Al aire libre, pero protegido
19 de agosto de 2005
La imagen corresponde a una de las fincas de Orchard, la empresa de Almunia de Doña Godina, cerca de Zaragoza en dirección a Madrid, dedicada a frutas de hueso y pepita. José Miguel Guerrero, su gerente, solo tiene palabras de satisfacción cuando cuenta los efectos de las mallas. Empezaron a utilizarlas como defensa contra el granizo y ahora consideran imprescindible este recubrimiento.
La imagen corresponde a una de las fincas de Orchard, www.orchardfruitco.com, la empresa de Almunia de Doña Godina, cerca de Zaragoza en dirección a Madrid, dedicada a frutas de hueso y pepita. José Miguel Guerrero, su gerente, solo tiene palabras de satisfacción cuando cuenta los efectos de las mallas. Empezaron a utilizarlas como defensa contra el granizo, una fenómeno climático casi anual en esa zona, y ahora consideran imprescindible este recubrimiento.
¿Porqué? Pasaron de tener de un 40% de fruta exportable a un 80% debido a la uniformidad de la coloración y la ausencia de quemaduras de sol. En riego, ahorran en promedio una hora diaria. Las floraciones son uniformes, con lo que desaparecen las diferencias de calidad entre la primera floración y las restantes. Las abejas trabajan mejor bajo la malla, con lo que se logra una mejor polenización y, por ende, una mayor uniformidad en los frutos.