Juego de planos: luz lejana “out-view”
Poco a poco vamos encontrando respuestas para la luz positiva y una de ellas puede ser que la luz positiva debería de responder a una necesidad de un grupo de usuarios el cual ayudaría al confort y al bienestar de los mismos. Es evidente que la connotación positiva iría de la mano de la buena compañía y de una atmosfera agradable.
Por lo tanto, volvemos a los ya mencionados; parámetros de la luz, intensidad, color, geometría y distribución; y los planos de trabajo o los planos de interacción. Recuperaremos los tres planos de trabajo que mencionábamos en el artículo del ejemplar 23 de iCandela dedicado a la iluminación en restaurantes; el plano horizontal; el plano vertical; y el plano lateral.
El plano horizontal como una mesa es comúnmente utilizado como el plano de trabajo. Sin embargo, el plano vertical además de otras tareas como la de la pantalla del ordenador, o la de la pizarra por ejemplo, normalmente se podría relacionar también con la relación o la interacción entre los usuarios, ya que es un plano que se sitúa al nivel de los ojos. Asimismo, el plano lateral se podría relacionar más con la atención o concentración. Es decir, siguiendo la gráfica de la concentración de los estudiantes por ejemplo (Stuart, J., & Rutherford, R. J. D. (1978). Medical student concentration during lectures. The lancet, 312(8088), 514-516) parece que entre 10 minutos y 15 minutos la atención va disminuyendo (Wilson, K., & Korn, J. H. (2007). Attention during lectures: Beyond ten minutes. Teaching of Psychology, 34(2), 85-89). Por lo tanto, deduzco que el tercer plano o el plano lateral o el plano lejano puede ser importante para recuperar la concentración y reducir el estrés.
De esta manera sería interesante poder identificar cada plano y aplicar los parámetros lumínicos diferentes para cada plano, ya que las necesidades lumínicas en cada una de ellas serán diferentes. Es decir, esto contestaría por qué la tolerancia al deslumbramiento es mayor para una vista exterior.
Por lo tanto, destacaría que los parámetros lumínicos más estrictos se deberían de aplicar a la mesa o a la cara ya que son los cuales nos requerirán más concentración, llevan más información; la tarea que se está haciendo y el ánimo de la persona con quien se habla. Sin embargo, el plano lejano no tiene por qué responder rigurosamente a unas condiciones estrictas de trabajo. Es más, quizá el cambio puede ayudar para crear un dinamismo en la escena el cual ayudará a desconectar y mantener una concentración más equilibrada y sana. Así, se puede entender la complacencia de la presencia de la luz directa en la escena y la conexión con el exterior.
En cuanto el equilibrio de color, el primer y el segundo plano requerirán un color neutro y claro para garantizar una visión concentrada en la tarea. De lo contrario, el tercer plano podría servir para crear un espacio de reflexión y descanso. De esta manera, este plano tendrá la libertad de tener más ruido y más color. Al igual que mencionamos que en las composición de las vidrieras había un lenguaje de color en este caso también podríamos utilizar el mismo; partiendo de la base del frío verdoso y azul y añadiendo matices de calor amarillo y rojo. Así, cuando vemos esta luz cálida lejana pincelada en un tapiz frío, como la puesta del sol, nos sentimos tan atraídos y nos parece tan sensacional.
Quería acabar este post agradeciendo, este juego de planos para atmósferas complejas es fruto de la inspiración de muchas conversaciones con la comunidad de Radiance, APDI e iCandela, los profesores del máster MFPS de la UPV-EHU, y otros profesores más.
