O3, la pequeña gran revolución en control de plagas y enfermedades en cultivos
Para entender primero cuáles son los efectos de este gas que se genera de forma espontánea en la naturaleza, hay que empezar por conocer sus orígenes. Etimológicamente, la palabro ozono viene del griego antiguo ὄζειν (ózein, “generar olor"), y a pesar de que existe posiblemente desde que el universo es universo, no es hasta el año 1839 que Christian Friedrich Schönbein consigue aislar el compuesto gaseoso, que anteriormente había identificado por su olor característico tras las caída de rayos en plena tormenta eléctrica.
Así, este descubrimiento y los distintos efectos que proporcionaba, dieron a este gas la cualidad de componente altamente saludable para las personas y en general para el medio ambiente, esa buena impresión, perduró a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y incluso en la primera mitad del siglo XX, gozando de una excelente fama, sobre todo entre los naturalistas.
Tanto es así, que el propio Nikola Tesla es conocido también como la primera persona que patentó un generador de descarga de corona, a través del cual conseguía la generación de ozono a partir de moléculas de oxigeno de la atmosfera, mediante la rotura de las moléculas de O2 para generar O3 en su forma alotrópica.
Con el tiempo, este sistema entró en desuso, y ya en el año 1940, la agencia estadounidense Food and Drug Administration (FDA) comienza el precintado de generadores de ozono médico, favoreciendo su propia industria farmacéutica, reforzada tras la adquisición del gigante farmacéutico del momento.
Pero el hecho de que hubiera sido menospreciado por la ciencia en general no quita que un sector de la población, y sobre todo en la actualidad, haya reactivado su uso a nivel médico, a nivel preventivo, a nivel de desinfección, a nivel de tratamiento… La generación de ozono tiene aplicación en la eliminación de malos olores y desinfección del aire, en el tratamiento y purificación de aguas, y en electromedicina -ozonoterapia-.
El ozono no puede ser almacenado ni transportado -es mucho menos estable que el oxígeno diatómico- como otros gases industriales. El motivo es que rápidamente se reconvierte en oxígeno, y por ello debe ser producido en el lugar en donde será empleado. Sus propiedades antisépticas son de aplicación tanto a nivel doméstico como industrial, estando demostradas y certificadas por laboratorios.
Su buen uso solo se entiende si se realiza de una forma coherente y de acuerdo a las necesidades, y que es necesario conocer bien cómo funciona para evitar cualquier tipo de riesgo debido a su concentración, a su forma de uso y/o debido a los elementos con los que se puede combinar. Así pues, todos sabemos que no se trata solo del uso por el hecho de ser un gas natural, (porque incluso la naturaleza puede ser perjudicial para la salud y la alimentación, véase plantas venenosas, condiciones atmosféricas adversas, etc.), en este caso solo cabe decir que está comprobado su efecto como desinfectante, y por ende, como sustancia con efectos, sobre todo, anti-fúngico, anti-bacterias y antivirus… pero siempre y cuando, se aplique en las dosis adecuadas, en los momentos más ajustados para actuar de forma preventiva y/o combativa, y de forma que realmente pueda llegar al objetivo físico para combatir este tipo de enfermedades.
Si extrapolamos estas características desinfectantes a las necesidades de los cultivos, y conseguimos aplicar este gas para beneficiarnos de los efectos anteriormente detallados, es cuándo podremos hablar de Aplicación foliar de ozono, que llega a la planta a través del vector agua, y que podrá ser usado para casi todo tipo de cultivos susceptibles de presentar problemas sanitarios.
Además puede llegar también a ser un buen elemento para la lucha contra nematodos, y aunque no tenga efectos sobre los insectos, sí que es capaz de colapsar huevos y larvas que se encuentren en zonas accesibles externas, provocando así la parada del ciclo de vida de posibles invasiones.
Para entender cómo actúa, hay que hablar de la ionización del ozono, la molécula de ozono O3, tiene carga negativa, esta cargas son atraídas por las cargas positivas, propias de bacterias, virus, hongos, priones, esporas, moléculas de olor, de tal modo que al sentirse atraídas y gracias al alto poder oxidante del ozono, son destruidas casi de forma inmediata, a partir de ese contacto se destruye a su vez también el ozono, que al perder una molécula de oxigeno deja como residual una molécula de O2 que es liberada a la atmósfera.
Queda claro que los efectos beneficiosos de este gas azul aún no son conocidas del todo a nivel de aplicación foliar, y es por ello que dos empresas españolas, Green Biozone y Maquinaria Atomizadora (Makato) han unido sus esfuerzos a efectos de aportar a los agricultores soluciones a los problemas que se generan en forma de plagas y enfermedades en los distintos tipos de cultivos, ya que año tras año, se constata que los medios químicos tienen que ser continuamente cambiantes, cada vez más agresivos, e incluso más costosos, para que puedan llegar a tener efectos sobre esos problemas.
Las experiencias desarrolladas con agricultores en los tres últimos años, en cultivos como fresa, frutos rojos, huerta, viña, olivo y naranjo, demuestran a través de resultados analíticos en laboratorio, los efectos positivos derivados del uso adecuado de este gas, y se constata a través de la experiencia de los propios agricultores que su uso, bajo un buen asesoramiento garantiza el éxito de su aplicación, con las consecuencias positivas que generan, y que se podrían resumir como,
- Se evita poner en riesgo la persona encargada de las aplicaciones en campo, ya que no se trata en ningún caso de un elemento contaminante, una vez aplicado se convierte de nuevo en O2.
- Se consigue un ahorro extraordinario por el hecho de disminuir el uso de químicos y en algunos casos incluso su absoluta eliminación, dependiendo del cultivo y tipo de plaga o enfermedad a combatir o prevenir.
- Se puede usar en cultivos ecológicos, ya que al tratarse de un gas, no deja ningún tipo de residuo, aparte de tratarse como anteriormente se mencionaba, de un gas natural.
- Mejora las cosechas que se encuentran sobre todo en período de conversión, ya que al pasar de convencional a ecológico, el cultivo sufre unos cambios que mediante el ozono, podríamos evitar que no fueran tan traumáticos para el cultivo y en consecuencia para las cosechas.
- No presenta ningún tipo de contraindicación, siempre y cuando se utilice tal y como nuestros técnicos recomiendan, de acuerdo siempre a la experiencia derivada de estudios y ensayos previos.
Así pues los equipos que se diseñan para aportar estas nuevas soluciones a los agricultores pasan por la combinación de un equipo de generación de ozono que será elegido en función de la capacidad de almacenaje del equipo, siendo tres los modelos existentes,
- GBT-1 para equipos con capacidad entre 100 litros y 400 litros.
- GBT-2 para equipos con capacidad entre 500 litros y 800 litros.
- GBT-3 para equipos con capacidad entre 1.000 litros y 3.000 litros.
Este equipo, se instalará en equipos de pulverización adecuados según el tipo de cultivo, siendo los más habituales,
- Pulverizadores hidroneumáticos
- Pulverizadores centrífugos
- Pulverizadores hidráulicos
En cualquier caso, todos los equipos deberán cumplir algunas premisas importantes en función del tipo de cultivo, la edad, la orografía y forma de la finca, el tipo de plantación, el marco de plantación, todos estos aspectos podrán tener una incidencia importante a la hora de elegir el tipo de materiales para la fabricación de los equipos, y la ingeniería aplicada para garantizar que la proyección del líquido llega hasta el objetivo final, sean hojas, tronco, fruto o incluso suelo, ya que resulta clave que el ozono contacte plenamente con el objetivo susceptible de ser infectado, para garantizar el éxito absoluto de su aplicación.
La clave, entonces, para obtener unos buenos resultados en el uso de ozono como aplicación respetuosa con el medio ambiente y muy interesante para el ahorro económico de muchos agricultores, pasa por recibir un buen asesoramiento que garantice sobre todo que el trabajo se realiza de una forma adecuada y que se consiguen los objetivos previstos.