El Codex Alimentario como ayuda al comercio
El Codex Alimentarius, o código de alimentos, ofrece a todos los países la oportunidad de paticipar en la comunidad internacional con la formulación y armonización de normas alimentarias. Se analiza si ésta y otras normas internacionales son justas, siendo que unos países pueden imponerlas y otros no.
La importancia de apoyar al CODEX
Las sardinas del Pacífico no se pueden llamar sardinas en Europa, dijo la Unión Europea. Sí que pueden, dijeron los exportadores peruanos de sardinas, y pelearon en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por defender su posición. Ganaron.
La defensa de la posición peruana se atuvo a la convención de la OMC según la cual los importadores deben justificar todos los reglamentos correspondientes a la inocuidad de los alimentos y al etiquetado que sean más estrictos que los establecidos por la Comisión del Codex Alimentarius, organismo de la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dedicado a velar por la inocuidad de los alimentos. Estas normas protegen al consumidor, pero también evitan que se utilicen los intereses por la inocuidad y el etiquetado como excusas para excluir de lucrativos mercados productos de los países exportadores.
En una reunión con nutrida asistencia realizada durante la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después, los delegados se enteraron de la importancia del Codex Alimentarius para los países de bajos ingresos. Como manifestó en la reunión el Primer Ministro de Niue, Young Vivian, los pequeños países del Pacífico no sólo importan gran parte de sus alimentos, lo que los expone a la falta de escrúpulos de algunos exportadores, sino que además deben luchar contra obstáculos injustos opuestos a sus exportaciones. Las normas también son importantes para los países desarrollados, que deben proteger a sus consumidores y sus exportaciones.
La FAO también tiene la Secretaría de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF), cuyo propósito estriba en garantizar la coordinación y eficacia de acción entre los gobiernos, a fin de impedir la introducción y propagación de plagas de las plantas a través de las fronteras a través del comercio de plantas y materiales vegetales. Acaba de establecer las normas para la madera que contribuirán a controlar el desplazamiento del longicornio, letal insecto de los árboles. La OMC también reconoce las normas internacionales sobre sanidad vegetal de la CIPF, en el Acuerdo sobre la aplicación de medidas sanitarias y fitosanitarias.
Pero ¿son justas estas normas internacionales siendo que unos países pueden imponerlas y otros no? La reunión concluyó con un animado debate, que demostró el valor de la Cumbre por el intercambio de ideas mucho más allá de la sala de plenarias.
Cómo funciona el Codex
El Codex Alimentarius, o código de los alimentos, ofrece a todos los países la oportunidad de participar en la comunidad internacional con la formulación y armonización de normas alimentarias y velando por su cumplimiento en todo el mundo. El Codex es obra de un acuerdo entre la FAO y la OMS. Aunque sus normas tiene prestigio y la OMC las reconoce, la Comisión del Codex Alimentarius no puede imponerlas.
A diferencia del Codex, la CIPF es una convención internacional vinculante en la que los países participan como partes contratantes. El órgano rector de la Convención adopta las normas internacionales, que sólo adquieren su carácter vinculante a través del Acuerdo sobre la aplicación de medidas sanitarias y fitosanitarias de la OMC.
La cuestión de la ejecución
Pero ¿es posible que todos apliquen las normas internacionales realmente?
Un delegado de Mauritania señaló que mientras que las exportaciones a los países desarrollados siempre se supervisan, ellos no tenían los recursos necesarios para velar por su cumplimiento respecto a los productos de ingreso, y que es consabido que los exportadores de los países ricos a veces se deshacen en estos países de alimentos peligrosos o caducos que en ocasiones llevan certificados falsificados.
Otro delegado, de Benin, afirmó carecer de medios para indagar el estado de los productos cárnicos procedentes de la Unión Europea respecto a la encefalopatía espongiforme bovina o "mal de las vacas locas". Un delegado de la República Democrática del Congo afirmó que en su país siempre se decía que el comercio era la clave de la prosperidad, pero que las normas fitosanitarias eran demasiado difíciles de aplicar para los países pobres. ¿Qué haría al respecto la OMC?
Laurens Jan Brinkhorst, Ministro de Agricultura, Gestión de los Recursos Naturales y Pesca, de los Países Bajos, hizo hincapié en la necesidad de tomar medidas prácticas. La Comisión del Codex Alimentarius recomienda a los Países Miembros cumplir los requisitos en materia de inocuidad de los alimentos y está tratando de integrar esto con la actividad de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria.
Las normas internacionales desempeñan una función decisiva, la OMC puede ayudar a convertirlas en solución y no en obstáculo para el comercio justo. Pero los países más pobres necesitan la capacidad para ejecutar esas normas, o éstas favorecerán a los más ricos.
El camino será largo, y sin duda costará dinero. Pero las sardinas del Perú han abierto el paso.
Fuente: Sociedad Uruguaya de Horticultura, suh_2002@hotmail.com