El unboxing gana peso en el marketing digital
El unboxing, el nuevo fenómeno que puede marcar el marketing digital, tiene al influenciador, al espectador y a las emociones como los tres elementos clave que lo definen.
El unboxing se ha convertido en uno de los fenómenos más populares de las redes sociales y ahora también gana peso como acción dentro del marketing digital. Este fenómeno, que consiste en grabarse a uno mismo mientras desempaqueta un producto para luego colgarlo en la red, ya es utilizado por las marcas como un elemento más del marketing digital, utilizando el cliente -quien abre el paquete- como defensor de la marca ante otros potenciales consumidores. Asimismo, el unboxing va estrechamente ligado al packaging del producto, donde ahora la experiencia final del consumidor es lo primordial -antes se pensaba en cómo se empaquetaba un producto y ahora se piensa en cómo reaccionará el consumidor cuando abra el paquete-.
El unboxing se ha convertido en una herramienta esencial para el marketing y para aumentar el engagement de una marca. Este fenómeno se compone de 3 elementos clave que lo definen:
Influenciador
Es la persona experta en un tema o producto y considerada un líder de opinión online. Normalmente son personas con suficientes seguidores en sus redes sociales como para poderse considerar influencers -mínimo 20.000 seguidores en la red social que utilice habitualmente-. Aun así, más que el número total de seguidores, aquí lo importante es el número de interacciones que consigue, para determinar si realmente sus opiniones son tomadas en cuenta por público.
Espectador
Es la persona que, interesado en un producto concreto, busca acercarse de una forma más natural a éste. Se trata de una persona ya de entrada interesada en la comunicación ‘fans para fans’ y su engagement con la marca aumentará si ésta es capaz de solucionar dudas en los comentarios de los vídeos. El espectador debe tener la sensación que el unboxing fue hecho especialmente para él.
Emociones
Durante el vídeo existe un intercambio de emociones entre el influnciador y el espectador, llegando a generar emoción, anhelo, expectativas, alegrías e, incluso, descontento. El narrador tiene que conectar con el espectador y aunque la teatralidad puede ayudar, no se debe olvidar que la sinceridad es clave en el unboxing.