Los datos falsos pueden causar muchos estragos a un e-commerce
El auge del e-commerce y el uso de plataformas digitales trae consigo beneficios y facilidades para muchas compañías. Sin embargo, se generan una multitud de datos falsos a diario que, si no se detectan, pueden hundir la actividad empresarial de inicio a fin.
Igual que hay noticias falsas, hay datos falsos. Y sobre todo cuando hay un repentino aumento del uso de redes sociales, canal en el que circulan una incalculable cantidad de noticias, fotos, vídeos… y se generan muchos, muchos datos. Y además, de todo tipo. Hay información relativa al consumo, a hábitos nuevos, modas, preferencias, edades, géneros y subgéneros. Todo ello se engloba en un pack llamado el Big Data, y las empresas, sobre todo para su e-commerce, se nutren de ello para generar actividad, ventas, clientes potenciales...
Pero, ¿qué ocurre si una empresa crea una campaña de marketing basada en datos falsos o erróneos? ¿cómo se sabe a ciencia cierta que los datos que ofrecen los internautas, por ejemplo, al registrar un correo electrónico nuevo, son ciertos? ¿Y si no es hombre, es mujer? ¿Y si tiene 30 en lugar de 20? ¿Y si lo que compra no es para él? El peligro es que esta información, verificada o no, contrastada o no, se reenvía, comenta, vende, usa y analiza en todo el mundo. No hay filtros, no hay límites.
Todas esa cápsulas de información crean datos, y más datos. Y esos datos se usan para hacer campañas de publicidad, para analizar y perfilar estrategias políticas, para crear contenido audiovisual, generar noticias… Un poco de todo, y todo eso lo consumimos en todo el mundo.
Imagínense una empresa, una start-up en cuestión, que inicia su actividad basada en datos falsos. Lo que ocurrirá es que su equipo de marketing probablemente haga una campaña totalmente inútil, o nada interesante para el público objetivo en cuestión. Hay un caso, el de John Smith, que no es más que un robot creado por Google que se dedicaba a verificar que el precio de los productos que aparecían en Google Shopping era correcto. Su manera de hacerlo era registrarse en diferentes cuentas de gmail y llenar carritos de compra virtuales, de diferentes tiendas (muchas tiendas) y luego los vaciaba. ¿Qué consecuencia tuvo esto? Que los analistas de los e-commerce, aquellos que persiguen tendencias y hacen especulaciones sobre qué se va a vender, se equivocaban constantemente.
¿De qué manera se equivocan? Pues muy fácil, si una empresa se basa en los datos que obtiene del uso de redes sociales o de comportamientos de compra y de navegación en su web, datos que en teoría confirman una tendencia u otra, y los usa para hacer email marketing, para crear contenido, producto, mandar mensajes a su lista de contactos, etcétera, y esos datos no son correctos, no sirve para nada todo ello. Porque la información que una compañía puede tener es la clave para crear una estrategia de marca, acciones de marketing y conectar con sus audiencias.