Glocalizar el diseño
La globalización uniforma los patrones de consumo mediante una publicidad generalizada y facilita la producción de bienes de consumo dado que se ofrecen los mismos a nivel mundial. Pero por eso, cuando hablamos de globalización, lo primero que a muchos nos viene a la cabeza, son las connotaciones negativas de McDonald´s, los parámetros de uniformización y de americanización…
Globalización y localización parecen conceptos opuestos, pero… ¿Que queremos decir, en cambio, cuando hablamos de glocalización?
Pensemos que actualmente, las distancias ya no son físicas, sino solo mentales… estamos frente a un nuevo escenario, en el que el mundo ya es totalmente global.
Para hablar de este nuevo concepto, podríamos recurrir a los estudios de sociólogos como Roland Robertson o Ulrick Beck. Pero, en realidad, glocalización, parece que es un concepto aparecido durante los años 80’s y desarrollado dentro de las prácticas comerciales japonesas. El término “dochakuka”, deriva de “dochaku”, que define a “el que vive en su propia tierra”.
¿Puede ser un diseño glocal? Como “glocal”, nos referimos a la hibridación de GLOCAL+LOCAL, es decir, a una actividad o diseño en el que se piensa globalmente y se actúa localmente… o viceversa.
“Piensa globalmente, actúa localmente” (Think Global, Act Local) es una frase atribuida al biólogo, botánico y pensador escocés Patrick Geddes a principios de siglo XX, que puede ser una buena síntesis de lo que es la glocalización.
Geddes, como el sociólogo John Ruskin, creen que el progreso social y la forma espacial están relacionados. Por tanto, cambiando la forma espacial podría cambiar la estructura social, pero eso, tal vez es otra historia...
Lo glocal, es por tanto, una posición intermedia, entre localización y globalización, en la que la que unos mismos productos o servicios, que se ofrecen a nivel mundial, se diseñan de acuerdo a los patrones locales de la región donde se venderán y usaran.
El libro “La estrategia del Colibrí. La globalización y su antídoto” del sociólogo y escritor italiano Francesco Morace, nos permite ahondar y reflexionar en nuevos conceptos y métodos como este. Los creativos debemos volar como el colibrí que bate sus alas a gran velocidad, unas cien veces por segundo, interactuando con las flores. Estableciendo vínculos, linkando entre diferentes, es como se consigue la mejor “polinización cruzada de ideas”. Es así como se potencia la creatividad, hibridando diseños y conceptos surgidos de disciplinas y ámbitos geográficos distintos.
Ahora ya no se trata solo de americanizar, sino de españolizar, mejicanizar, catalanizar, alemanizar… todo al mismo tiempo. Elementos que tradicionalmente eran de diferentes culturas ligadas a unas geografías concretas y distantes, pueden ahora mezclarse con otros elementos de otras localizaciones, para generar diseños nuevos… ¡El mundo se nos ha hecho pequeño!
Miquel Àngel Julià, 13 / 11 / 2013