La música en las tiendas impulsa las ventas
El 72% de los usuarios afirma que la música influye en su decisión de compra, según un estudio realizado por la Sociedad para la Administración de Recursos Humanos, mientras que un informe de Retail TouchPoints señala que el uso estratégico de la música en las tiendas puede aumentar las ventas hasta en un 9%. Estos datos confirman el poder de la música sobre el comportamiento de los consumidores, y en este sentido las empresas están desarrollando estrategias para crear experiencias de compra más agradables y aumentar así sus ventas. Y es que, según estudios de neruomarketing, la música tiene la capacidad de activar áreas emocionales y de memoria en el cerebro, y estas respuestas emocionales pueden influir a su vez en la percepción de la marca y la experiencia de compra.
Estos aspectos son clave a la hora de influir en el estado de ánimo de los consumidores, lo que afectaría su comportamiento de compra. De hecho, la música puede influir también en el comportamiento de gasto de los consumidores, y en esta línea un estudio de la Universidad de Londres apunta que cuando se reproduce música lenta en un supermercado, los clientes tienden a gastar más dinero, mientras que otro estudio de Milliman señala que seleccionar la música adecuada en el punto de venta puede permitir aumentar el gasto medio hasta en un 20%. Así, la música que se utiliza en las tiendas se debe seleccionar de manera cuidadosa, y ésta debe ajustarse a la identidad de la marca, ya que no solo se trata de elegir canciones populares, sino de crear también una experiencia que permita reforzar los valores y la personalidad de la empresa.
Además, más allá de la selección musical, habrá que considerar también otros factores, como el volumen y la calidad del sonido. Así, la música no debería sonar ni demasiado alta ni demasiado baja, ya que un volumen inapropiado puede resultar molesto para el consumidor, afectando negativamente a su experiencia de compra. Del mismo modo, la calidad del sonido debe ser óptima, para evitar distorsiones que puedan distraer al consumidor o causarle incomodidad.