso puede ser uno de los factores que condiciona la colaboración de los ciudadanos. En algunos países de Europa el nivel de compromiso de la población es muy distinto, entre otros motivos porque el coste que asume cada familia se ajusta más al coste real. Un austriaco no es más limpio que un español, lo que sucede es que allí si no depositas de manera adecuada tus residuos en el contenedor correspondiente debes abonar una multa.
Y no sólo es una cuestión cultural, porque en ocasiones los cambios de hábitos son fruto de sanciones que logran cambiar las costumbres de los ciudadanos, tal y como sucedió aquí con la implantación del carnet de conducir por puntos. Esta ausencia de sanciones o de incentivos, aplicada a la gestión de residuos, complica la separación de residuos por fracciones, dificulta el trabajo en las plantas de separación de residuos. El resultado es que las ratios de reciclaje en España son más bajos que en otros países de nuestro entorno.
Dicho esto, creo que en ocasiones las normativas que se aprueban en Bruselas no recogen las particularidades de cada país. Un ejemplo de ello lo podemos ver en los vertederos: en países como Holanda no hay espacio para ellos, mientras que en España hay grandes extensiones de nuestro país en las que es factible habilitarlos, por lo que poner en marcha un vertedero que cumpla todos los requisitos medioambientales es más sencillo y menos costoso. No obstante, formar parte de un club como la Unión Europea tiene como consecuencia que cada país debe adaptarse a normas que se deben aplicar en cada Estado.
No obstante, hay fracciones de residuos que sí presentan índices de separación en origen equiparables a los de otros países de nuestro entorno.
En efecto, aunque nuestros niveles de reciclaje no son los mejores, en materiales como el vidrio y también en el papel y el cartón hay más costumbre y, por tanto, mejores resultados, pero no podemos olvidar que el quinto contenedor se está implantando ahora en España, mientras que en Suecia en 2025 serán obligatorios nueve recipientes.
La economía europea, al menos esa es la intención de las autoridades comunitarias, es favorecer y alcanzar una economía circular. Como ciudadano es difícil estar en contra de los objetivos que se persiguen, pero en ocasiones los actuales hábitos de consumo de gran parte de la población dificultan avanzar al ritmo deseado.
En todo caso, resultan evidentes los esfuerzos que se están realizando. Es el caso de los fabricantes de envases, que están reduciendo el uso de materias primas, optando por materiales cuyo reciclado es más sencillo. Como todo lo que rodea a la gestión de residuos, hay cuestiones culturales que tiene una gran relevancia. Por ejemplo, un elemento que no podemos olvidar es que las compras de proximidad generan menos residuos de envases que las compras realizadas en grandes superficies.
Esa deseada y buscada menor generación de residuos, ¿tendrá consecuencias a medio y largo plazo para la actividad de GeesinkNorba?
Puede que si se alcanza una notable reducción en la generación de residuos urbanos haya implicaciones en nuestra actividad, pero por mucho que cambien los sistemas de recogida y pueda disminuir la generación de residuos siempre será necesario que haya vehículos que los recojan para trasladarlos a las instalaciones en las que serán tratados.
¿Se siguen vendiendo al ritmo de hace unos años equipos de compactación de residuos para plantas de transferencia?
No tanto, porque no se están construyendo tantas plantas de este tipo. La función de estas infraestructuras es la de aglutinar residuos y, de esa forma, disminuir los desplazamientos de los camiones y lograr reducir las emisiones contaminantes. Pero la creación de una red de centros de transferencia dejó de crecer hace años, ya que —en gran medida— se completó.
Las actuales instalaciones de GeesinkNorba en Alcalá de Henares, Madrid, cuentan con una superficie de 7.000 metros cuadrados, de los que 1.750 están dedicados al taller.
¿Cuáles son las características que diferencian a los equipos de GeesinkNorba frente a los de otros proveedores que operan en el mercado?
La nuestra es una marca premium, lo que hemos conseguido gracias a varios factores, como la durabilidad de los equipos, una cualidad que se ha logrado gracias al concepto que se aplica en GeesinkNorba en factores como la calidad de los aceros y en el diseño de algunos componentes, por lo que no es raro encontrarse con equipos de nuestra marca que siguen trabajando con veinte años de vida, que son los más rentables.
Además de otras diferencias, me gustaría destacar que somos la única marca que cuenta con recolectores de carga trasera que incorporan una bomba que logra una reducción en el consumo del combustible de alrededor de un 15%.
¿Cómo se organiza el departamento comercial de GeesinkNorba en el España?
Nuestro departamento comercial está integrado por cinco personas, porque en GeesinkNorba creemos que es necesario estar cerca de nuestros clientes y, además, las nuestras no dejan de ser ventas técnicas. Hay que tener en cuenta que a pesar de la dispersión poblacional muchos municipios organizan la prestación de algunos servicios a través de mancomunidades o diputaciones.
Estas cinco personas tienen asignadas zonas geográficas. Además de estas instalaciones y las de Extremadura, contamos con oficinas en Barcelona en las que también tenemos un taller propio. Los talleres colaboradores, además, juegan un papel relevante en la venta de nuevos equipos.
En este sentido, me gustaría saber qué papel juega el servicio de asistencia técnica a la hora de fidelizar a los usuarios de equipos y, además, si pasado un tiempo cualquier taller puede reparar los equipos de GeesinkNorba.
Respondiendo a tu segunda pregunta, cada vez es menos sencillo reparar nuestros equipos, porque cada vez incorporan más electrónica. Y para subsanar cualquier incidencia es necesario contar con los conocimientos y la formación adecuada para resolverlas. Además, nosotros podemos conectarnos de forma telemática al sistema de control central de cada equipo.
¿Cómo se fideliza a los clientes? En primer lugar, desarrollando equipos que sean innovadores, pero también es muy importante ofrecer un buen servicio de mantenimiento una rápida y eficaz asistencia técnica. Lo cierto es que nosotros poco a poco nos hemos convertido en un proveedor de servicios, ya que nuestro principal objetivo es que la disponibilidad de cada equipo sea lo más alta posible. De hecho, firmamos con nuestros clientes una disponibilidad mínima de cada equipo a lo largo de la duración del contrato. Esa disponibilidad mínima es de un 95%, que en algunos casos es superior gracias a que realizamos más mantenimientos preventivos. Además, solemos tener en stock algún vehículo ya carrozado para atender las necesidades imprevistas de nuestros clientes. Este es una posibilidad muy valorada por ellos.
¿Está cambiando la mentalidad de la población respecto a la importancia que tiene colaborar en la gestión de residuos mejorando la separación de los mismos en origen?
Creo que la percepción de los más jóvenes está cambiando gracias a las campañas de comunicación que se están haciendo. Esa lluvia fina es la que está beneficiando esa mayor concienciación social. Se pueden aprobar leyes que incluyan multas y sanciones, pero el mayor cambio se produce cuando la gente cambie su enfoque. Al fin y al cabo, los recursos son limitados y hay que lograr que las ciudades sean más amables. Y la mejor manera es que todos nos concienciemos de que nuestros actos pueden colaborar en mejorar nuestra calidad de vida.
También es cierto que las ciudades y nuestros territorios no siempre están preparados para aplicar los cambios necesarios. En este sentido, hay que reiterar que las tasas de basura casi nunca recogen el coste real del servicio. Los costes del tratamiento son muy altos, ya que la tecnología necesaria para que la gestión sea la más adecuada es muy cara. A pesar de ello, GeesinkNorba siempre apuesta por aportar soluciones innovadoras.
Distintas costumbres, diferentes soluciones
La climatología, el tipo de vivienda, el propio diseño de las zonas urbanas y el nivel de compromiso de la población son algunos de los factores que determinan el tipo de equipos de recogida y compactación de residuos sólidos urbanos. En este sentido, el director gerente de GeesinkNorba en España y Portugal explica que “las diferencias entre los equipos de carga lateral que se comercializan en España e Italia y aquellos que se venden en el resto de Europa se basan principalmente en distintos hábitos domésticos. En el resto del continente la carga lateral se utiliza sobre todo con contendores muchos más pequeños que los que se utilizan en Italia y en España, países en los que el volumen mínimo de los contendores de carga lateral es de 1.700 litros de capacidad, aunque lo normal es que sea de 2.400 o de 3.200 litros. Mientras, en Centroeuropa y el norte de Europa es mucho más habitual el uso de cubos unifamiliares con un volumen de unos 40 litros. Son costumbres muy diferentes que se basan en distintas tipologías de viviendas y en otra forma de orientar tanto la recogida de residuos como de implicar a los ciudadanos en la misma”.
Tal y como avala el Proyecto Héctor.
En efecto, el Proyecto Héctor es una iniciativa impulsada por la empresa en 2016. Se trata de una iniciativa a nivel europeo que permitió la puesta en marcha del primer camión dedicado a la recogida de residuos alimentado por pila de combustible; es decir, que utiliza hidrógeno como fuente energética. Aunque sigue presentando algunas limitaciones, el hidrógeno ofrece muchas ventajas respecto a los vehículos eléctricos. En el caso de las tareas de recogida de residuos, tienen una autonomía mucho mayor y el repostaje es mucho más rápido. A cambio, el principal hándicap que deben superar es el coste.
Por último, ¿qué mensaje quiere trasladar a sus clientes y, también, a los potenciales usuarios de los equipos e GeesinkNorba?
Bueno, creo que es muy importante destacar que seguimos siendo una empresa innovadora, somos una empresa que opera dinámicamente, ya que nos dirigimos a nuestros clientes ofreciendo una propuesta basada en inversiones en I+D. Lo que hacemos es adelantarnos al mercado, por eso desde hace muchos años contábamos con tecnología eléctrica, por eso ya hay vehículos nuestros alimentados por hidrógeno trabajando en Holanda. Nuestra actitud es ir por delante de las demandas del mercado.
En nuestro ADN está la innovación, una innovación que hace las ciudades más vivibles y a la vez disminuye los costes operativos de nuestros equipos. Hemos dejado de ser un proveedor de equipos para convertirnos en proveedores de servicios que disminuye los costes operativos de nuestros clientes.
"La economía europea, al menos esa es la intención de las autoridades comunitarias, es favorecer y alcanzar una economía circular. Como ciudadano es difícil estar en contra de los objetivos que se persiguen, pero en ocasiones los actuales hábitos de consumo de gran parte de la población dificultan avanzar al ritmo deseado"
