El consumidor post Covid-19
El consumo se traslada al escenario de hábitos y comportamientos de los años 50, como detalla el experto en consumo Albert Vinyals.
Listas de la compra, consumo local y austeridad. El consumo post Covid-19 nos traslada al escenario de hábitos y comportamientos de los años 50 o, como dice el experto en consumo y profesor de ESCODI, Albert Vinyals: “El ciudadano actual tiene un comportamiento y unas expectativas de consumo muy similares a las de mi abuela, nacida en el 1921”. Porque el consumo es más planificado, más austero, más cercano y con la mirada puesta en el futuro.
Planificación de las compras
Los resultados de la encuesta realizada por la Escuela Universitaria de Comercio (ESCODI) y en la que han participado más de 700 consumidores, nos presentan a un ciudadano con unos hábitos y expectativas de consumo que se asemejan enormemente a los de mi abuela. El escenario es como si de repente reapareciésemos en los años 50: porque de la encuesta hemos sabido que también planificamos más las compras (a la fuerza), recuperamos la lista de la compra, somos más fieles a los establecimientos, hablamos un 20 % más con los vecinos… Además, la categoría de productos que más ha caído ha sido la ropa, categoría tan poco comprada por la gente mayor, en comparación con los más jóvenes.
Lo más interesante del estudio es saber qué hábitos trascenderán: solo perdurarán los actos que supongan un beneficio, ya sea económico o en ahorro de tiempo. Por ejemplo, pese a que la gente no tiene muchas ganas de más comercio electrónico, parece obvio que el 20 % de baby boomers (gente que actualmente tiene entre 55 y 70 años), que ahora han aumentado sus compras online, van a seguir haciéndolo, aunque sea en menor intensidad. Pero por lo expresado en la encuesta y otros informes, la expectativa de los consumidores se asemeja más a consumir como hacían nuestras abuelas que al siglo XXI.
Compras de proximidad
Además, el 78 % de la población encuestada afirma que quieren una mayor sostenibilidad, en base a reducir su consumo (reutilizar y evitar ciertas compras). No parece que el mercado ecológico vaya a crecer mucho, debido a su sobrecoste, pero en cambio, la compra de proximidad, buscando el calor humano, parece que tendrá un largo recorrido. Esto nos plantea un futuro con más compras de proximidad, planificación, reutilización, alargar la vida útil de los productos, austeridad y racionalización, tal como hacían nuestras abuelas.