La manía de los lux...
Para dar solución a la iluminación de un espacio, se manejan diversos parámetros con los que se trata de cuantificar esas necesidades visuales.
Una vez decidida la solución y redactado el proyecto, se comunica a la propiedad los resultados, tratando de justificar con esos parámetros las decisiones adoptadas.
Muchas veces nos encontramos con que el responsable o receptor del proyecto lee el documento y al final únicamente se queda con “los lux”. Otras veces el proyecto de iluminación solamente incluye los resultados en lux… Que si son suficientes, demasiados o los necesarios, pero apenas miran o analizan otros parámetros calculados en el proyecto, tanto o más importantes que los dichosos lux. Valores como la uniformidad, la distribución de luminancias, la temperatura de color, la reproducción cromática o el deslumbramiento muchas veces se ignoran porque los lux “son suficientes”.
Una vez ejecutado el proyecto es cuando vienen las sorpresas: Que si esa luz deslumbra, que si en aquella zona hay poca luz, que si los cálculos están bien hechos… poniendo en juicio el resultado obtenido. Yo me he encontrado con comentarios del tipo: “Es que estos lux son buenos…” ¿?... entonces tiemblo.
El analizar otros parámetros es mucho más necesario cuando trabajamos con LEDs. Partiendo de la base que son fuentes de luz muy potentes y su superficie emisora de luz muy pequeña, hace que el brillo que tienen sea un factor muy importante a la hora de garantizar el confort visual de la instalación. Me he encontrado situaciones de este tipo en varias ocasiones: Un ejemplo claro lo encontramos en pistas deportivas, tipo padel, en las que se están substituyendo los proyectores convencionales de halogenuros metálicos por luminarias led sin ningún tipo de control ni fotometría, que se traduce en que se obtienen los lux necesarios pero un confort visual muy bajo debido a un deslumbramiento excesivo de las fuentes de luz. Un deslumbramiento ocasionado por una distribución fotométrica inadecuada de la luminaria empleada, una falta de control en la distribución luminosa o una mala ubicación u orientación de los puntos de luz… Eso sí: Los lux son los adecuados…
Analicemos todos los aspectos que influyen en el proyecto y tomemos la decisión adecuada, de forma que garanticemos no sólo los lux necesarios, sino también un confort visual adecuado.
