Los europeos opinan sobre ¡OGM y seguridad alimentaria
28 de enero de 2003
Los consumidores europeos están vigilantes, según un estudio presentado en la Cumbre alimentaria europea del 2002, publicado en la revista l´Echo nº 186 de enero del 2003.
Los consumidores europeos están vigilantes, según un estudio presentado en la Cumbre alimentaria europea del 2002, publicado en la revista l´Echo nº 186 de enero del 2003.
El estudio abordó tres temas: la percepción de riesgo, la actitud de los consumidores frente a los OGM (Organismo Geneticamente Modificados) y las principales fuentes de información de los consumidores.
En lo que concierne a los factores suceptibles de afectar su salud, los europeos incluyen la seguridad alimentaria. Sin embargo generalmente están mucho más preocupados por el tabaco, la polución y el stress: la seguridad alimentaria se ubica en cuarto lugar. El orden de los factores que pueden afectar la salud según los europeos encuestados es el siguiente: tabaco y alcohol (38%), polución medioambiental (20%), stress (18%), seguridad alimentaria (11%) y finalmente accidentes de tránsito (7%).
En cuanto a la seguridad de productos alimentarios, 60% de los europeos están convencidos que su alimentación es segura. Los más satisfechos son los británicos y holandeses. Por el contrario los italianos (17%), los alemanes (13%) y los franceses (12%), son los más preocupados por la seguridad alimentaria. Las mujeres están más preocupadas que los hombres y las personas mayores más que los jóvenes en relación a la seguridad alimentaria.
Interrogados sobre la evolución de la seguridad alimentaria en el curso de los últimos 20 años, el 38% de los europeos encuentran la alimentación menos segura, 37% piensan que es más segura y 20% la encuentran igual. La evolución de esta percepción es positiva en Francia, los Países Bajos y Gran Bretaña, mientras que es negativa en Italia y en Alemania.
La reacción negativa en relación a los OGM en la alimentación cotidiana son declaradas en Alemania, en Italia y en Francia, por las mujeres y la franja de mayor edad. Si los OGM propusieran beneficios nutricionales, el efecto repulsivo sería practicamente anulado (el efecto sería positivo en Países Bajos y en Gran Bretaña, aunque permanecerá ligeramente negativo en Francia y muy desfavorable en Alemania y en Italia).
La mayoría de los consumidores europeos dejaría de comprar un producto donde apareciera en su etiqueta que contiene OGM. La resistencia más fuerte a los OGM otra vez es más fuerte en las mujeres y en las personas de mayor edad.
Los ingleses y holandeses están en una posición menos contraria que el resto de los europeos. Si los OGM demostraran que tienen ventajas evidentes para el consumidor, este estudio demuestra que la actitud de los europeos podría cambiar, sobre todo Gran Bretaña, los Países Bajos y Francia.