La industria española del calzado en una guerra comercial que perjudica a todos
Masaltos.com, una empresa española en la guerra comercial
Más allá de los aranceles, la guerra comercial emprendida por el presidente Donald Trump está teniendo víctimas y entre ellas EE UU, aunque desde luego está afectando a Europa y a España. Si bien, al polarizar desencuentros con los principales mercados mundiales se está recomponiendo un nuevo puzle con acuerdos al margen de EE UU, abriendo nuevas oportunidades a las empresas. Acostumbrada a reinventarse, la industria del calzado español tiene en EE UU al cuarto país comprador y el primero fuera de la UE.
La política comercial del presidente Donald Trump supone un daño directo a los Estados Unidos de América y a su economía. Es cierto que la intención inicial a la hora de imponer estos aranceles es la de favorecer el autoabastecimiento y el consumo local en detrimento de la importación de productos del extranjero, pero la realidad es que está causando un daño a su propio país, motivado por la pérdida de socios comerciales y por la pérdida de negocio.
No cabe duda de que el principal cliente de Estados Unidos es la Unión Europea, y el principal cliente de la Unión Europea es Estados Unidos. Todo lo que ponga trabas e imposibilite la relación comercial entre ambos se convierte en un lastre para ambos.
El ansia de proteccionismo de Trump está llegando a límites tan insospechados como el de imponer aranceles, no ya a los países con los que comercia, sino a sus propias empresas norteamericanas, como es el caso del gigante tecnológico Apple, a quien impondrán aranceles 'extra' si continúa fabricando en China.
Con este tipo de políticas la administración Trump está autogenerando grandes enemistades con sus hasta ahora socios.
En una guerra comercial entre colosos, todos pierden
En la guerra entre la Unión Europa y los Estados Unidos, los dos pierden. Ambos pierden clientes y pierden negocio. Así se ha visto hasta ahora. La política arancelaria no deja de ser eso, una cuestión política. Ambos pactan los precios y acuerdan qué productos se van a comprar unos a otros.
De hecho, en plena guerra arancelaria, hemos visto un principio de acuerdo entre la UE y EE UU en julio de 2018 para poner empezar a poner fin a sus disputas comerciales cuando decidieron eliminar los aranceles al acero y al aluminio. Pero también hemos visto como Trump planea incrementar la lista de productos europeos a los que imponer aranceles.
Ahora bien, no debemos perder de vista que la imagen de 'malo de la película' no la está dando la UE, sino EE UU, con su presidente a la cabeza. Así, esta guerra comercial está provocando el rechazo de muchos países hacia EE UU, y ese rechazo está generando, por otra parte, la proliferación de acuerdos entre la UE y países como Japón, Tailandia o el acuerdo de Mercosur para la libre circulación de bienes. Y los nuevos que vendrán con Canadá y México.
Los productos españoles sufren con los aranceles
En el caso de España, aunque afecta a todos los sectores algunos lo sufren más. Así, se han impuesto aranceles a productos muy fuertes en la economía española como son el queso, el aceite de oliva y el vino. Por su parte, la aceituna, cuyo mayor productor a nivel mundial es España, está experimentando una fuerte caída de negocio porque ha perdido a uno de sus principales clientes debido a que con los aranceles impuestos es prácticamente imposible continuar con la exportación. Eso está motivando la resolución de muchos contratos con empresas norteamericanas y el pago de grandes sumas como penalización por los incumplimientos por parte de empresas españolas.
Además de la aceituna, todos los productos resultan perjudicados en esta guerra comercial. Con la imposición exacerbada de unos aranceles tan altos, prácticamente se ha vetado la entrada de muchos productos europeos en EEUU.
El necesario entendimiento
Sólo hay que ver que ante la imposición de aranceles por parte de EE UU al aceite, la UE los impuso al bourbon, ante los aranceles a los coches europeos, a las motocicletas norteamericanas y, así, sucesivamente. Ante esta actitud, casi infantil, no me queda ninguna duda de que ambos países se acabarán entendiendo con el paso del tiempo. Además, no les queda otra porque ambos se necesitan mutuamente.
Hemos hablado del queso, la aceituna, el aceite de oliva y el vino, del acero y del aluminio, pero también hay otros como los automóviles o los relojes. La lista es infinita.
Es cierto, que la UE y EE UU están estudiando una posible tregua en relación con muchos productos, como serían los helicópteros, aviones o piezas para construirlos, pertenecientes a la empresa Airbus, pero también es cierto que la Ley del Talión y su ‘ojo por ojo’ se está convirtiendo en la moneda de cambio entre los gobiernos de ambas entidades, los cuales parecen estar más decididos a castigarse mutuamente que a arreglarse.
El caso de Masaltos.com, el calzado que eleva la estatura
Desde Masaltos.com, contemplamos estas medidas con recelo, pero también está teniendo una parte positiva. Parece que Trump pretende imponer aranceles a los zapatos fabricados en China y es posible que replique ese modelo en otros países, aunque todavía no está clara la intención de EE UU en relación con el calzado europeo.
Para Masaltos.com, EE UU es un mercado muy importante, ya que vendimos nuestro primer zapato en EE UU en 1998 y desde entonces no hemos dejado de vender zapatos con alzas en suelo norteamericano, aumentando las ventas todos los años. El cliente estadounidense es un cliente muy fiel y amante de la buena calidad de los zapatos. Por eso EE UU es uno de los mercados más fuertes para nosotros, así que esperemos que las cosas se queden como están y no se impongan aranceles.
En 2018, según el informe de comercio exterior elaborado por la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE), con el apoyo de Help Payment Services, EEUU se erigió en el cuarto mayor comprador de calzado español. En 2018, se vendieron 4,7 millones de pares de zapatos por un valor de 243,4M€, lo que supone un incremento del 3,11% en volumen y del 9,18% en valor.
Aunque ha bajado su demanda, la UE sigue siendo el principal mercado para el sector español del calzado, principalmente ubicado en Alicante, mientras que EEUU, Canadá y México la han aumentado.
Pero no todo es negativo. Los acuerdos con Mercosur o con Tailandia van a permitir a muchas empresas españolas poner el foco en estos países, buscar socios locales y generar negocios.
Como vemos, se está fomentando la expansión de otros negocios, como el caso de la importación de calzado español por parte de Japón.
Concretamente gracias al acuerdo de libre comercio que recientemente entró en vigor entre la UE y Japón. Aquí, Masaltos.com, empresa que comercializa por internet zapatos que elevan la estatura de los hombres 7 centímetros sin que se note, ha salido muy beneficiada porque la importación de calzado por parte de Japón desde la Unión Europea está sujeta a un arancel del 30%. Eso quiere decir que si un japonés quiere comprar por internet en una página web española un zapato que cueste 100 € y que se lo entreguen en Japón, tiene que pagar 130 €, más los gastos de transporte. El acuerdo prevé la eliminación de los aranceles de manera progresiva hasta hacerlos desaparecer, lo que permitirá poner en igualdad de condiciones a un consumidor europeo y a uno japonés, puesto que podrán pagar el mismo precio por el mismo artículo, sin añadirle ningún gasto extra en concepto de aranceles.
Esa es la idea fundamental de todos los tratados que está firmando la UE, la eliminación de aranceles, lo que supondrá una herramienta con un potencial fantástico para todas las empresas que tengan intereses en estos países. Sin duda, el crecimiento económico estará muy vinculado a la exportación.
Algunos datos a pie de página
- A los cuatro países con los que EE UU tiene déficit, China, Japón, Alemania y México, Trump decidió declararles la guerra comercial con un proteccionismo que amenaza cambiar el orden económico. Empezó por China y según un informe del Observatorio Económico Latinoamericano (Obela) en el más de un año de guerra comercial entre EE UU y China, las exportaciones estadounidenses a China disminuyeron un 13% entre febrero y noviembre de 2018, mientras que las importaciones crecieron un 16%. En el estudio se señala también que el próximo paso se dirigirá a la UE en conflicto con los automóviles alemanes.
- En el informe de Obela, Amando Negrete, uno de los investigadores junto a Ugarteche, señala que las empresas estadounidenses compran sus partes y piezas en China, ahora gravadas por el Gobierno americano; mientras que los chinos gravan productos finales que pueden dejar de comprar. Esta es la diferencia, que EEUU se haya desindustrializado y esté produciendo caro y mal, no tiene nada que ver con que en otro lado se hagan productos buenos y complejos, señaló Ugarteche a Sputnik.
- Diferentes analistas ponen de relieve la situación delicada de Europa por su participación en las cadenas de valor globales. De hecho los componentes europeos en la producción de EE UU y China suponen el 2,4% del PIB, al que se añade el plan de China hasta 2025 para incrementar su crecimiento en sectores industriales como robots industriales, equipamiento energético, instrumentación médica, etc., que constituye el corazón industrial de Europa. De hecho, ya han comprado algunas empresas emblemáticas.
- Las tierras raras. Los 17 elementos que constituyen las denominadas tierras raras que en un 80% tienen su origen en China y son imprescindibles para la fabricación de productos tecnológicos. Tras el anuncio de Trump de poner nuevas tasas del 10% a las importaciones chinas valoradas en 30.000 M€, las tierras raras se han puesto en el centro de la guerra comercial. También Xi Jinping, el presidente de China, muestra su dureza al señalar las ventajas de China en los recursos de tierras raras y deben ser los clientes y los mercados de EEUU los que deben cargar con los costes de aranceles.