Cuatro tipos de aplicaciones por las que estamos dispuestos a pagar
Cuando Whatsapp anunció que sería de pago, se organizó un pequeño revuelo. Probablemente casi todo el mundo estaría dispuesto a desembolsar 0,89 céntimos por una aplicación que al fin y al cabo ahorra dinero, pero lo mucho que se habló de la noticia muestra que incluso los micropagos a través del móvil cuentan aún con obstáculos.
Según datos de InQBarna, startup dedicada al desarrollo de aplicaciones móviles, hay cuatro tipos de aplicaciones por las que estaremos dispuestos a pagar. Todas tienen en común que "nos hacen la vida más fácil", según esta empresa. Bien sea porque nos entretienen, como los juegos, o porque son útiles, como los programas de mensajería o los relacionados con la salud.
El modelo freemium. Este modelo permite bajar gratis la aplicación, pero para acceder a ciertos complementos, servicios o niveles (en el caso de juegos), hay que pagar, siguiendo lo que se llama in-app purchases (compras dentro de la aplicación) y que según InQBarna es el módelo que más ingresos está proporcionando en este sector.
Las aplicaciones infantiles cuentan con un gran público, ya que suponen un ahorro respecto a libros y a juguetes económicos, como hemos apuntado en alguna ocasión. Además, ofrecen contenidos didácticos en cualquier momento y lugar. Estas dos características las hacen atractivas para los padres, que son al fin y al cabo quienes tienen la última palabra a la hora de hacer el pago.
Las aplicaciones de la industria médica. Este sector está volcándose en el móvil ya que este dispositivo permite extraer información que puede ayudar a mejorar los tratamientos y además facilitan la creación de comunidades entre enfermos con la misma patología, lo cual supone un apoyo para ellos en todos los niveles. Además, todos estamos dispuestos a pagar por cuidar mejor de nuestra salud.
Las deportivas. Las hay asociadas a dispositivos, como podómetros, lo que ayuda a la retroalimentación de las ventas de ambos productos. Destacan las que ayudan a controlar el ejercicio y los progresos por ejemplo a la hora de salir a correr, aprovechando las carácterísticas del teléfono móvil, en especial el GPS. Estas aplicaciones permiten además socializar el deporte, ya que los usuarios comparten tiempos, distancias y logros, incrementando así su motivación.