La luz en las escuelas
Soy padre de dos criaturas de 8 y 11 años, respectivamente, y como la mayoría de niños, acuden cada día al colegio.
En la escuela se organizan unas jornadas interactivas en las que algunos padres realizan actividades en el aula con los alumnos. Yo he acudido alguna vez a estas jornadas y recomiendo a los padres que tengan esta posibilidad, que la aprovechen pues es muy enriquecedora.
Cuando comencé a participar en este tipo de actividades, por mi deformación profesional, me fijé en la iluminación de las aulas y me quedé de piedra... ¡Estaba iluminada con regletas industriales! Eché un vistazo al resto de aulas y vi que todas estaban iluminadas de la misma manera, en algunos casos con algún difusor, pero todas con iluminación a base de regletas. Pregunté a Dirección por el tema y la respuesta fue que “no sabían y que siempre se habían iluminado así”…
Creo que no somos conscientes de la importancia del ambiente visual en las escuelas. Los usuarios, es decir, los niños están sometidos a una iluminación poco adecuada y poco confortable, que puede llegar a afectar a su sistema visual. Además, existen numerosos estudios que relacionan el ambiente visual con la concentración y la atención, pudiéndose conseguir mejores resultados.
En una conferencia a la que asistí, impartida por el Dr. Estivill, se mencionó una experiencia realizada en un colegio, consistente en dejar a los niños en el exterior una media hora antes de entrar a clase para que se “empaparan” de luz natural. Estos alumnos obtuvieron un mejor rendimiento, tanto en los resultados como en la atención y la concentración. Si a esto le añadimos un ambiente visual adecuado en clase, conseguiríamos que nuestros niños aprendieran de una forma más cómoda y confortable.
Es curioso, pero si en enero o febrero la calefacción no funciona, nuestros hijos no irán al cole, pero no nos importa que pasen gran parte del día en una ambiente lumínico poco adecuado...