Redes sociales: deja de escribir como un niño de 10 años
Las empresas escriben en Facebook como un niño de primaria. No se trata de una crítica por parte de algún escéptico de las redes sociales, sino de los resultados de un estudio de Track Maven que ha analizado 5.800 páginas de Facebook y un millón y medio de actualizaciones.
La empresa ha usado el test Flesch-Kincaid, desarrollado por la marina estadounidense en 1975, y que analiza la longitud de frases y palabras para determinar si un texto es más o menos fácil de leer. Es una prueba que por ejemplo usa Amazon y que Microsoft Word incorporaba hasta 2007.
Según el análisis de Track Maven, el 67,3% de las empresas escriben como si se dirigieran a un niño de 11 años o menos, siendo el nivel más frecuente de las actualizaciones el de un niño de primero de educación básica (17,5%). Sólo un 2,5% de las actualizaciones están escritas pensando en un lector con un nivel de estudios universitario.
Y es que la mayoría de los textos que publicamos en Facebook son muy cortos: el 33% cuenta con entre 10 y 19 palabras, mientras que el 24% no pasa de 9. Casi el 94% tiene menos de 50 palabras.
Se suele pensar que en internet tienen más influencia y obtienen mejores resultados los textos breves y las imágenes, pero no es del todo cierto. Es verdad que en Facebook las fotos y dibujos tienen un peso fundamental (están presentes en el 88% de las actualizaciones y generan más interacciones), pero esto no significa que la gente no quiera leer. De hecho, las interacciones aumentan para los textos más largos: si escribimos entre 70 y 79 palabras conseguiremos 3,42 interacciones por post de media, mientras que si pasamos a entre 80 y 89, llegaremos a las 6,19 interacciones, rozando las 10 para textos de 180 palabras.
El estudio sugiere que esto puede ser consecuencia del llamado "efecto IKEA", según el cual tendemos a valorar más todo aquello en lo que hemos invertido tiempo y esfuerzo. Aunque no es el único motivo: por lo general, nos gusta sentirnos tratados como personas inteligentes y que se confíe en nuestro criterio.
Sí, nos gusta leer
Esto se puede trasladar al resto de contenidos en internet. Es cierto que competimos por tiempo con millones de páginas que ofrecen toda clase de información y entretenimiento. De hecho, cada día publicamos en internet el equivalente a 36 millones de libros, según explica Clive Thompson en Smarter Than You Think . Aunque por otro lado sólo leemos de media el 20% de cada texto online que consultamos.
A pesar de todo, no deja de ser cierto que valoramos más esos contenidos extensos (siempre que además de cantidad haya calidad, claro). De hecho, valoramos tanto la extensión que un artículo con más de 1.500 palabras se comparte un 68,1% más en Twitter y consigue un 22.6% más de "me gusta" en Facebook. (Por comparar, nosotros llevamos unas 400 palabras en este artículo y de momento) .
Según datos de Medium, una nueva red social centrada en textos y creada por uno de los fundadores de Twitter, la longitud ideal de un artículo es de unas 1.600 palabras. Es decir, siete minutos de lectura. Precisamente porque un porcentaje muy alto de lectores pasa esos siete minutos con el texto, sin abandonarlo.
Además, hay otro detalle que es importante: los contenidos largos son muy positivos para el SEO. A Google le gustan los textos extensos y ya no se conforma con rastrear las dos o tres etiquetas de cada artículo. De hecho, los 10 primeros resultados de cualquier búsqueda de Google siempre son páginas que incluyen al menos 2.000 palabras (en el total de la página, no por texto).
Por supuesto, todo depende de lo que se tenga que explicar, de los objetivos de cada actualización y del medio que usemos (por ejemplo, en Twitter siempre vamos a estar limitados). De todas formas, hay que dejar de pensar que nuestro lector no es lo suficientemente listo o no tiene el suficiente interés en lo que le estamos ofreciendo. Lo mínimo que deberíamos hacer es demostrar es algo de confianza en nuestro propio producto.
Y este texto ya es lo suficientemente largo, así que mejor dejarlo aquí por hoy.