De la bulimia y la anorexia visual
Un día como cualquier otro fue suficiente para entrar en el increíble mundo de la existencia por la subsistencia, profundizando un poco en los procesos y mecanismos de alimentación visual existentes en nuestro mundo de ilusiones y supersticiones relativas a la iluminación.
En diversos mundos de nuestra Galaxia, a bordo de nuestra Nave Karnak, descendimos en extraños planetas en la búsqueda de mayores pistas de análisis y degustación visual encontrando fantásticas relaciones entre los componentes alimenticios de la existencia planetaria, todos ellos vinculados a saber en las funciones de La Luz Original como alimento.
Mencioné alguna vez la fantástica relación de la luz como alimento y en ello la mágica relación mencionada por el arquitecto Alberto Campo Baeza sobre la sal y la luz, donde la luz es vida y la sal es conservación. Este tema sigue en preparación y cocinándose en varias direcciones y contradicciones en el cuidadoso intento de no volverse un refrito.
En iluminación, la industria y la tecnología aunadas a la ciencia materialista pragmática presiona inclemente al tema del supuesto ahorro energético, que en esencia es una especie de dieta anoréxica visual que pretende evitar sobrepesos y mantenernos cautivos en un estado de inanición de impresiones.
Recalco los atracones bulímicos en la invasión y glotonería vomitiva de efectos dinámicos en DMX / RGB que por doquier aparecen como soluciones Big Mac - Cajita Feliz o KFC - Receta Secreta, batiéndose de grasa visual, provocando gula y obesidad perceptiva.
Ejemplos no faltan y surgen con aparente inocencia, morbo y gratuidad.
Bueno, recuperando la ruta de vuelo, partiendo del principio que la luz manifiesta en iluminación es un alimento, extrañamente nos hemos acostumbrado a ver rasgos generales de nuestra alimentación ordinaria simplemente entre los sólidos y los líquidos.
Adicionalmente, también podemos ver la alimentación reconociendo la digestión que se manifiesta en nuestros cuerpos planetarios en el tiempo – espacio – luz, conectada a la respiración de cada célula y a la vida de la molécula asociada.
Los ciclos digestivos vitales orgánicos son día, respiración, impresión, tiempo, espacio, luz.
Manifiestos del poder de la luz en la presentación del todo y todas las cosas al desenvolverse por sí mismas.
Así, una vida está medida en la unidad universal de 24 horas llamado día, manifiesto en la luz como El Gran Pacificador Universal.
En la percepción orgánica, la unidad día de 24 horas es la pieza única en el ciclo completo de la digestión, que en su promedio estadístico el ser humano vive 28,000 días, equivalentes aproximados a 75 años de vida orgánica nominal promedio.
En consecuencia, en un día con ciclos promedio de duración en cada tres segundos respiramos 28,000 veces, y en secuencia en cada ciclo de respiración entre la inhalación y la exhalación tenemos 28.000 impresiones.
Los ciclos digestivos que sostienen la vida son - día - respiración - impresiones - encajados en la dimensión tiempo - espacio - luz.
Nuestra alimentación está constituida en sólidos / líquidos – aire –impresión.
- Un día es 1 / 28.000 unidades en cada ciclo de vida, siendo el alimento alimento materia lo sólido y lo líquido.
- Una respiración es 1 / 28.000 unidades en cada ciclo de día, siendo el alimento materia el aire.
- Una impresión son 1 / 28.000 unidades en cada ciclo de respiración, siendo el alimento materia la impresión.
Y el alimento, al igual que la luz, es el ordenador en el cuerpo físico, mental, emocional, espiritual, responsable de la producción de toda la materia orgánica conciente en el ciclo de vida de cada humano, sin importar cuántos años viva, porque la medida no es numérica, es factorial multidimensional.
Alimento y luz son incidencias orgánicas en la impresión de la memoria.
Como en la fotosíntesis, la vida depende de la energía Luz Solar atrapada en el proceso fotosintético responsable de la producción de toda la materia orgánica llamada biomasa.
Así como en la arquitectura, el uso correcto de la luz y el color son el alimento de las impresiones que mantienen vivo el ciclo global orgánico del aire, líquidos y sólidos.
Desde México, con un fraternal saludo,
Gustavo Avilés.