El futuro de la alimentación: la respuesta está en la ciencia
Carolina Najar, directora de Valor Mercado Alimentación en Azti
27/06/2024Llevamos tiempo en permanente transformación y los impactos que tenemos en prácticamente todos los sectores provienen de causas globales. La alimentación, sin lugar a duda, es y ha sido un sector esencial. Pero cada vez es más complejo responder al rápido crecimiento poblacional y ofrecer a las personas una alimentación variada, no sólo por el incremento del nivel de vida, sino también por los cambios en la elección de productos derivados del estilo de vida. Este contexto nos sitúa en el epicentro de una revolución alimentaria global, donde la eficiencia en la producción de alimentos es crucial. Todos hemos escuchado que las proyecciones apuntan a que para el año 2050 la población mundial alcanzará los 10 mil millones, lo cual exigirá un aumento del 70% en la producción de alimentos en comparación con los niveles actuales. Una parte del mundo desperdicia y en ocasiones demoniza alimentos, y por otro lado, más de 780 millones de personas, según la ONU, pasan hambre.
Un discurso fatalista que debe hacernos, a todas las personas que trabajamos en este sector, trabajar de manera urgente en ofrecer soluciones que nos permitan aumentar la producción de alimentos de una manera segura y sostenible, y mejorar la salud pública a largo plazo a través de la alimentación.
La urbanización y los cambios demográficos están redefiniendo nuestras costumbres, llevándonos hacia un estilo de vida más sedentario con menos tiempo dedicado a la cocina y una creciente preferencia por elecciones de consumo que no siempre son las más adecuadas. Los hábitos alimenticios no equilibrados se asocian con el aumento de enfermedades crónicas como la obesidad, la hipertensión o la diabetes, planteando un desafío económico significativo para los sistemas de salud pública. Una sociedad cada vez más envejecida en la que debemos poner el foco y ofrecer productos alimenticios adaptados a las necesidades de la población. Hemos pasado de la necesidad de poner flúor en el agua potable hace más de 60 años, a delinear cuáles serán los requerimientos nutricionales más demandados que ayuden a mejorar la calidad de vida a través de la alimentación.
Es esencial adoptar un enfoque holístico que promueva una nutrición más sostenible y saludable. La cooperación entre los sectores de la salud y la alimentación es vital para enfrentar estos desafíos y aliviar la carga económica sobre los sistemas sanitarios a nivel mundial.
La sostenibilidad se ha convertido en una necesidad ineludible en todos los ámbitos, siendo la industria alimentaria responsable de una cuarta parte de las emisiones globales de CO2 y del consumo del 70% del agua potable. Ante estos retos, surgen oportunidades significativas para mejorar estos procesos y hacerlos más eficientes, reduciendo su impacto ambiental y elevando su sostenibilidad.
La respuesta está en la ciencia y la innovación para ofrecer opciones que sean las que se requieren a largo plazo. En el ámbito de la pesca, en Azti apostamos por integrar prácticas de pesca y acuicultura sostenibles que contribuyan a esta transformación alimentaria. Estamos promoviendo la crianza de especies nutritivas bajo condiciones controladas para garantizar una producción alimentaria continua y sostenible.
También en el ámbito pesquero, donde el 50% de la captura mundial es en estado salvaje y se pescan anualmente alrededor de 5,5 millones de toneladas de atún, la trazabilidad, la eficiencia, la sostenibilidad y la puesta en valor a través de la comunicación se convierten en aspectos críticos. Se estima que un 20% de esta pesca es ilegal, con un origen predominante en Asia, afectando de manera significativa a empresas que operan bajo una normativa europea mucho más exigente y sostenible. La trazabilidad y comunicación por parte de las empresas pesqueras de estos productos es crucial para que el consumidor comprenda no sólo la diferencia de precios entre productos, sino también que sepa elegir teniendo en cuenta las prácticas de pesca sostenibles frente a las que no lo son, y las condiciones laborales de las personas detrás de los productos sospechosamente más baratos.
En el ámbito de la biotecnología y el desarrollo de proteínas alternativas, la ciencia y la tecnología están encontrando soluciones para producir más con menos, desarrollando procesos más circulares. Todavía lejos de ser una solución global, pero crucial para abordar el desafío de reducir el desperdicio alimentario y reintegrarlo en la cadena alimentaria, ya sea como biofertilizantes o como alimento para animales y humanos.
En este sentido, en Azti trabajamos en la obtención y evaluación de proteínas alternativas para alimentos destinados al consumo tanto animal (en los sectores de la acuicultura y la ganadería) como humano. Nuestro enfoque incluye la exploración de fuentes vegetales y subproductos de la cadena alimentaria que puedan sustituir ingredientes convencionales o que puedan ser alternativas más eficientes. El proyecto Waseabi ha implementado con éxito diversas tecnologías y procesos para valorizar subproductos líquidos y sólidos derivados de la pesca y la acuicultura. Este esfuerzo ha permitido no solo la circularidad del proceso, sino también la creación de nuevos ingredientes y productos proteicos para consumo humano. También exploramos la utilización de biofertilizantes elaborados a partir de fracciones proteicas de la cadena de valor alimentaria, con el objetivo de optimizar el cultivo de las materias primas.
Frente a este panorama de transformación y desafíos, el compromiso y la colaboración colectiva de todos los sectores son fundamentales para asegurar un futuro alimenticio resiliente, sostenible y nutritivo. En Azti, estamos dedicados a liderar estos esfuerzos, trabajando estrechamente con socios para forjar un futuro más prometedor para nuestro planeta y sus habitantes. Un sector que aporte más valor y con valores, no olvidemos que nuestro propósito es contribuir a desarrollar una alimentación accesible y sostenible. Es decir, ser sostenibles es que todas las personas podamos alimentarnos y no unas a costa de otras o a costa de consumir sus recursos.