Entrev¡sta a Juan Vicente Bernabeu. Bodini Ibérica.

Mi opinión acerca de la actual situación del mercado español de la inyección es que estamos atravesando un momento muy delicado, esto es, hay muy pocas alegrías en cuanto a compras. Los inyectadores que poseen máquinas con tecnologías obsoletas están centrados en un mercado con una calidad muy baja y por tanto con unos precios también bajos. En este mercado la competencia de los países asiáticos se nota mucho y por tanto sus compras están muy contenidas.

En cuanto a las empresas que desde hace unos años han apostado por incrementar la calidad de sus productos y reducir los costes de fabricación, tienen un futuro prometedor. Se han decantado por la tecnología y así la competencia asiática no les toca tanto. Estas empresas si que están comprando máquinas y se interesan por las máquinas más modernas que existen en el mercado. Desde nuestra empresa hemos apostado por la máquina de inyección totalmente eléctrica, que es donde creemos que está el futuro. Bien es cierto que el presente está muy difícil porque el cliente no suele hacer los números que debiera. Por ejemplo, nuestras máquinas ahorran entre un 40 y un 70 por ciento de energía eléctrica, este año ha subido la tarifa en un 11 por ciento para la industria, entonces a la hora de plantearse comprar una máquina se olvidan del recibo de la compañía eléctrica y sólo ven la máquina en sí, pero estos valores son muy importantes de considerar.

Las empresas españolas de transformación demandan como en todos los sitios mejores precios y buena calidad.

Me he percatado que las máquinas asiáticas tuvieron su “boom” hace unos años y que a la mayoría de transformadores ya no les llama la atención y han dejado de interesarles. Demandan máquinas mejores, pero a precios buenos.

A corto y medio plazo habrá un incremento constante en la venta de máquinas eléctricas en detrimento de las máquinas hidráulicas, por ser máquinas con unas prestaciones más elevadas y con unos consumos muy contenidos.

Hoy por hoy ya es más rentable la compra de una máquina eléctrica, con periodos de amortización superiores a cuatro años, que una hidráulica convencional, pero en un corto plazo de tiempo como van a aumentar las tarifas eléctricas (en 2006 hubo dos aumentos) esta diferencia se va a decantar por la máquina eléctrica.