Soterrar los residuos para mejorar el entorno

La instalación de contendores soterrados para la recogida de basuras es una de las inversiones mejor valoradas por los ciudadanos que ven desaparecer de las puertas de sus casas, calles y comercios la suciedad y los olores que, sobre todo en época veraniega, trasmiten los contenedores en superficie. Así a las evidentes ventajas estéticas, se le une la mejora de la higiene y su mayor accesibilidad: las bocas de los buzones se sitúan a una menor altura que la de los contenedores tradicionales, y al integrarse en el entorno se eliminan bordillos, bolardos y otros elementos que impiden el acceso a los contenedores tradicionales a personas con movilidad reducida. Además favorecen la recogida selectiva, ya que su mayor capacidad permite aumentar la contenerización sin ocupar más espacio público.

Aunque la inversión inicial puede rondar entre los 3.000 y los 5.000 euros por buzón. Se trata de una inversión con resultados inmediatos y con una vida útil que en algunos casos supera los 20 e incluso los 30 años con unos costes de mantenimiento muy bajos. A cambio, los efectos positivos sobre las zonas residenciales, y comerciales son evidentes y suponen una revalorización de las calles, los barrios, y poblaciones en las que se instalan, multiplicando el atractivo turístico de la localidad.

Sí, la mayor capacidad de estos contenedores, que pueden llegar hasta los 5.000 litros, junto con la liberación de espacio público en superficie, hace que la instalación de estas 'islas ecológicas', no solo estén bien vista por la ciudadanía, sino que es demandada activamente por las asociaciones de vecinos. Su mayor accesibilidad facilita su uso por todo tipo de personas, incluso las que tienen su movilidad reducida. Además permiten la instalación a futuro de sensores de llenado y bloqueo de buzones con envío de mensaje para optimizar su recogida por los servicios de limpieza.

Su mera instalación aumenta la seguridad al confinar en un espacio acotado los contenedores de superficie, lo cual evita accidentes en caso de desplazamiento por rachas de viento, o manipulación indebida. Además, reducen las posibilidades de incendio al evitar la aportación de oxígeno, y limitan sus efectos al propio equipo afectado, al producirse éste en un espacio subterráneo que impide su propagación.

Su uso es totalmente seguro, aunque es necesario apostar por aquellos modelos que incorporan elementos de seguridad como el tambor giratorio en el buzón, que impide la caída accidental al foso. O el cierre 'controlado' del tambor mediante amortiguadores neumáticos que evitan posibles lesiones por atrapamiento, además de garantizar siempre su cierre con independencia del peso de los residuos, y que este se realice de forma progresiva y sin ruido.

Además, los equipos con tapa hidráulica incluyen avisadores acústicos y luminosos de maniobra, y garantizan siempre la correcta colocación de los contenedores en el interior del foso sin que se traben. Problema que se presenta con cierta frecuencia con algunos modelos compactos (contenedor, tapa y buzón en un solo cuerpo). Asimismo es recomendable que la tapa resista un peso hasta 2 toneladas en un metro cuadrado para evitar el hundimiento accidental del camión de recogida o vehículos pesados que transiten por la zona. Por último, los equipos dotados con centralita con mando a distancia es bueno que incorporen inhibidores que impidan su accionamiento fuera de un determinado radio de acción que asegure que el operario esta visualizando el equipo durante la maniobra.

Los contenedores soterrados son un sistema de instalación universal que solo presenta algunas limitaciones en calles con aceras muy estrechas. En el caso de calles con pendiente, existen equipos cuya tapa permite una inclinación estándar de hasta el 7%, y opcionalmente hasta el 15%. Esta es solución ideal ya que en otros casos la instalación se realiza escalonando los equipos, lo cual permite resolver el problema pero limita la accesibilidad —una de las ventajas de los contenedores soterrados— y rompe con la estética de la calle. Asimismo, los equipos que ofrecen la tapa con acabado personalizable, permiten integrar el mismo pavimento de la acera sobre la propia tapa, lo que mejora aún más su estética y adaptación a cualquier entorno urbano.

No, aunque como en todo, conviene evitar aquellos equipos que presenten mecanismos endebles y diseños menos robustos. Sobre todo por la paralización del servicio al ciudadano y las molestias que ello puede acarrear. En cambio, los mejores equipos además de ser robustos, presentan programas de mantenimiento mínimo de carácter anual cuyas operaciones pueden ser realizadas por el propio personal del ayuntamiento o de la empresa de recogida. En cualquier caso, siempre es aconsejable contratar programas de mantenimiento periódico con la propia casa fabricante, o distribuidor autorizado, que además de conocer perfectamente los equipos, podrá facilitar, de forma inmediata, los repuestos originales en caso de que sea necesaria la sustitución y/o reparación de algún componente.