La iluminación como factor del bienestar, centrada en la persona, adaptada a cada individuo y a la progresión del día
Alfredo Berges, director general de Anfalum
22/10/2020Todos los seres vivos que habitamos la Tierra adaptamos nuestro nivel de actividad, nuestro rendimiento y capacidad de actividad, en función de la luz natural o artificial. Esa adaptabilidad a la luz correcta en el momento adecuado nos hace estar más o menos activos durante el día y nos permite relajarnos para afrontar el sueño de la noche.
Los procesos biológicos del ser humano, y la búsqueda de estar en forma tanto física como mentalmente, están relacionados intrínsecamente con el diseño de nuestro cuerpo para la vida con luz natural y la adaptación que debemos tener ante la luz artificial. Los problemas surgen con el modo de vida actual, especialmente en los países desarrollados, donde las personas pasan el 90% de su día en interior.
Algo que los expertos han descrito como oscuridad biológica, y que puede ser motivo de la fatiga o cansancio que muchas personas experimentan durante la jornada laboral, o incluso motivo de insomnio, depresión, etc.
Para desvelar estas consecuencias de la falta de luz natural en el cuerpo humano, hubo que descubrir en 2001 los receptores de luz adicionales, es decir, células sensibles a la luz. Nuestro cuerpo tiene estos receptores, que envían señales al cerebro y que actúan controlando el ritmo día/noche. Es lo que conocemos como ritmo circadiano, y que mediante una correcta utilización de la luz artificial podemos adecuar y mejor ese ciclo.
También nuestro cuerpo se ve influido por la luz produciendo dos hormonas: la del sueño -conocida como Melatonina-, y la de la actividad llamada Cortisol, donde ambas influyen a la presión arterial, la vitalidad, la frecuencia cardiaca, estado de ánimo, etc.
Con todo ello, la industria de la iluminación acuñó hace unos años el concepto Human Centric Lighting, basada en la aplicación de la tecnología para que la luz este centrada en el ser humano, siempre teniendo en cuenta los efectos biológicos no visuales.
El desarrollo de soluciones tecnológicas basadas en el Human Centric Lighting ha sido imparable en todo este tiempo, con tendencias claras como las siguientes:
- Controladores Smart que aseguren la adaptación a los cambios en la luz natural. Cambios en el color, en el brillo y en cómo distribuimos la luz en el espacio, sensores de luz y adecuación a las distintas estancias, señores de movimiento, etc.
- Al comienzo del día se emplea luz blanca, brillante, y fría con 6500ºK e iluminancia de 300 luxes.
- Al atardecer, se debe cambiar, de forma progresiva, la iluminación hacia una luz cálida de unos 3000ºK que propicia la relajación en el cuerpo humano.
El Human Centric Lighting es la evolución natural que ha seguido la industria de la iluminación donde hemos pasado de usar la luz por necesidad a introducir criterios de eficiencia energética, para en los últimos años pensar en la sostenibilidad y circularidad de los productos, unida a los sistemas inteligentes de control y la iluminación como parte del bienestar de los seres vivos: Human Centric Lighting. La industria de la iluminación, representada por ANFALUM, no podía desarrollar la tecnología HCL hasta conocer con detalle el impacto que tiene la luz natural, y la artificial, en la biología humana.
No sólo avanzó la investigación de cómo la luz influye en los humanos, sino que la aplicabilidad de los preceptos del Human Centric Lighting ha evolucionado hasta la creación de un certificado de calidad que vela por los requisitos, normas y estándares para ser un sistema HCL garantizado.
El certificado HCL, que acredita la calidad y garantía de las soluciones HCL de los fabricantes, evalúa estos productos atendiendo la calidad, seguridad, rendimiento y usabilidad, y califica con hasta 3 estrellas dichos sistemas. Factores como la calidad de la luz, la simulación correcta del curso de la luz natural, la eficiencia energética, además de la facilidad de la instalación, usabilidad, y el cumplimiento de todo el compendio de normas electrotécnicas afectas, son analizados por técnicos e ingenieros que emiten la certificación.
En suma, la clave para los profesionales de la iluminación es reconocer los efectos que tiene la luz en la salud de los humanos. Realizar una práctica responsable del manejo de la luz artificial debe hacerse desde la colaboración entre profesionales, y con marcas debidamente certificadas con productos de calidad. El resultado no es banal, es influir en el confort humano, en su salud e incluso su comportamiento. Apostemos por la tecnología HCL para optimizar y mejorar nuestro bienestar.
Es el momento de introducir nuevos criterios que refuercen la expresión 'diseño proyectos con buena iluminación'. Con el Human Centric Lighting es posible aumentar el rendimiento en el trabajo, disminuir el absentismo laboral, mejorar la atención estudiantil, influir en nuestras percepciones visuales, activar físicamente a las personas, o reducir la actividad en horas nocturnas, siempre acordes a criterios de confort, salud, conducta y actividad humana.