IMC Toys factura 136 millones de euros en 2020
La empresa juguetera IMC Toys ha facturado 136 millones de euros en 2020, superando así los 119 millones facturados en 2019, y acumulando un crecimiento del 240% en los últimos 10 años (+14% respecto al año anterior). Del total de la facturación de 2020, un 21,85% corresponde a ventas nacionales, mientras que el 78,15% restante son exportaciones, y la compañía espera alcanzar los 165 millones de euros de facturación este 2021, coincidiendo con la celebración de su 40 aniversario. De entre sus marcas, destacan Bebés Llorones, con 2 millones de unidades vendidas en todo el mundo (325 mil en España), un 41% más que en 2019, Bebés Llorones Lágrimas Mágicas, también con 2 millones de unidades vendidas en todo el mundo y un crecimiento del 34% respecto al año anterior, y Vip Pets, que ha acumulado 700.000 unidades vendidas a nivel internacional.
Desde la compañía destacan que estas cifras son posibles gracias a la apuesta por productos innovadores, que se desarrollan en los departamentos de I+D y de marketing de la compañía, siempre atentos a las necesidades y tendencias del mercado. A nivel internacional, IMC Toys cuenta con 7 filiales propias en 7 países, con 335 empleados, y es que uno de sus objetivos es consolidar su presencia en los mercados internacionales.
Albert Ventura, CEO de IMC Toys, ha comentado que “a nivel económico, la compañía tiene como objetivo doblar su tamaño en los próximos 5 años y, para ello, debemos enfrentar retos como establecer nuevas marcas en el mercado, lo que cada vez es más difícil debido a la constante búsqueda de novedades por parte del consumidor y, de ahí, la gran volatilidad y cambio de las tendencias en este sector. Pero también uno de nuestros grandes retos y compromisos es avanzar en proyectos de sostenibilidad ecofriendly, tanto en la fabricación de los productos como en packaging, para contribuir a la sostenibilidad del planeta”.
40 años en el sector juguetero
IMC Toys celebra este 2021 el 40º aniversario de su creación. La compañía, que nació en 1981 como importadora y distribuidora de juguetes, evolucionó su modelo a partir del año 2000, y pasó de ser distribuidor a fabricante, produciendo sus primeros juguetes, y en 2004 empezó su expansión internacional a través de filiales propias. Esta evolución de empresa distribuidora a empresa productora, junto con su internacionalización, que culminó en 2017 con la apertura de las oficinas en Estados Unidos, son las claves del buen funcionamiento de la compañía.