Cambiar hábitos para disminuir nuestra adicción al móvil
El 47% de los usuarios de los teléfonos móviles aceptan que son adictos a estos dispositivos y son conscientes que pasan demasiado tiempo pegado a sus pantallas.
Todos somos adictos al móvil, de una forma u otra. Este dispositivo se ha convertido en una herramienta muy útil y que cada vez tiene un papel más importante en nuestro día a día. Pero ¿hasta qué punto? Indudablemente, este dispositivo es, a día de hoy, un complemento indispensable y que acapara nuestra atención más de lo que debería. Así lo demuestra un estudio elaborado por la empresa de networking Deloitte, realizado en Estados Unidos con personas de entre 18 y 75 años, el cual revela que, de media, una persona mira el dispositivo 47 veces por día.
Nuestra fijación con el móvil ha llegado a casos extremos. De hecho, el mismo estudio revela que 9 de cada 10 encuestados comprueban las notificaciones y el contenido del móvil a primera hora del día, recién levantados, y también antes de irse a dormir. Además, lo seguimos utilizando a todas horas durante el día, da igual si estamos solos, en grupo o haciendo alguna actividad cuotidiana. Según el informe, un 92% de los encuestados reconoce usar su smartphone mientras compra, un 90% en el tiempo de ocio, un 89% mientras ve la tele y un 78% mientras come.
Su uso compulsivo no solo se reserva a la franja de edad más jóven, sino que se ha expandido en todas las edades aunque sí que es una tendencia que aumenta mucho más entre la población más joven. Así pues, el informe revela que, de media, los jóvenes miran la pantalla unas 86 veces al día, algo más de las 82 en que lo miraban el año pasado.
Cambiar hábitos para intentar prescindir más del móvil
El estudio señala que el 47% de los consumidores aceptan que son adictos al móvil y son conscientes que pasan demasiado tiempo pegado a las pantallas de los dispositivos, por lo que muchos han empezado a cambiar sus hábitos para limitar su uso. Algunos de los métodos implementados son guardar el móvil cuando se está acompañado, silenciarlo y apagarlo por las noches. De los que se consideran adictos al móvil y han intentado limitar su uso, el 30% lo ha conseguido, mientras que un 17% reconoce que no ha podido cambiar sus malas costumbres.